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Análisis de las dietas ‘milagrosas’ y alternativas

 

Diplomada/o en Educación Física

por la Universidad de Murcia

(España)

Fernando Villegas Jaén

fvillegas86@hotmail.com

Ida Cortés Ibáñez

idamelli@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículo aborda un análisis de las llamadas dietas “milagrosas” y alternativas. Así, en primer lugar se llevará acabo una reflexión sobre los errores más frecuentes en la alimentación. A continuación, se estudiarán algunos mitos y creencias erróneas a la hora de seguir una dieta y, por último, se explicarán los principios y efectos de las llamadas dietas “milagrosas” y alternativas.

          Palabras clave. Dietas milagrosas. Dietas alternativas. Alimentación.

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 145 - Junio de 2010

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1.     Introducción

    En los últimos años hay un creciente interés por el cuidado del cuerpo y, sobre todo, por la mejora de la imagen corporal. Ello ha derivado en un gran debate, entre otras cosas, sobre “cómo alimentarnos” de manera efectiva. Dicho debate trae consigo el desarrollo de las llamadas “dietas milagrosas”, las cuales han tenido una amplia promoción, sobre todo, a finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Pero muchas de estas dietas esconden intereses promocionales y comerciales y apenas tienen base científica. De este modo, fomentan pautas dietéticas incorrectas que pueden influir, de una forma u otra (como veremos más adelante) de manera negativa en la salud del individuo.

    Dentro de este tipo de dietas, se incluyen aquellos modelos dietéticos que se alejan de las características de una dieta equilibrada en energía y nutrientes.

2.     Tipos de dietas milagrosas

2.1.     Dietas con fines de adelgazamiento

    El objetivo principal de estas dietas es la reducción de peso. Normalmente, son promovidas por agentes sociales ajenos al mundo de la nutrición, como los modelos, actrices, cantantes, etc. que buscan el éxito de un modo distinto y plantean sus consejos dietéticos a través de entrevistas o libros, promocionando diversos productos en función de sus intereses.

    Lógicamente, este tipo de dietas son “hipocalóricas”, esto es, proporcionan menos energía de la que consume el individuo y de esta forma el organismo recurrirá a la movilización y uso de sus propias reservas corporales, disminuyendo el peso corporal. Esto no es del todo incorrecto, pero el problema estriba en que muchas de estas dietas son marcadamente hipocalóricas y comprometen ciertos requerimientos nutricionales básicos (por ejemplo, vitaminas y minerales), dando lugar a situaciones carenciales.

2.1.1.     Dietas hiperproteicas

  • Principios: estas dietas se basan en la elevada ingesta de alimentos proteicos (carnes, pescados, huevos,…) en detrimento de aquellos ricos en hidratos de carbono (pasta, arroz, patata,…).

  • Efectividad: las dietas hiperproteicas adelgazan. En primer lugar, porque son hipocalóricas, con un aporte bajo de energía (600-800 kcal/día). En este sentido, se llega a una situación de hipoglucemia, que estimula la síntesis y liberación de adrenalina y glucocorticoides (hormonas hiperglucimiantes), estimulándose glucogenólisis, proteolisis, lipólisis y la formación de cuerpos cetónicos, e incrementándose la excreción de urea y la pérdida de agua.

  • Efectos negativos: la pérdida drástica de peso y los desequilibrios nutricionales que dan en este tipo de dietas, pueden dan lugar a efectos negativos en el organismo como los siguientes:

    • Desarrollo de cetosis metabólica.

    • Alteraciones gastrointestinales.

    • Litiasis renal.

    • Sobrecarga de la función renal y hepática.

    • Taquicardia e hipertensión.

    • Pérdida de masa muscular.

    • Trastornos neuropsíquicos (cambios de humor, irritación,…).

    • Alteraciones dermatológicas.

    • Aparición. de hambres específicas, etc.

2.1.2.     Dietas hipergrasas

  • Principios: se basan en la ingesta de alimentos ricos en lípidos (carnes y pescados grasos, embutidos, mantequillas, salsas,…) en detrimento de aquellos que aportan hidratos de carbono (pasta, arroz,…). Además, prohíben el azúcar y la fruta y son dietas saciantes.

