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Una nota al modelo psicosocial de John Kerr

 

Universidad de Málaga

(España)

Antonio Hernández Mendo

Josefina Maíz Rodríguez

mendo@uma.es

 

 

 

 

Resumen

          El modelo psicosocial de John Kerr (1994) podemos considerarlo como uno de lo modelos explicativos con mayor potencia explicativa en el ámbito de la Psicología del Deporte. Este modelo integra la Teoría de la Inversión de Apter (1982, 1989) y el modelo de Manipulación de Tono Hedónico de Brown (1991). A partir de esta integración permite servir de modelo explicativo de diversas conductas deportivas que oscilan desde los comportamientos violentos hasta la elección del tipo de deporte

          Palabras clave: Modelo psicosocial. John Kerr. Psicología del Deporte.

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 145 - Junio de 2010

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El modelo psicosocial de John Kerr

    El modelo psicosocial de John Kerr (1994) surge de la integración de la Teoría de la Inversión de Apter (1982, 1989) y del modelo de Manipulación de Tono Hedónico de Brown (1991). Este modelo al integrar estas dos teorías no solo permite explicar las conductas violentas sino que además nos permite proponer una posible intervención.

    Estos pares metamotivacionales están pensados para coexistir separadamente dentro de un sistema biestable, como por ejemplo el paso de encendido a apagado en un electrodoméstico, el on y el off representan posiciones estables alternativas (o es on o es off pero no ambas a la vez). Este sistema biestable forma la base de la experiencia de la inversión, siendo las inversiones los cambios que tiene lugar entre los estados metamotivacionales operativos en uno de los pares metamotivacionales.

    La teoría de la inversión de Apter (1982, 1989) es una teoría sobre motivación y personalidad que se basa en la alternancia o inversión entre pares de estados metamotivacionales, estos estados metamotivacionales son estructuras mentales que van a guiar a las personas en su modo de interpretar las causas o motivos en un momento dado. Estos estados no van a determinar las causas o afectar necesariamente al comportamiento, sino que están interesados en como interpretan ellos sus motivos. Estos estados forman la base de la motivación y personalidad humana, la teoría de la Inversión postula que los seres humanos son inherentemente inconsistentes en sus comportamientos. Cinco son los conceptos básicos de esta teoría, estado metamotivacional, biestabilidad, tono hedónico, arousal y marcos protectores.

    Existen cuatros pares de estados metamotivacionales, télico/paratélico, negativismo/conformidad, dominancia/comprensión, AUTIC/ALLOIC, que pensados para coexistir separadamente dentro de un sistema biestable, como por ejemplo el paso de encendido a apagado en un electrodoméstico, el on y el off representan posiciones estables alternativas (o es on o es off pero no ambas a la vez). Este sistema biestable forma la base de la experiencia de la inversión, siendo las inversiones los cambios que tiene lugar entre los estados metamotivacionales operativos en uno de los pares metamotivacionales.

    Con arousal nos referimos a grado de excitación, diferenciándose dos tipos, el arousal sentido y el arousal deseado. El tono hedónico, por su parte, hace referencia a la interpretación positiva o negativa que se hace del arousal sentido, cuando se experimenta un tono hedónico positivo la situación es percibida como agradable o placentera, cuando es negativo se percibe dicha situación como desagradable o displacentera.

    Así, podemos imaginar un continuo donde cada estado metamotivacional se sitúa en uno de los extremos y donde un sujeto variará de un estado a otro dependiendo de las circunstancias, el nivel de arousal del sujeto y la interpretación de dicho arousal, por lo tanto, un sujeto con un elevado arousal sentido, pero un bajo nivel de arousal deseado, tendrá una interpretación de su tono hedónico negativa (displacentera) de modo que tenderá a buscar situaciones que consigan un equilibrio entre arousal sentido y arousal deseado.

    Con marcos protectores nos referimos a las emociones negativas o desagradables (que tienen lugar cuando los estados télico y negativismo operan simultáneamente) que pueden ser experimentadas como positivas si se dan dentro del marco protector paratélico (Coulson, 1991), Apter (1992) revisó dicho concepto y elaboró una lista donde dichos marcos protectores estaban operativos, entre ellos encontramos la participación en deportes arriesgadas como el puenting, o la participación en actividades cotidianas lejos del ámbito deportivo como ver una película de miedo, o practicar actividades sexuales de alto riesgo. Apter (1991, pp. 22) utilizo la metáfora del tigre para explicar los marcos protectores, así, un tigre fuera de su jaula provoca ansiedad en las personas, una jaula sin tigre provoca aburrimiento, pero la combinación de ambos, tigre y jaula, lo que produce es excitación (es una situación peligrosa donde el individuo esta a salvo).

