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Distribución del esfuerzo y repercusión cardiovascular de una

competición de 50 km marcha atlética: estudio de un caso

 

Laboratorio de Valoración Funcional

Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña

Universidad de Lleida, Lleida

(España)

Assumpta Ensenyat Solé

aensenat@inefc.es

Alfonso Blanco Nespereira

ablanco@inefc.es

 

 

 

 

Resumen

          Un análisis de la distribución del esfuerzo durante una prueba de 50 km marcha en ruta y su repercusión sobre el comportamiento de la frecuencia cardíaca han sido los objetivos de este trabajo. Así mismo, se ha relacionado la actividad cardiovascular durante la competición con los resultados de una prueba de esfuerzo ergoespirométrica previa en laboratorio. Un atleta amateur realizó los 50 km marcha obteniendo un resultado de 4 h 12 min 36 s con una FC media de 165 (DE 5,9) pul/min. En el test previo obtuvo un VO2max de 62 ml/kg/min, con un umbral ventilatorio-2 al 94,3% del VO2max. La velocidad media de la competición representó el 71,94% de la velocidad aeróbica máxima y el 79,13% de la velocidad del umbral ventilatorio-2. El 88,7% del tiempo de la competición, la frecuencia cardíaca se mantuvo en la zona correspondiente a la transición entre los umbrales ventilatorios uno y dos. La prueba de 50 km marcha mostró una tendencia estable en la distribución del esfuerzo y las variables fisiológicas habituales del metabolismo aeróbico.

          Palabras clave: Atletismo. Marcha atlética. Frecuencia cardíaca. Umbral ventilatorio.

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 146 - Julio de 2010

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Introducción

    Los 50 km marcha es la prueba más larga del atletismo dentro del programa de las principales competiciones (Olimpiadas, Campeonatos Mundiales, Europeos). Por su larga duración (récord mundial actual 3 h 34 min 14 s), la competición de 50 km marcha se engloba dentro del grupo de resistencia de larga duración III (Neumann, 1994), al estar comprendida entre 90 y 360 minutos. Debido a su duración, el metabolismo aeróbico, y de modo concreto la lipólisis, son las principales fuentes de obtención de energía (Arcelli, 1996). El control del ritmo durante la prueba es recomendable llevarlo a cabo mediante la frecuencia cardíaca, intentando competir a niveles próximos, pero siempre inferiores, a la correspondiente a la zona de transición aeróbica-anaeróbica (Lenzi, 1987).

    Por tratarse de una especialidad minoritaria no se dispone de una gran cantidad de información científica sobre las características de la competición. Por ello, un análisis de la distribución del esfuerzo de un atleta y, su repercusión cardiovascular durante dicha competición, comparándolos con una prueba de esfuerzo previa en laboratorio, han sido los objetivos de este trabajo.

Material y métodos

Sujeto

    Un atleta amateur de nivel nacional de 27 años de edad, 1,78 m de estatura y 67 kilos de peso participó en el campeonato nacional español 2010 de 50 km marcha atlética.

Test de laboratorio

    El atleta realizó a comienzos de la temporada una prueba de esfuerzo ergoespirométrica progresiva, máxima y triangular en laboratorio marchando sobre un tapiz rodante (Powerjog, North Charleston). Tras un calentamiento de 3 min a 5 km/h, la velocidad fue aumentada 0,5 km/h cada minuto hasta el agotamiento, siempre con una pendiente del 0,5%. Simultáneamente, se registraron los parámetros ergoespirométricos (MasterScreen CPX Jager, Hoechberg) y se determinaron los umbrales ventilatorios (VT1 y VT2) según los criterios de Wasserman (1987).

Competición

    La frecuencia cardiaca (FC) se registró durante la competición a intervalos de 5 s con un monitor de ritmo cardíaco Polar RS8000 (Polar Electro, Oulu). Los tiempos de paso fueron registrados cada 10 km con el sistema oficial de cronometraje de la competición (Comité Nacional de Jueces, Real Federación Española de Atletismo). Se compararon estadísticamente las FC medias de los parciales de 10 km mediante la prueba One-Way Anova, siendo el nivel de significación elegido de p < 0,05. Se correlacionaron las velocidades y FC medias de cada parcial de 10 km mediante el coeficiente de correlación de Pearson.