  • Efectividad: también adelgazan (aunque el aporte de energía no está limitado). En primer lugar, y al igual que en las dietas hiperproteicas, ocasionan una situación de hipoglucemia dada la baja ingesta de carbohidratos, lo que estimula la síntesis y liberación de adrenalina y glucocorticoides (hormonas hiperglucimiantes), estimulándose glucogenólisis, proteolisis, lipólisis y la formación de cuerpos cetónicos, e incrementándose la excreción de urea y la pérdida de agua. En segundo lugar, porque al poco tiempo se vuelven aburridas y monótonas y, de esta forma, el individuo inconscientemente reduce la ingesta de energía.

  • Efectos negativos: conviene resaltar algunos efectos negativos de estas dietas:

    • Desarrollo de cetosis metabólica.

    • Alteraciones gastrointestinales.

    • Sobrecarga de la función renal y hepática.

    • Hiperlipemia y riesgo cardiovascular.

    • Pérdida de masa muscular.

    • Estreñimiento.

    • Graves carencias de micronutrientes.

    • Elevación del ácido úrico.

    • Trastornos neuropsíquicos (cambios de humor, irritación,…).

    • Aparición. de hambres específicas, etc.

2.1.3.     Dietas hiperglucídicas

  • Principios: estas dietas se basan en la ingesta elevada de alimentos ricos en carbohidratos (pasta, arroz, pan, patatas,…) en detrimento de aquellos que aportan fundamentalmente grasas.

  • Efectividad: Las dietas hiperglucídicas, al igual que las anteriores, adelgazan, ya que requieren una ingesta de energía que a veces es inferior a 1000 kcal/día. Pero no producen tantas alteraciones metabólicas. Por otro lado, son ricas en fibra y pobres en grasas saturadas y colesterol.

  • Efectos negativos: estas dietas pueden dar lugar a situaciones carenciales de aminoácidos esenciales, ácidos grasos esenciales y micronutrientes. Carecen de efectos metabólicos indeseables, pero son dietas muy aburridas y monótonas, con lo que no suelen ser seguidas durante un largo periodo de tiempo.

2.1.4.     Dietas disociadas

  • Principios: estas dietas están basadas en la falsa teoría de que los alimentos no engordan por sí mismos, si no al consumirse según determinadas combinaciones, por lo que se puede comer de todo pero no durante la misma comida. Estas dietas no sólo reniegan de las calorías. También atentan contra el primer principio de la termodinámica: “la energía ni se crea ni se destruye; simplemente se transforma”. Así, según promulgan, se impide la absorción y utilización de los alimentos, y de los nutrientes que contienen con tan sólo no consumirlos juntos. Estas dietas asumen que existe una digestión para las grasas, otra para las proteínas y otra para los hidratos de carbono. No podemos en este resumen explicar con profundidad el proceso digestivo completo. Sin embargo, está claro y admitido científicamente que la digestión de todos los principios inmediatos y nutrientes se produce a la vez, en una perfecta armonía y equilibrio en el que no sólo interviene las enzimas digestivas de la boca, estómago, hepáticas…, si no también existe un perfecto equilibrio y control hormonal, así como neurológico, en el que el sistema digestivo digiere al máximo el nutriente ingerido para su absorción en sus componentes más pequeños.

  • Efectividad: estas dietas suelen tener un éxito importante al inicio de su seguimiento pero a largo plazo no adelgazan. Posiblemente el éxito inicial se debe a que introducen unas normas o disciplinas en personas que suelen tener hábitos alimenticios desordenados. Como establecen limitaciones, aunque propugnen que se puede comer de todo lo que se quiera de esto pero nada de aquello al mismo tiempo, las dietas resultan finalmente hipocalóricas. Una vez que se abandona la dieta se recupera rápidamente el peso inicial o incluso se supera.

  • Efectos negativos: los efectos son diferentes en función de la dieta disociada que se trate (tabla 1).

Tabla 1. Ejemplificación de dietas disociadas

Ejemplos de dietas

Características

Efectos e inconvenientes

Dieta disociada de Hay.

Asume que las proteínas se digieren en medio ácido, mientras que los hidratos de carbono lo hacen en un medio alcalino, por lo que no resulta adecuado ingerir ambos simultáneamente.
La fase inicial de la digestión de proteínas se produce en el estómago en medio ácido, terminando en el intestino en medio alcalino junto a los hidratos de carbono. Además, las enzimas digestivas son extremadamente específicas y nada indica que las enzimas que actúen sobre unas, afecten a las enzimas que actúan sobre los otros.
Se prohíbe el consumo de leche, frutas, casi todas las verduras, pan, pasta, cereales, arroz, féculas, legumbres, azúcar, dulces, etc.
Sólo se pueden tomar carnes, pescados, huevos, embutidos, algunos quesos, café, e incluso se permite la toma de grasas, aceites, vísceras, mariscos y en algunas ocasiones alcohol.