Características de los estados metamotivacionales

    El comportamiento de una persona en estado télico (“telos” significa fin o meta en griego) es típicamente serio y esta orientado a una meta. Se tiende a planificar con antelación y esta relacionado con el futuro, como en algún trabajo o situación de estudio. Este estado se caracteriza por la preferencia de experiencias de bajos niveles de arousal sentido (el grado en el cual una persona se siente excitada). En el estado paratélico, (del griego “para” significa al lado de o cerca) los comportamientos de una persona son impulsivos y orientados a la sensación, con una preferencia por altos niveles de arousal sentido. Consecuentemente, el placer de experiencias presentes es prioritario y la gente intentara prolongar este placer tanto como sea posible.

    Si el estado negativismo esta operativo se tiende a ser rebelde, obstinado, inflexible, desafiante y provocativo. Ellos sienten una fuerte necesidad de romper las reglas o reaccionar en contra de una imposición ajena, por ejemplo, saltarse el entrenamiento o romper un toque de queda de los padres. A la inversa, las personas en estado conformista están generalmente, como la palabra indica, conforme, son personas que se muestran cooperativa y fácilmente cumple con las reglas y requerimientos. McDermott (1988a, b) identificó dos tipos distintos de negativismo, el negativismo reactivo, que haría referencia a un comportamiento que toma forma de venganza o de reivindicación, tiene lugar normalmente como una reacción contra alguien o algo; y el negativismo proactivo, que tiene lugar cuando aparecen comportamientos rebeldes, se trata de una violencia gratuita, sin motivo alguno, por pura diversión y búsqueda de excitación.

    La combinación de estos dos pares de estados (télico/paratélico, negativismo/conformidad) aumentan lo que es conocido en la Teoría de la Inversión como emociones somáticas.

    Como el nombre sugiere, en el estado de dominio las personas están interesadas en ser dominantes. Sus presentes situaciones pueden ser percibidas como alguna clase de competición o contienda en la cual ellos son duros en un intento de ganar el control sobre el contrario. En este par el opuesto, el estado de comprensión, se refiere a la empatía con otros, como por ejemplo los sentimientos de unidad entre los miembros de un equipo deportivo.

    El cuarto y final par de estados metamotivacionales también se focaliza en la interacción con otras personas u objetos. En el estado autic (del griego “auto” significa ego o mismo) las personas están comprometidas con ellas mismas y aumentan su satisfacción por el resultado de una interacción en términos de lo que les ocurre a ellos mismos. En el fútbol un jugador mas comprometido con su éxito personal que con el resultado final de su equipo. Cuando el estado alloic (“allo” en griego significaba otros) esta operativo en una interacción, las personas están focalizadas en lo que les ocurre a otras personas, la satisfacción de ganar esta en función de lo que le ocurre a los demás.

    La combinación de estos pares metamotivacionales (dominio/comprensión y AUTIC/ALLOIC) provocan un aumento en lo que en Teoría de la Inversión se conoce como emociones transaccionales.

Figura 1. Características de los pares de estados metamotivacionales. Apter (1982)

    Las personas tienen tendencia o predisposición a pasar la mayor parte del tiempo en uno u otro de los estados metamotivacionales. Se trata de un continuo donde el sujeto variara de un polo a otro dependiendo de las circunstancias y emociones el nivel de arousal del sujeto y la interpretación de ese arousal, es decir del tono hedónico. Así, un sujeto con un alto nivel de arousal sentido pero un bajo nivel de arousal deseado, propio el estado télico, interpretara la situación como desagradable, tono hedónico negativo, de modo que tendera a buscar situaciones en las que obtenga un equilibrio entre el arousal sentido y el deseado, consiguiendo un tono hedónico positivo o interpretación agradable de la situación.

