efdeportes.com

Deporte, formación y escuela: 

ideas del cuerpo educado a través del deporte

 

Estudiante de la Licenciatura en Educación Física

Grupo de Investigación: Estudios en Educación Corporal

Universidad de Antioquia

Evelyn Dariana Marín Ramírez

darianam113@gmail.com

(Colombia)

 

 

 

Resumen

          En este trabajo se expone un análisis de cómo la corriente deportivista prevalente en las clases de Educación Física, contribuye en la formación de los estudiantes. Tratamos esta temática asunto desde autores como José María Cagigal, Pierre De Coubertin, Peter Arnold y Jesús Paredes, quienes han problematizado el deporte en la escuela. Además se indago por las ideas del cuerpo educado a través del deporte, entendiendo cuerpo como sujeto y cómo se recepciona la idea de que el deporte es un medio para formar un ser humano y no un fin en sí mismo.

          Palabras clave: Educación Física. Deporte educativo. Cuerpo. Escuela. Educación

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 141 - Febrero de 2010

1 / 1

El cuerpo, cuanto más se intenta homogeneizar, más se producen auténticas catástrofes.

Ansensio y Otros (2007)

Introducción

    En este artículo se exponen los resultados investigativos1 de cómo se entiende que el deporte es un medio para la Educación Física a partir de las concepciones educativas que se tienen del deporte y de las maneras como se educa el cuerpo a través del deporte en las clases de Educación Física. Con base en la investigación narrativa,2 se hizo un análisis crítico de cómo la clase de Educación Física utiliza el deporte como un medio para la formación del ser humano; se trata entonces, de ver-a-través de la corriente deportivista los dispositivos3 para educar el cuerpo.

    La Educación Física utiliza la corriente del deporte educativo para orientar el desarrollo del ser humano, de tal modo que puedan potencializarse a través del deporte las cualidades de cada persona. Al deporte en la escuela, le concierne aportar a una formación íntegra, formar seres ricos en valores, en principios éticos y morales que aporten al crecimiento personal y social; por ello el deporte debe ir entonces hacia lo educativo y lo formativo en aspectos como libertad, autonomía, respeto, autocontrol, tolerancia, imparcialidad, etc.

1.     Concepciones educativas del deporte

1.1.     Educar a través del deporte

    Educar a través del deporte implica que se utilice como centro de interés el gusto de los niños por las actividades deportivas para, a través de ellas, alcanzar una formación completa, física, moral y social y, a la vez, extender el gusto por estas actividades más allá de la edad escolar. Con la educación a través del deporte se pretende exaltar al individuo, desarrollar su personalidad y someterle a una regla, la del equipo, la del grupo.

    Esta idea la desarrolla José María Cagigal al proponer en su tesis, dos tipos de deporte: el deporte competitivo que tiene un fin profesional o de profesionalización del deporte, donde no hay fines educativos y el principal objetivo son los logros alcanzados, y el deporte praxis o deporte educativo que tiene como fin formar el ser humano mediante valores y principios. El deporte praxis tiene como intención formar seres autónomos, que cultiven no sólo un cuerpo sano sino también un espíritu que permita acercarse a Dios, que sea solidario, un ser respetuoso, que posea autocontrol y disciplina. Para Cagigal el deporte educativo debe ser introducido en la enseñanza de las escuelas y tiene como fin único desarrollar los valores en los estudiantes.

    En las clases de Educación Física del Distrito La Sallista la educación está encaminada hacia la filosofía de la Institución, que promueve una educación humana y cristiana centrándose en valores como el espíritu de fe, actitud de servicio, compromiso, justicia, fraternidad, respeto a la diversidad, amor por la vida, honradez, espíritu solidario y libertad. Sin embargo, tras la observación realizada de las clases de Educación Física en los colegios Lasallistas, se infiere que la idea de formación se detiene especialmente al momento de la oración-reflexión que se hace al principio de la clase y algunos estudiantes mencionan que los comentarios-consejos que hacen los docente tras situaciones alternas de la clase también les aporta a la formación.