Así, proteínas e hidratos no pueden consumirse juntos

Desequilibrada.

 

Dieta de Shelton

Divide los alimentos según la comida en que se ingieren. Así, en el desayuno se ingieren lácteos, en la comida carne y en la cena verduras.

No ocasiona grandes desequilibrios.

Régimen de Antoine

Se consume cada día un grupo de alimentos, la cantidad que se desee, pero sin mezclarlos. Por ejemplo: los lunes carne (y sólo carne, pero la que se quiera), los martes verdura, miércoles huevos…

- Desequilibrada.

- Muy hipocalórica.

- Perturbaciones en el sistema digestivo y metabólico.

Dieta del ejército israelí.

Cada dos días se consume un tipo de alimento -pero sólo de ese grupo (por ejemplo, dos días sólo queso, dos días sólo pan,…).

La cantidad a comer es libre.

- Desequilibrada.

- Muy hipocalórica.

- Produce desequilibrios intestinales.

- Monótona.

Dieta de Montignac

- No mezclar hidratos de carbono y lípidos

- Limita alimentos glucídicos (excepto alimentos ricos en fibra).

- Prohíbe el azúcar, pan blanco, patatas, pasta y arroz.

- La fruta debe consumirse sola (fuera de las comidas).

- Considera la fruta al final de las comidas como un “veneno”

Muy desequilibrada.

La antidieta.

- No mezclar hidratos de carbono y proteínas.

- Constituida por un 70% de agua y un 30% de otros alimentos (carne, pan integral, lácteos y legumbres).

- El agua no puede ingerirse con las comidas

Evitar el vinagre y pan blanco.

- Cuestiona la utilidad de lácteos.

- Aconseja consumo de verduras verdes, nueces crudas y semillas de sésamo.

- Asume 3 ciclos naturales:

I: de 14 a 22h de ingestión y digestión.

II: de 22 a 6h, de absorción y uso.

III: de 6 a 14h, eliminación.

- Muy desequilibrada.

- Alteraciones gastrointestinales.

- Déficit de calcio.

- Muy hipocalórica.

 

Dieta de Rafaella Carrá

- No mezclar hidratos de carbono y proteínas.

- Permite consumir lo que se quiera antes de las 8 AM.

- La fruta debe consumirse dos horas antes o después de las comidas.

- Muy desequilibrada.

- Alteraciones gastrointestinales.

Dieta de Kohnlechner

- No mezclar hidratos de carbono y lípidos.

- El azúcar y dulces están prohibido.

- Limita el consumo de hidratos al 10% del total calórico.

Desequilibrada.

2.1.5.     Otros tipos de dietas carentes de fundamento científico

    Existen además otras dietas de adelgazamiento que llaman la atención por la ausencia de fundamento y base científica, como son:

  • Las monodietas: se basan en la utilización de un solo alimento generalmente durante un día a la semana. Entre éstas encontramos la dieta del plátano, del pomelo, del arroz, etc.

  • Dietas líquidas: como la de la leche, la de la cerveza, la de los zumos, etc.

  • La dieta del calendario: cada día del mes hay que comer alimentos que empiezan por una letra determinada.

  • La dieta de las tres P (patatas, pan y pastas): aconseja que estos tres alimentos se excluyan de la dieta.

  • La dieta de los colores: cada color tiene su propia energía y vibración y vibrará con diferentes partes del cuerpo, así cada órgano del cuerpo tiene un color con el que está relacionado. Cada día se deben ingerir alimentos de un color determinado.

2.2.     Dietas alternativas

    Las dietas alternativas se diferencian de las habituales por la restricción voluntaria de algunos de los alimentos o grupos de alimentos. También se consideran como dietas alternativas aquellas que se basan en la reordenación de los menús para hacerlos distintos y al no mezclar determinados grupos de alimentos.

    La mayoría de las dietas alternativas están basadas en creencias religiosas, espirituales, filosóficas,…o en principios éticos y ecológicos. En este sentido, las personas que siguen estas dietas adoptan unos hábitos de alimentación que difiere de la población general.

    Así, se pueden encontrar determinadas sectas o grupos que defienden la alimentación “natural”, es decir, aquellas que evitan todos aquellos alimentos que han sido sometidos a cualquier tipo de manipulación industrial.