    Las inversiones o cambios de un estado a otro se activan a través de uno de estos tres caminos o modos:

  1. una inversión puede deberse a una forma de estímulo ambiental, a la que Apter y cols. (1982) se refirieron como contingencia. Por ejemplo, una persona que esta practicando vela se encuentra disfrutando el momento sin ningún objetivo o meta en su comportamiento (en estado paratélico), hay un cambio de viento perdiendo el equilibrio del bote, pasando del estado paratélico al télico, ya que ahora sus acciones están orientadas a una meta, conseguir el equilibrio del bote, y además sus comportamientos son serios, debido a las implicaciones que tendría no conseguir dicho equilibrio.

  2. puede deberse también, cuando un sujeto no siente satisfacción en el estado operativo en ese momento siendo este cambio fruto de la frustración. Por ejemplo, un tenista en una competición, con bastantes probabilidades de ganar, se encuentra en un estado conformista (cumpliendo las reglas del juego), cuando su oponente empieza a jugar de un modo mas ofensivo y gana algunos juegos, nuestro tenista empieza a ponerse nervioso y cuando el arbitro le increpa él comienza a violar las reglas y a sentirse ofendido por el arbitro y le responde agresivamente, pasando del estado conformidad al negativismo.

  3. por último tenemos la inversión por saciación del estado operativo en ese momento. Por ejemplo, dos muchachos que salen a correr, uno corre más que otro, al corredor más rápido no le importa ir al ritmo del corredor más lento para correr juntos, pero a medida que se acercan a la meta el corredor más rápido exige al más lento que alcance una mayor velocidad, pronto el corredor más rápido comienza a sacarle ventaja al más lento, aumentando dicha ventaja hasta llegar a la meta, este corredor ha pasado del estado comprensión al de dominio.

Figura 2. Agentes inductores en el proceso de inversión (Kerr, 1994)

    Las inversiones de un estado a otro están consideradas como involuntarias (Apter, 1982, pp. 42) pero como Potocky y Murgatroyd (1993, pp18) argumentaron “la gente por sus circunstancias personales pueden aumentar la posibilidad de que el intercambio ocurra. Por ejemplo, después de un día de trabajo estresante en estado télico, estas personas acuden intencionadamente a un bar a escuchar música, o por el ambiente, ríen con los demás y toman alcohol, son todas estas contingencias externas que aumentan la posibilidad de una inversión al estado paratélico”.

    Son varias las investigaciones que relacionan estos estados con la elección del deporte practicado y con la violencia. Así, Summer y Stewart (1993) estudiaron el papel de los estados télico y paratélico en el modo en que los atletas experimentan el estrés y comprobaron que estos estados son un factor importante en la preferencia de los individuos por determinados deportes. Kerr (1989) estudió el papel de estos mismos estados en la elección del deporte que se practica. Vlaswinkel y Kerr (1990) estudiaron la relación que existe entre el estado negativismo y la práctica de deportes de alto riesgo además de la relación de dicho estado y la practica de deportes individuales. Kerr (1991) relacionó el estado télico con deportes de resistencia y el estado paratélico con deportes de riesgo. Braathen y Sveback (1992) relacionaron el estado negativismo con deportes de raqueta. Kerr (1994) relacionó los estados paratélico y negativismo con la violencia en el deporte tanto en deportistas como en espectadores y la violencia con la práctica de deportes de contacto.

    Apter (1982), comprobó que existen unas características asociadas con el estado télico y paratélico y la preferencia por un distinto nivel de arousal en cada estado. Cuando un sujeto tiene un tono hedónico positivo (interpretación de la situación como placentera) se encuentra relajado en el estado télico y excitado en el paratélico. De igual modo, cuando el tono hedónico es negativo el sujeto en estado télico se encuentra ansioso y aburrido en el paratélico.

Figura 3. Relación entre estado télico paratélico, tono hedónico y nivel de arousal (Apter, 1982, pp. 84)