    Se puede decir que el interés por la educación en valores aparece en la clase de manera poco relevante, debido a que en la clase no se explicitan los objetivos formativos para dar cuenta de cómo el deporte es utilizado como un medio para cultivar dichos valores. Cuando se les indaga a los docentes acerca de cuáles son los objetivos que tiene una clase por ejemplo desde el fútbol, ellos manifiestan que el contenido es lo fundamental, que el objetivo es desarrollar la técnica de conducción de balón para que el estudiante aprenda hacerlo. Con ello se evidencia que el interés es meramente el aprendizaje de un deporte que forma en técnica y táctica. Además, llama la atención que para los docentes las clases llevan por “añadidura” un sentido formativo y, por ello, consideran innecesario poner en evidencia cómo se educa a través del deporte.

    En este sentido, podemos decir que la clase de Educación Física en La Salle, que se desarrolla a partir de prácticas corporales deportivas, carece aún de un significado educativo y ello se pone en evidencia en el desarrollo mismo de la clase a partir de los objetivos,4 las estrategias metodológicas5 y la evaluación6. Educar a través del deporte implica que en la escuela se visione verdaderamente la amplitud del deporte como un medio para llegar al objetivo de formar un ser integro. En 1921, Pierre de Coubertin publicó un breve Tratado de “Pedagogía Deportiva”, donde argumentó cómo el deporte puede ser útil como instrumento pedagógico. Coubertin comienza su tratado con la incidencia ética y social del deporte ya que éste debe garantizar la creación de una concepción moral y ética de las relaciones humanas:

    La extensión de lo individual a lo social ha de darse bajo condiciones para garantizar su eficacia, primero con la compaginación del deporte con la vida de relación normal, de modo que las actitudes deportivas puedan ser aplicadas de modos más natural en la vida de relación del individuo, y segundo, con la relación afectiva entre “el maestro y el alumno, el padre y el hijo, el anciano y el novicio”, en la que la actitud individual que debe generar el deporte pueda ser trasmitida del educador al educando” (Coubertin citado por Solar, 2003: 221).

    De esta forma, el deporte como herramienta pedagógica permite que se adquieran actitudes y hábitos individuales “positivos” en las personas, estas actitudes deben ser trasformadas a la vida cotidiana, para que la dimensión individual trascienda también a lo cotidiano y a lo social.

    La influencia del deporte en el temperamento, el carácter y la conciencia es otro de los aportes que hace Coubertin; estos aspectos deben ser trabajados de forma simultánea cuando se trata de pensar el deporte como “instrumento pedagógico”, por esto, le confiere una ventaja sobre otros medios de enseñanza en el contexto escolar.

    Coubertin no deja de lado la formación del ciudadano. Siguiendo con su tratado argumenta la importancia de trabajar los valores individuales sociales como la solidaridad, la defensa del estado, la familia, la profesión y la adaptación social ante problemas como el alcoholismo o la violencia. Se esfuerza entonces por decir que de estas cuestiones debe ocuparse el sistema educativo en cualquier país y que el deporte permite a través de las prácticas corporales propias educar en éstos aspectos.

    Por último se habla entonces de los valores clásicos que deben ser cultivados en el hombre: la iniciativa, la perseverancia, la capacidad de entrega, la búsqueda de la perfección y el menosprecio del peligro eventual. Aunque se discute si los valores del siglo pasado aun hoy tienen incidencia, es claro que se debe educar en valores y que el deporte se torna como un favorable medio para lograrlo.

    A partir del Tratado que expone Coubertin, donde argumenta de manera clara las intenciones formativas que deben estar ancladas al deporte formativo en la escuela, se hace necesario reflexionar cómo la clase de Educación Física está utilizando el deporte actualmente. De este modo, podemos decir que los docentes requieren pensar de nuevo cómo a través de los objetivos, contenidos y metodologías de la clase se está apuntando a la formación humana más allá de la técnica deportiva, que educa básicamente en el disciplinamiento, la domesticación y la corrección. Hay que replantear las maneras en que se está haciendo uso de las prácticas corporales deportivas en la clase de Educación Física que “supone” la formación de un ser integro, ético, con conciencia social, ciudadano activo, formadora en el carácter, el temperamento, la rectitud de conciencia, etc.