    Pero dentro de las dietas alternativas, caben destacar dos tipos muy representativos: las dietas vegetariana y macrobiótica.

2.2.1.    Dietas vegetarianas

Origen

    Esta modalidad alimenticia apareció a finales del siglo XVIII basada en argumentos morales y metafísicos. Actualmente es defendida por numerosas personas y organizaciones, sirviendo innumerables celebridades artísticas y entidades ecologistas a dicha finalidad. A mediados del siglo XX, se pudo demostrar científicamente que una dieta vegetariana podía ser compatible con un estado de salud apropiado.

Principios y tipos

    El vegetariano practica la abstención de comer carnes animales y sus productos derivados. Esto implica la no ingestión de carne de aves, de mamíferos, de pescados, lácteos, huevos, etc. Como en cualquier grupo, dentro de los vegetarianos también hay variantes y ramas diversas, y se las puede simplificar y enumerar como las siguientes:

  • Vegetarianos tradicionales: adhieren al patrón del vegetarianismo por una cuestión hereditaria o por encontrarse inmersos en un ambiente religioso o cultural que induce al desagrado o rechazo por el consumo de alimentos de origen animal.

  • Vegetariano total o Vegano: este grupo incluye a personas que no consume ningún alimento de origen animal.

  • Lactovegetarianos: este subgrupo acepta en su dieta la inclusión de productos lácteos como leche, quesos, yogurt, etc.

  • Ovo-lacto-vegetarianos: además de los lácteos aceptan incorporar huevos a su dieta.

  • Semi-vegetarianos: estos son los que incluyen algunos tipos de alimentos animales. Generalmente excluyen de sus dietas las carnes rojas y eventualmente algunas aves y mariscos.

  • Novo-vegetarianos: Son personas que eran omnívoras y que adoptaron alguna modalidad de vegetarianismo por su pertenencia a algún grupo religioso, filosófico o cultural.

Efectos negativos

    Existen momentos biológicos que son de particular riesgo fisiológico para los vegetarianos. Esto implica que durante esos períodos se debe tener especial cuidado por una mayor demanda biológica de nutrientes.

    Las deficiencias obvias que pueden presentarse en personas que adoptan dietas vegetarianas son la carencia de hierro, falta de calcio y de Vitamina B12. Esto puede llevar a casos de anemia, osteoporosis y otros problemas de salud.

    Algunas de las deficiencias de la práctica incorrectamente balanceada de esta inclinación alimenticia son:

  • La desnutrición en los que practican dietas sin productos de origen animal.

  • Disminución de la energía, baja inmunidad contra infecciones.

  • Poca capacidad de concentración o de trabajo.

  • Deficiencia de proteínas completas, calcio, hierro, vitaminas del complejo B y Vitamina D.

Sugerencias

    Las dietas vegetarianas de cualquier tipo deben incluir la más amplia variedad de alimentos disponibles y posibles. Así, existen algunas recomendaciones para vegetarianos de todo tipo:

  • No excederse en la cantidad de azucares refinados ingeridos (golosinas, dulces, amasados de pastelería, etc.)

  • La selección de granos, cereales y productos derivados integrales, antes que los refinados.

  • Elegir las frutas y verduras que tengan alto contenido en Vitamina C, para así mejorar la absorción de hierro al cuerpo.

  • Optar por alimentos fortificados con Vitamina B12 como la leche de soya o cereales para el desayuno.

  • Combinar cereales con legumbres y frutas secas, granos enteros con cereales y frutas permiten obtener una combinación de aminoácidos adecuada. Como recurso para obtener proteínas completas es necesario efectuar ciertas combinaciones especiales de cereales con legumbres para formar proteínas completas.

    Ejemplos de comida para esto son:

  • Arroz integral con lentejas

  • Tofu con almendras

  • Porotos con trigo

  • Pasta de trigo sin huevo con arvejas.

    Incrementar la ingesta de alimentos con calcio incluyendo:

  • Vegetales verdes oscuros en cantidades importantes (espinaca, acelga, broccoli, berro, radicheta etc.)

  • Legumbres

  • Leche de soya fortificada

  • Frutas secas

    Por otro lado, las personas ovo-lacto-vegetarianas deberían seguir las siguientes recomendaciones:

  • Elegir productos lácteos descremados.

  • Cuidar la cantidad de grasas ingeridas en los lácteos.