    Generalmente existen desigualdades o discrepancias entre el arousal preferido y el sentido lo que va a provocar estrés en los individuos y que bajo ciertas condiciones los altos niveles de arousal en el estado télico y los bajos en el paratélico pueden ser tolerados. En la Teoría de la Inversión se piensa que el estrés surge como el resultado de la tensión en la cual se define como la discrepancia entre el nivel preferido de de una variable y el experimentado. Esta forma de estrés se conoce como tensión-estrés y podría, por ejemplo, deberse a una discrepancia entre el nivel de arousal deseado y el nivel de arousal experimentado. Si se debe al nivel de arousal existen dos formas distintas de tensión-estrés. Un estrés que surge como resultado de una gran demanda y es conocida como tensión-estrés télica. Un estrés que surge como resultado de poca demanda o escasa y se conoce como tensión-estrés paratélica (Apter, 1989). El esfuerzo empleado por un individuo para compensar las sensaciones desagradables asociadas a la tensión-estrés se conocen como esfuerzo-estrés. En el caso de tensión-estrés télico adopta forma de demasiado esfuerzo por superar los estresores, cuando el esfuerzo-estrés se debe a tensión-estrés paratélico esta interesado en que se produzcan cambios (Apter & Svebak, 1989). Se puede decir que para la Teoría de la Inversión distingue dos tipos de estrés. Tensión-estrés que se debe a la discrepancia existente entre el nivel preferido y experimentado de arousal, y esfuerzo-estrés que se refiere a la lucha contra esa discrepancia (tensión) (Apter, 1989; Apter y Svebak, 1989; Kerr, 1990; Svebak y Apter, 1996).

    Los resultados obtenidos sobre arousal preferido y arousal experimentado nos llevan a que la acumulación de esta tensión puede ser estresante. Estos sentimientos desagradables se producen con frecuencia por condiciones monótonas o situaciones no estimulantes y aburridas que pueden ser debidos a condiciones de trabajo repetitivas (Terkel, 1973; Cox, 1985).

    Parece ser que las personas que delinquen y las que comenten actos propios de hooligans, quizás lo hacen para escapar del aburrimiento y alcanzar así el estado metamotivacional en el que el arousal sentido que experimenta se corresponda con el deseado, que en el estado paratélico sería un arousal elevado.

    Para los jóvenes aburridos e insatisfechos, robar coches, eludir la responsabilidad, provocar disturbios y cometer otros actos delictivos proporciona una sensación inmediata en forma de excitación. Como Apter (1989) apuntó, este tipo de delincuentes, pueden ser vistos como jóvenes en estado paratélico, que tienden a tomárselo todo incluso aquellas cosas que para otros serán serias, como el riesgo o peligro físico o el ser arrestados- como un juego agradable, de modo que obtiene una excitación inmediata y sensaciones gratificantes, siendo generalmente su estilo de vida espontáneo y sin planificación hacia el futuro.

    Jones y Heskin (1988) realizaron una investigación basándose en la complejidad que subyace a la motivación de los actos delincuentes de hooligans y vándalos. Los autores concluyeron con los datos obtenidos que estos actos se debían a una multitud de consecuencias enlazadas en un “complejo juego interno de variables sociales, históricas y situacionales”. Estos autores basaron los resultados de sus investigaciones en varias de las principales teorías e identificaron cuatro categorías estructurales, que enlazaron directamente en una curva de retroalimentación desde el estado metamotivacional de la persona a los actos delictivos. Estas cuatro categorías incluyen el castigo y el refuerzo tanto positivo como negativo que influirán en la interpretación de la situación por parte del individuo. El trabajo de Jones y Heskin (1988) nos permite acercarnos a un entendimiento de la motivación que subyace a los comportamientos violentos, sin embargo, no especificaron cuales fueron los estados metamotivacionales que estaban involucrados en este tipo de comportamientos ni porque se mantiene a lo largo del tiempo. Brown (1988) en una línea similar a la de Jones y Heskin aporta con su trabajo, sobre adicciones humanas, algunas explicaciones de porque se mantienen estos comportamientos.

Figura 4. Análisis funcional de la conducta delincuente. Las líneas discontinuas representan la naturaleza 

inverificable del constructo, relacionado con la herencia y la personalidad criminal. Jones y Heskin (1988)

    John Kerr (1994) proporcionó, desde la teoría de la Inversión, un punto de vista sobre violencia y comportamiento agresivo tanto de los deportistas como de los espectadores y hooligans. La agresión es un comportamiento que pretende causar deliberadamente un daño físico o psicológico a otra persona, una “agresión paratélica” puede ocurrir en ausencia de cólera y es con frecuencia generado con la intención de provocar situaciones excitantes. Dos son los pares de estados metamotivacionales que muestran relación directa con los comportamientos violentos en contextos deportivos, el primer par esta compuesto por los estados télico vs. paratélico, el segundo par lo forman los estados negativismo vs. conformidad.