El Deporte y la influencia moral que tiene la clase en La Salle

    Los planteamientos que hace Peter Arnold (1997) sobre la moralidad, la educación moral y el deporte, nos invita a pensar el sentido que tiene una clase de Educación Física en perspectiva moral. Para este autor, la moralidad está determinada por la capacidad de distinguir lo justo de lo injusto, lo bueno de lo malo, lo correcto y lo incorrecto. Es una moralidad comprendida de valores y principios de los cuales podemos valernos para acometer alguna acción. Así mismo, propone que la imparcialidad, la benevolencia y la libertad, son principios fundamentales; pues estos envuelven la importancia de reconocer al otro como ser humano, la aplicabilidad de los principios en cualquier situación o lugar, y la autonomía de escoger qué hacer y cómo actuar ante cualquier situación. El deporte ejerce una influencia moral en la medida en que se cultiva seres con juicios morales básicos y con disposición voluntaria a actuar en consecuencia a ellos. Es ahí donde nos invita entonces a diferenciar una educación moral de un “adiestramiento moral”; radicando la diferencia en que son los mismos estudiantes quienes se estimulan a pensar críticamente sobre las cuestiones morales teniendo en cuenta los principios morales y formulando juicios propios y racionales para posteriormente actuar a la luz de ellos.

    Para Arnold, el deporte es un agente formador de dichos principios y valores que conforman la moralidad y considera que por medio del deporte escolar puede desarrollarse una educación moral. Aquí el deporte es presentado como imparcialidad, principio que se fundamenta en juicios y valores universales. El deporte, brinda a los estudiantes la posibilidad de encontrarse bajo situaciones que lo inquieten, que lo motiven, que lo lleven y que lo enfrenten con sus principios, con sus valores, con su carácter y con su personalidad que, en últimas deben estar afectados por una formación moral. En este sentido, al analizar el tipo de formación que surge en las clases de Educación Física del Distrito Lasallista, se puede decir que en los colegios de La Salle, la educación moral se da bajo los consejos, comentarios y conversatorios que hacen los docentes con los estudiantes. Ellos, tras situaciones tensionantes de juego o hechos que se presentan en la misma clase, se permiten hablarles desde su formación, permitiéndose acercarse más desde un sentimiento fraterno que posibilite una mayor atención por parte de los estudiantes.

    Arnold en su discurso, es insistente con el desarrollo de la libertad, argumentando que el deporte proporciona por medio de las situaciones de juego, una oportunidad para que el estudiante elija de qué forma actuar, y es ahí donde se evidencia entonces bajo qué parámetros concibe el estudiante la moral. Y es que en la escuela debe darse mayor cabida a un tipo de formación de, no solo la libertad, sino también de la autonomía. En las clases el docente da instrucciones al principio de lo que se debe hacer, sin embargo, se observa que los docentes le brindan a los estudiantes la oportunidad de reflexionar en sus acciones en cuanto al cumplimiento de normas de juego se refiere. Se observa también que el docente al dar la instrucción permite que los estudiantes sean responsables en el uso de su tiempo, y sea, en cierta medida, libre de hacer las tareas asignadas sin necesidad de repetirles lo que deben hacer o exhortarlos porque no lo hagan, siempre y cuando, las acciones de los estudiantes no alteren un “orden normal” de la clase, que perjudique a cualquiera de la comunidad educativa. Sin embargo, al remitirnos a las normas, institucionales puede notarse que hay algo de rigor, pues se hacen llamados de atención por acciones como portar mal el uniforme, estar fuera del terreno de clase, comer chicle, etc.

    Pero, ¿Estos comportamientos del docente se dan porque en su intención quiere formar seres autónomos y libres de actuar y de pensar con total responsabilidad de sus actos? O, como casi todo ¿se da de manera informal este tipo de comportamiento y sin intención alguna? El docente, cuando se ve enfrentado a situaciones tensionantes o anormales de la clase ¿piensa en el deporte como solución a estos conflictos? ¿Se limita a un dialogo? ¿O genera situaciones en donde se toque la problemática del estudiante para reforzar su capacidad de decisión y refuerzo de valores?

    Surgen cuestiones que llevan a pensar en la conciencia que el maestro debe tener de sí. Y es quien para quienes pretenden enseñar o ser educadores hay que de verdad creerse ese papel, apropiarse del rol, y ello implica que en las intenciones de clase, cada comentario, actividad, sugerencia, tema, dialogo, etc., esté inmerso una enseñanza, pero una enseñanza para la vida, para la persona. Hay que tener claro que no se puede pretender una enseñanza moral, si como educadores no se tiene claro el papel que se desempeña en la vida de un estudiante.