    Los datos climatológicos durante el transcurso de la competición fueron proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Resultados

    Los valores de las variables registradas durante el test de laboratorio se muestran en la tabla 1.

Tabla 1. Variables medidas y resultados obtenidos en el test máximo de laboratorio

Competición

    El atleta finalizó la competición con una marca de 4 h 12 min 36 s, con la distribución del ritmo del esfuerzo presentada en la figura 1. La velocidad media de la competición representó el 71,94% de la velocidad aeróbica máxima y el 79,13% de la velocidad del VT2. La velocidad de la prueba se mantuvo entre 12,17 y 12,22 km·h-1 en los 40 primeros km, y descendió a 11,87 km·h-1 en el último tramo. El 66,05% del tiempo de la competición, la velocidad media se situó al 73,89% de la velocidad aeróbica máxima (81,26% de la velocidad del VT2); descendiendo en el último parcial de 10 km hasta el 65,15% de la máxima velocidad aeróbica (71,72% de la velocidad del VT2).

Figura 1. Evolución de la velocidad media durante los parciales de la competición

    La FC media durante la competición fue de 165 (DE 5,9) pul/min (89,19% de la FC máxima y 94,29% de la FC del VT2), oscilando entre un rango de 119 y 176 pul/min. En la figura 2 se observa el típico gráfico rectangular de las pruebas con intensidad mantenida, dado que la variación porcentual de la FC durante la misma fue muy baja (3,57%).

    La FC media fue aumentando en los 30 primeros kilómetros, simultáneamente al aumento de la velocidad (r = 0,85) y disminuyó los 10 últimos kilómetros por el descenso del ritmo de prueba (Figura 3). En el tercer parcial (30-40 km), la FC aumentó significativamente, mientras la velocidad disminuyó ligeramente.

Figura 2. Registro de la frecuencia cardíaca durante la competición

    Las FC medias de cada tramo parcial de 10 km fueron significativamente diferentes entre sí (p < 0,05), pero con diferencias mínimas comprendidas entre 1 y 7 latidos solamente (figura 3).

Figura 3. Valores medios y desviación de la FC durante los parciales de la competición

    La figura 4 muestra la distribución porcentual de la FC durante la competición en relación a las FC de los umbrales VT1 y VT2 de la prueba de esfuerzo en laboratorio. Durante la mayor parte de la competición, la FC se mantuvo en la zona de FC correspondiente a la transición entre VT1 y VT2 (Figura 4).

Figura 4. Distribución porcentual de la FC durante la competición según las zonas de FC determinadas en el test de laboratorio

Discusión

    El atleta disputó una competición de 50 km marcha en ruta con una duración de 4 h 12 min 36 s y una FC media de 165 pul/min en base a una prueba de esfuerzo máxima en laboratorio previa, donde obtuvo un VO2max de 62 ml/kg/min y con un umbral ventilatorio (VT2) al 94,3% del VO2max.

    El grado de entrenamiento aeróbico mostrado por el atleta era elevado para un especialista en pruebas de larga duración de nivel no profesional, en las que la capacidad de mantener un ritmo de marcha próximo al umbral anaeróbico es más importante que poseer niveles de VO2max muy elevados. (Reilly, 1979). El nivel de la zona de transición aeróbica-anaeróbica, en base al umbral ventilatorio (VT2) determinado por el test de laboratorio, puede ser calificado como elevado, al situarse muy próximo al 100% del VO2max y alcanzarse con una FC submáxima (Zintl, 1992).

    El atleta planteó la prueba desde el comienzo con un ritmo de 4 min 55 s por kilómetro. La velocidad aumentó ligeramente de forma progresiva durante los primeros 30 km al intentar mejorar su posición en la clasificación de la prueba. Debido en gran parte a la falta de un volumen adecuado de entrenamiento previo y a la fatiga acumulada, la velocidad disminuyó en los dos últimos parciales, descendiendo especialmente en los 10 km finales. Sin embargo, la distribución del esfuerzo en competición siguió una tendencia estable, al presentar desviaciones inferiores al 3% de la velocidad media (García Manso, Navarro y Ruiz, 1996).