    Los estados télico/ paratélico y negativismo/conformidad se relacionan entre si dando lugar a cuatro combinaciones distintas: conformidad télica, negativismo télico, conformidad paratélica y negativismo paratélico. Estos son cruzados a su vez con el arousal sentido y el tono hedónico dando lugar a ocho emociones diferentes.

Figura 5. Las ocho emociones generadas por la combinación de los pares de estados télico paratélico y negativismo conformidad (Kerr, 1994)

    Teniendo en cuenta las características de cada uno de estos estados, Kerr (1994) defiende que cuando en un sujeto están operativos los estados paratélico y negativismo simultáneamente aumenta la probabilidad de aparición de conductas violentas.

    Las sensaciones experimentadas por los hooligans en este tipo de situaciones suelen ser descritas como de provocadoras y vienen acompañadas de un nivel elevado de arousal sentido. En este estado la meta del comportamiento violento es precipitar una respuesta a los grupos rivales de hooligans. Si el grupo rival no responde a los ataques aumenta la sensación de aburrimiento, de modo que los actos de los hooligans se convierten en más provocativos para producir el nivel de arousal y excitación deseado. El cambio del estado paratélico al télico tendrá lugar cuando los niveles de arousal sentido que acompañan al comportamiento provocativo de los hooligans cambie, pasando así, la combinación metamotivacional existente (negativismo paratélico) a negativismo télico, que seguirá acompañada de un nivel elevado de arousal sustituyéndose la excitación experimentada por cólera, como emoción desagradable.

Figura 6. Representación gráfica del desarrollo de la violencia “seria” mientras un grupo hooligan esta activo, Kerr (1994)

    Aunque la cólera es una emoción que proviene de la combinación de negativismo télico, cuando una situación es compleja esta emoción se puede experimentar en un estado paratélico, esto es lo que ocurre en un hooligan en estado de negativismo paratélico, donde esta cólera además de fomentar los comportamientos violentos ayuda a elevar y mantener el nivel de arousal experimentado y de negativismo. Llegado el momento, cuando otro grupo de hooligans responden a los ataques los actos de ambos grupos van enfocados a conseguir una meta, dañar sin ser dañados, produciéndose una inversión del estado paratélico al télico, donde dicha cólera se experimenta como excitante gracias a los marcos protectores, .

    El modelo de John Kerr (1994) utiliza la Teoría de la Inversión de Apter (1982, 1989) para explicar el objeto de estudio y se basa en el modelo de Manipulación del Tono Hedónico de Brown (1991) para proponer una posible intervención.

    Brown (1991a, b) realizó trabajos sobre adicciones humanas, alcoholismo y juego, este autor basa su trabajo en un modelo denominado Manipulación del Tono Hedónico, este modelo es de carácter psicológico y recoge o se hace eco de los conceptos de la Teoría de Inversión de Apter (1982). Brown muestra como las adicciones, sea a sustancias (alcohol, cocaína, tabaco, etc.) o a conductas (ejercicio físico, hábitos alimentarios, trabajo o comportamientos violentos) siguen básicamente un mismo curso en su desarrollo.

    Para Kerr (1994) apoyándose en este modelo muestra como los procesos adictivos a comportamientos violentos comienzan con la involucración de la persona con grupos de hooligans y el desarrollo en algunos casos de un nivel de actividad violenta propia de estos grupos hooligans. Las personas generalmente desarrollan su propio repertorio de técnicas para manipular y modular sus niveles de arousal. Los ejemplos son muchos como tomar un café por las mañanas, salir de marcha con un chico o chica, escuchar música para relajarse o tomar un baño mientras lees un buen libro, todas estas técnicas, a largo o corto plazo, proporcionan al individuo sentimientos agradables asociados a un tono hedónico positivo que consigue que estos individuos estén felices (Thayer, 1989).

    “Este análisis de de manipulación del nivel de arousal para mantener el tono hedónico en un día normal proporciona el contraste esencial que hace posible la definición y el entendimiento de las adicciones, ya que estas actividades adictivas se eligen para reemplazarlas estrategias de afrontamiento que el sujeto utiliza normalmente. De modo contrario cuando no se maneja afortunadamente el tono hedónico se desarrolla una tolerancia a estados aversivos, el punto de partida del proceso adictivo puede ser vito como el descubrimiento y uso continuado estrategias o métodos relativamente fiables y efectivos que hacen posible que estos individuos manipulen su nivel de arousal y tono hedónico en la dirección que ellos desean de modo efectivo e inmediato” (Brown, 1991b).