1.2     El deporte como forma de socialización, favorece el acceso a la cultura ya que las actividades físicas y deportivas forman parte del patri­monio cultural y "si la misión de la escuela es favorecer el acceso a la cultura, ella debe permitir a los que la frecuentan adquirir los instrumentos de la maestría corporal me­diante una apropiación activa de las técnicas motrices propias de nuestra época" (Arnaud, citado por Vázquez, 1989: 52).

    A través del sistema educativo la cultura deportiva penetra en el tejido social. En la escuela es posible consolidar y propiciar actitudes favorables frente a la práctica deportiva. Siendo este proceso fundamental para incorporar en las familias de los estudiantes, conciencia frente al sentido formativo y saludable de las prácticas deportivas. En el marco de las actividades deportivas, se evidencian valores culturales, actitudes y comportamientos individuales y colectivos, que pueden encontrarse también en otros campos de la vida, de esta forma, el deporte favorece el aprendizaje de reglas y roles sociales, además de favorecer los valores de la autoestima, tolerancia y solidaridad (Paredes 2003: 235).

    El deporte como forma de socialización se presenta en las clases del Distrito Lasallista cuando hay una preocupación del docente por hacer que sus estudiantes aprendan las habilidades básicas de un deporte y manifiestan que es importante que aprendan lo básico de cada deporte, para no versen enfrentados a situaciones penosas de la vida cotidiana:

    “Nosotros tenemos más como la visión hacia futuro, es el nivel se sociabilidad que el estudiante puede alcanzar fuera del colegio... por ejemplo nosotros que lo hacemos por sistema de rotación donde el muchacho va a tener un conocimiento somero de todas las actividades donde el muchacho fuera del colegio logre tener una relación con su entorno por medio de una actividad deportiva: no sé jugar voleibol pero me meto a jugar voleibol… y ese sistema hace que el muchacho fuera del colegio logre una sociabilidad con su entorno”

(Entrevista docentes de Educación Física de La Salle)

    Los docentes consideran que a nivel de cultura general, es preciso que se obtengan conocimientos teóricos y prácticos mínimamente de los deportes más populares y porque no, un amplio conocimiento del mundo deportivo.

    En este sentido es importante preguntarse por la intención que tiene el deporte como medio de socialización, pues esto debe trascender más allá del simple juego cotidiano, del simple aprendizaje de una cultura general del deporte. Allí hay que propiciar aquellas actividades que permitan a los estudiantes ser persona en un mundo social, es decir, que cada uno se encuentre en situaciones que requieran de una formación en valores como el respeto, la tolerancia el trabajo en equipo, la igualdad, el autocontrol, etc., como nos sugiere José María Cagigal a través del deporte praxis. Para permitir que la Educación Física sirva como mediador entre la individualidad y la convivencia con el otro, los docentes deben pues explicitar objetivos y contenidos que le permitan al estudiante cuestionarse, reflexionar, aprender, indagar, interactuar y, de ésta forma, darle un auténtico sentido formativo al deporte en la clase de Educación Física.

2.     El Cuerpo que se educa

2.1.     Educar para el deporte es utilizar el movimiento para la enseñanza de las técnicas deportivas y con ello estimular el rendimiento y la competencia; este fin estuvo dado por la influencia del Olimpismo sobre el deporte escolar y aún hoy los contenidos de la Educación Física se centran en la enseñanza de los deportes a nivel escolar.

    ¿Cómo se educa el cuerpo en las clases de Educación Física de La Salle? Para dar cuenta de cómo se educa el cuerpo a través de deporte en las clases de Educación Física, nos situamos en las ideas de cuerpo y educación de Bárcena, Larrosa y Asensio (2007), autores que vienen problematizando sobre el cuerpo en la educación como dimensión política y poética. Para éstos, el cuerpo no debe ser visto como un objeto más entre nosotros, sino como experiencia de la existencia, es un cuerpo que habla por sí mismo.