    La FC durante la competición osciló dentro del rango habitual para las pruebas de resistencia de larga duración III (150-180 pul/min) [Neumann, 1990]; y en sesiones de entrenamiento de marcha atlética en pista (Reilly, 1979), como consecuencia de la tendencia estable del ritmo de prueba.

    Durante 40 km el porcentaje de la velocidad de competición con respecto a la velocidad del VT2 fue similar al indicado por Hottenrott (en Aschwer, 2000) para las pruebas de gran fondo (como en el caso de la maratón): 88% de la velocidad de deflexión (Vd) y 92% de la FC de la Vd obtenidas en un test progresivo de Conconi. Para la competición de maratón, también Lenzi (1987) sugiere un ritmo de prueba del 93% de la velocidad de deflexión a partir del test de Conconi, al ser la correlación más elevada con el resultado en dicha prueba (r = 0,98). Sin embargo, debe considerarse que esta competición se efectuaba marchando y no utilizando la carrera, y además constaba de una distancia superior en 8 km a la maratón.

    La reducción de la velocidad que se aprecia a partir del kilómetro 30 también podría relacionarse con una variación del coste energético de la marcha, el cual podría atribuirse a cambios biomecánicos, a efectos de la termorregulación y/o a la mayor utilización de lípidos a causa de la depleción de los depósitos de glucógeno (Brisswalter, Fougeron y Legros, 1996).

    La FC de la competición osciló mayoritariamente entre las correspondientes a los valores de los umbrales VT1 y VT2. Solamente durante cerca de media hora superó la FC del VT2. Esto sucedió fundamentalmente durante el cuarto parcial por el intento de mantener el ritmo de prueba y acercarse a otros deportistas mejor clasificados. El porcentaje de FC por debajo del VT1 es mínimo y corresponde al minuto inicial de la prueba, donde se acelera desde parado para alcanzar el ritmo de competición y la consiguiente adaptación rápida del sistema cardiovascular.

    La FC media de cada parcial de 10 km se incrementó simultáneamente con el aumento de la velocidad. El aumento significativo de la FC del cuarto parcial, a pesar de la disminución de la velocidad, podría explicarse por el cardiovascular drift de la FC. Aunque la temperatura no era elevada durante el desarrollo de la prueba, al oscilar solamente entre 12ºC y 16ºC (cf. AEMET), seguramente la falta de una hidratación adecuada y la disminución del volumen sanguíneo fueron las causas responsables de este ligero incremento, pero significativo, de la FC.

    En base a los datos obtenidos, se puede indicar que la prueba de 50 km marcha analizada mostró una tendencia estable en su distribución del esfuerzo y que las variables fisiológicas han sido las habituales del metabolismo aeróbico, el cual fue el solicitado de modo exclusivo.

Referencias bibliográficas

  • Arcelli, E. (1996). Marathon and 50 km walk race: physiology, diet and training. News studies in athletics, 11(4), 51-58.

  • Aschwer, G. (2000). Entrenamiento del triatlón. Barcelona: Paidotribo.

  • Brisswalter, J., Fougeron, B., Legros, P. (1996). Effect of three hours race walk on energy cost, cardiorespiratory parametres and stride duration in elite race walker. International Journal of Sports Medicine, 17(3), 182-186.

  • García Manso, J.M., Navarro, M., Ruiz, J. (1996). Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Madrid: Gymnos.

  • Lenzi, G.P. (1987). Método moderno para el entrenamiento de la maratón. Cuadernos de atletismo R.F.E.A., 17, 34-42.

  • Neumann, G. (1990). La struttura della prestazione negli sport di resistenza. Rivista di Cultura Sportiva, 20, 66-72.

  • Reilly, T. (ed.) (1990). Physiology of sports. London: E. & F.N. Spon.

  • Wasserman, K., Hansen, JE., Sue, DY., Whipp, BJ. (1987). Principles of exercise testing and interpretation. Philadelphia: Lea & Febiger.

  • Zintl, F. (1992). Entrenamiento de la resistencia. Barcelona: Martínez Roca.

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