    Kerr (1994) apunto que algunas conductas de búsqueda de arousal utilizadas por los hooligans pueden ser reconocidas como un intento de generar sensaciones agradables asociadas con niveles elevados de arousal en los estados paratélico y negativismo. De igual modo que el arousal sentido ejerce un papel importante en el control del desarrollo de otras adicciones tales como el juego o hábitos alimentarios (Brown, 1991a, b; Kerr et al., 1994), el arousal y el control del humor juegan un papel crucial en el desarrollo de la adicción a los comportamientos violentos. En la siguiente figura se muestran las siete etapas del modelo de Brown (1991b) adaptadas por Kerr (1994) al comportamiento de los hooligans para explicar como se desarrolla este proceso de adicción.

Figura 7. La columna de la izquierda hace referencia a las etapas del modelo de Brown (1991b) para el desarrollo de comportamientos

 violentos en general. La columna de la derecha se refiere al desarrollo de la adicción al hooliganismo (Kerr, 1994)

    Siguiendo a Kerr et al. (1994) al comienzo, es vulnerable a la adicción y va mejorando la calidad de su tono hedónico, adquiriendo más compromisos con la violencia, el hecho de fantasear con actos violentos eleva su arousal, lo que le lleva a participar en mas actos así como a asumir mas riesgos, lo que va a hacer que aumente su nivel de arousal. Cuando ya se ha adquirido la adicción los periodos de tiempo de inactividad producen síndrome de abstinencia.

    Para John Kerr (1994), los hooligans buscan la sensación de placer inmediato, es decir, las sensaciones producidas por el sistema paratélico, Kerr intentando analizar las estrategias de categorización realizadas por Apter (1992) obtuvo dos experiencias de elevado arousal: la estrategia del hincha donde encontramos un ambiente festivo, banderas, pancartas, bengalas, trompetas, tambores, etc. y las estrategias del hooligan, los hinchas violentos se ajustan al sistema paratélico, donde unos niveles de alta activación proporcionan sensaciones placenteras y una baja activación aburrimiento, de este modo el hincha violento recurre a estrategias para elevar su arousal, como evitar y provocar a la policía, arremeter contra hinchas de equipos contrarios y usar indumentaria distintiva.

    El modelo de Manipulación del Tono Hedónico de Brown (1991) contiene tres etapas dedicadas a la intervención en individuos adictos. Durante el proceso de adicción en la última etapa se establece el monopolio motivacional donde el sujeto se interesa solo por la recompensa de ser hooligan, de modo que el llevar a cabo comportamientos violentos similares al de los hooligans es sustituido por la adopción del estilo de vida de estos hooligans. Todos estos cambios implican que el sujeto al mostrar un interés casi absoluto por el hooliganismo y al mantener la necesidad de ser uno de ellos muestra un deterioro en sus comportamientos sociales, esto es común a otras adicciones.

Figura 8. Las tres etapas de intervención en adicciones del modelo de Brown (1991b)

    Uno de los principales problemas que aparecen a la hora de intervenir es que los comportamientos violentos se han interiorizado, forman parte del estilo de vida del sujeto y además están fuertemente reforzados, con lo que su eliminación puede ir acompañada de la eliminación del tono hedónico positivo, lo que hace que su extinción sea difícil. El factor clave en la intervención se halla en remplazar el comportamiento del hooligan con alguna forma alternativa de actividad recompensable, las cuales pueden llegar a proporcionar los mismos niveles de excitación, de placer y de intensidad de experiencia pero sin ser una conducta antisocial. Si esto no se logra es muy probable que el ex-hooligans vuelva a manifestar sus comportamientos violentos

    Kerr (1994) considero que en el caso de la adicción a comportamientos violentos propios de los hooligans eran tres las posibles estrategias:

  • Reubicación en actividades socialmente aceptables, como por ejemplo la practica de deportes de combate tales como el boxeo o judo. Esta estrategia puede requerir al ex-hooligan moverse desde el estado negativismo hasta el estado conformidad ya que estos deportes contienen gran cantidad de reglas

  • Hallar nuevas alternativas de actividades reforzantes. De modo que ofrezcan al individuo experiencias paratélicas pero orientadas o controladas.

  • Regeneración de viejas actividades reforzantes. Que son aquellas que el individuo realizaba antes de convertirse en hooligan.

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