    Esta sociedad pretende, tras un conjunto de instrumentos, modos y disciplinas, moldear y encaminar el cuerpo. El cuerpo está expuesto en todo momento, a quedar prendido bajo normas y disciplinas en el interior de poderes que le imponen coacciones y obligaciones, a ser valorado política y económicamente, por su funcionalidad y su utilidad. Esta sociedad casi que nos obliga a formar en la escuela cuerpos dóciles, normalizados, disciplinados, corregidos, bajo un ideal de “perfeccionismo”, aquél que está determinado por los rigores de las reglas sociales.

    La Salle no es ajena a esta realidad, allí se educa un cuerpo para el deporte. Por ello, la formación que se hace a través del deporte es fundamentalmente técnica, donde cobra importancia la adquisición de conocimientos en técnica y táctica, un ser que aprende fundamentos básicos del deporte y que perfecciona sus habilidades motrices básicas. Se visualiza un sujeto que adquiere al tiempo que destreza motriz, valores como la disciplina, la perseverancia y el sentido competitivo. Es así como se interpreta la idea de educación que se tiene en las clases, puesto que los objetivos y los contenidos de la clase de Educación Física están encaminados a educar un cuerpo entrenado, un cuerpo disciplinado, un cuerpo obediente, dócil e institucionalizado.

2.1.1.     Cuerpo entrenado

    Tras las entrevistas realizadas a los docentes de La Salle sobre sus clases, éstos argumentan que es importante que los estudiantes adquieran un gran conocimiento del deporte, formándolos en habilidades deportivas básicas, para que sepan afrontar situaciones de juego cotidianas y tengan un conocimiento de cultura general. Ahora bien, cuando se indaga a los estudiantes por los aportes y aprendizajes que les brinda la Educación Física, manifiestan que les ha enseñado a llevar una vida deportiva, a formar hábitos de higiene, aprender ejercicios, reglas e historia de los deportes.

    Al preguntar por el contenido formativo que tiene el deporte en las clases de Educación Física, los docentes utilizan términos como “rutina, horarios, organizar la vida, disciplina, dedicación, salud”, términos que denotan una idea de un cuerpo entrenado. La idea de formación se da a la luz de una vida organizada, esquematizada, que sigue las normas; hablan de no ponerse límites, en un ámbito competitivo, de saber que se puede lograr y que llegar a la meta es importante; evidenciándose así que los estudiantes recepcionan una idea de formación en las clases de Educación Física encaminada a la adquisición de un conocimiento técnico acerca del deporte.

2.1.2.     Cuerpo disciplinado

    En la clase prima la norma institucional, se enseña por ejemplo las diferentes alineaciones: filas e hileras, se educa desde pequeños en rituales como salir en hilera, las formaciones en el patio, tomar distancia, portar bien el uniforme con la camisa por dentro, tener los tenis impecables, todo del mismo color, el cabello con corte militar, etc.; el silencio, el orden, los castigos, las oraciones, son parte del sistema que se maneja en La Salle y que debe, por supuesto, estar presente en la clase, garantizando así una “buena clase”.

3.     Conclusiones finales

    ¿Cuál es entonces la idea que se tiene del deporte como medio para Educación “Física” en los colegios del Distrito Lasallista de Medellín?

    Aunque en La Salle se ostenta que el deporte es un medio para formar a los estudiantes, como ya se expuso anteriormente, en la puesta en escena del maestro en la clase se puede decir que se educa para el deporte. En este sentido, no se utiliza el deporte como medio para formar y reforzar los valores, sino que se privilegia la enseñanza de la técnica de algunos deportes.

    Al escuchar los objetivos e intenciones de los docentes con sus clases se denota una idea de deporte en sí mismo. O, ¿Cómo más interpretar una clase donde priman los aprendizajes de la técnica y la táctica? Se cae en el simple cliché del “deporte como medio” en La Salle, hay una dicotomía entre lo que el profesor dice que hace en su clase y lo que efectivamente hace,7 pues los docentes “se quedan cortos” a la hora de poner en práctica las verdaderas intenciones formativas del deporte.