  • No exceder la ingesta de dos a tres huevos por semana.

2.2.2.     Macrobióticas

Orígenes y principios

    La dieta macrobiótica, es una dieta antigua de origen japonés, cuyo nombre significa “vida larga”. La dieta macrobiótica se basa en un equilibrio entre alimentos denominados Ying y alimentos Yang. Los alimentos Ying son aquellos que poseen energía debilitante, mientras que los alimentos Yang son alimentos necesarios para lograr la salud y el bienestar físico y mental. En el primer grupo figuran alimentos como el azúcar, la miel, frutas tropicales, lácteos, carne, huevos, almejas, bebidas alcohólicas, especias, alimentos procesados, conservas, etc. El segundo grupo lo integran los cereales, algas marinas, legumbres y vegetales y frutas cultivados sin pesticidas.

    Una dieta macrobiótica típica está compuesta de un 5% de sopas, un 5 a 10% de legumbres, un 20 a 25% de vegetales y un 50 a 60% de granos de cereales.

Características

    Las dietas macrobióticas se basan en la ingesta de cereales integrales, así como la ingesta de frutas y verduras estacionales, aunque éstas no deben haber sido tratadas con abonos y fertilizantes. Además, introduce las algas marinas como parte del menú diario. No permite usar especias o ingredientes químicos y elimina los productos refinados. Igualmente, los alimentos sólo pueden salarse con sal marina y deben cocinarse con aceite vegetal o agua, preferiblemente en recipientes de barro o hierro.

Problemas de la dieta macrobiótica

    Uno de los principales problemas de la dieta macrobiótica es que restringe el consumo de agua, lo cual puede producir problemas de deshidratación. También evita el consumo de suplementos vitamínicos y la escasez de proteínas en la dieta puede provocar anemia, desnutrición, escorbuto y déficit de calcio, entre otros. Otro de los inconvenientes de la dieta macrobiótica es que incluye muchos alimentos de origen japonés que son difíciles de conseguir, tales como el mijo, la soya, algas, tempeh o el tofu.

    La dieta macrobiótica está compuesta de una serie de diez dietas divididas en etapas o fases numeradas del -3 al +7. La última fase está diseñada exclusivamente con cereales.

3.     Conclusiones

    Tras el análisis del presente artículo, se pueden establecer las siguientes conclusiones:

  1. Existen diversos mitos y creencias erróneas que derivan en una serie de hábitos alimentarios incorrectos y nocivos para la salud.

  2. Existen diferentes tipos de las llamadas “dietas milagrosas” y alternativas, que se encuentran basadas en una serie de falsos principios que, seguidos de manera continuada, pueden dar lugar a desequilibrios nutricionales y metabólicos en el individuo a medio-largo plazo. Por tanto, esto es un aspecto que influye de forma directa y negativa en la salud. En este sentido, muchas de estas dietas fomentan ideas erróneas sobre “cómo alimentarse” con un fin de adelgazamiento o por diferentes tipos de creencias (religiosas, éticas, filosóficas,….)

    Así, desde nuestro punto de vista, la clave para estar sano y sentirte bien con el propio cuerpo, está en adquirir y cumplir con una serie de hábitos correctos y saludables. La base de estos principios se encuentra en dos aspectos fundamentales: por un lado, la realización de ejercicio físico de forma moderada y regular y, por otro lado (y al mismo tiempo), una correcta alimentación basada en una dieta equilibrada en nutrientes y energía.

Bibliografía

  • Morón Moreno, A. (2003): “El engaño de las dietas: cómo aprender a adelgazar. Estudio y análisis de una epidemia: la obesidad”. Madrid: Díaz de Santos.

  • Pérez Llamas, F. y Zamora Navarro, S. (2002): “Nutrición y alimentación humana”. Aula de mayores. Universidad de Murcia.

  • www.dietecon.es/articulos-dietas-peligrosas-disociadas.php.

  • www.abcdietas.com/glosario/dieta_alternativa.html.

  • www.zonadiet.com/alimentacion/vegetarianos.htm.

  • www.zonadiet.com/alimentacion/sugveg.htm.

  • www.dietas.com/articulos/la-dieta-macrobiotica-i.asp.

  • www.dietas.com/articulos/la-dieta-macrobiotica-ii.asp

  • www.webconsultas.com/falsos-mitos-en-la-alimentacion/falsos-mitos-en-alimentacion-y-dietas-milagro/todas-las-paginas

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