    Se da pues una Educación Física para el deporte, se relega la formación del ser a valores como la disciplina y el orden; se educa o entrena un cuerpo para la competencia, reflejándose esto en las actitudes de los estudiantes en otros ámbitos de la escuela, las comparaciones entre los buenos y los malos, los dotados y los que no, los hombres y las mujeres separándose por sexo, la cuantificación de resultados evidenciados en las notas, en los test, en la cantidad de goles o cestas metidos que determinan una buena calificación. Un cuerpo silencioso que está siempre en filas con un orden determinado, importa entonces el desarrollo de actitudes motrices, se deja en un segundo plano la formación y el desarrollo de valores del ser, no se cultiva un espíritu libre, autónomo, que se exprese, que no esté normalizado, esquematizado, en autocrítica, que analice y concluya por sí mismo, se está encasillando por medio de una rigidez deportiva.

    El deporte en la clase de Educación Física es pues un fin en sí mismo, en la clase no hay un objetivo formativo, los contenidos denotan el apuro de tener estudiantes que manejen la técnica, pero no se extiende el interés por hacer del deporte un medio para el niño y el adolescente que necesita formarse en valores que apremian en esta época: la autonomía, la autocrítica, autocontrol, respeto y libertad. Es una clase que no da bases morales, que no permite decisiones propias, es una clase poco moralizadora como nos menciona Peter Arnold, y cada vez, es una clase que sigue anclada en un lenguaje técnico o mecanicista.

    En esta medida, se hace necesario entonces reflexionar en el campo de la Educación Física: ¿Cómo hacer que la teoría y la práctica no sigan separadas? ¿Qué actividades, que recursos didácticos y pedagógicos anclamos al deporte para contribuir a la formación humana? ¿Es el deporte escolar un verdadero agente formador? ¿O se queda sólo en el discurso la intención educativa? ¿De qué manera el docente no repite lo mismo y da curso a “nuevas maneras” de pensar el deporte en la Escuela?

    El deporte puede ser útil como instrumento pedagógico pero sólo si se determinan unas condiciones claras en las que el deporte se pueda constituir verdaderamente como actividad pedagógica. En este sentido, es necesario que se analice de qué forma y qué tipo de deporte será parte de la educación del ser humano. Para Coubertin el deporte por gama de variadas ejecuciones permite que en la escuela cualquier dimensión de la personalidad se eduque en los estudiantes. El deporte además presenta una gran acogida por la mayoría de jóvenes y niños y, la escuela y sus maestros, deben en este sentido, apropiarse del discurso del “deporte educativo” en la medida en que establezcan una relación distinta con la educación de manera que el conocimiento ilumine, alimente, guíe la vida; y también, quizás lo más importante, que podamos aprender a describirnos de otra manera.

    Profundizar en la idea del deporte educativo debería afectar el espíritu inquieto del docente de Educación Física en la medida en que se abriría hacia diferentes lógicas de pensamiento, se enfrentaría a la condición de qué hacer como maestro, se preguntaría por “el sentido” que tiene el deporte en la construcción de conceptos significativos para el mundo de la vida.

Notas

  1. Del proyecto de investigación “Deporte, Formación y Escuela: Ideas del cuerpo educado a través del deporte” realizado en la práctica pedagógica del énfasis Escolar en el Instituto de Educación Física de la Universidad de Antioquia en el 2009. Allí se exploró cómo se entiende en los colegios del Distrito Lasallista de Medellín: La Salle de Bello, Instituto San Carlos, San José de La Salle y La Salle de Envigado, que el deporte es un medio para la Educación “Física” y no un fin en sí mismo.

  2. Denominado así por Bolívar y otros (2001).

  3. El término dispositivo es utilizado por Foucault como dispositivo disciplinario, dispositivo carcelar, dispositivo de poder, dispositivo de saber, dispositivo de sexualidad, dispositivo de subjetividad, entre otros. Sin embargo, la noción foucaultiana de dispositivo que se toma aquí es el de la red de relaciones que se pueden establecer entre la corriente del deporte educativo y la Educación Física.

  4. Que tienen una orientación fundamentalmente técnica.

  5. Que privilegian la demostración, la repetición, el mando directo.

  6. Donde algunos docentes siguen privilegiando la buena técnica para evaluar.

  7. Esto se puede corroborar en la entrevista realizada a los docentes y el contraste que se hizo de los mismos docentes al observar las clases.

Bibliografía

Otros artículos sobre El Cuerpo

  www.efdeportes.com/

revista digital · Año 14 · N° 141 | Buenos Aires, Febrero de 2010  
© 1997-2010 Derechos reservados