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Actividad física, caminata y costo energético 

en niños y adolescentes: una revisión

 

Doctorando en Ciencias de la Motricidad Humana

Magíster en Educación en Salud y Bienestar Humano

Profesor de Educación Física, Deportes y Recreación

Profesor de la Facultad de Educación, Universidad de Ciencias de la Informática

Mg. Tomás Herrera Valenzuela

tomasherrerava@yahoo.es

(Chile)

 

 

 

Resumen

          La siguiente revisión, pretende dar a conocer los aspectos relevantes que deben ser considerados en cualquier programa de actividad física infantil y juvenil que tenga por contenido la caminata, como una herramienta para la mejora o mantención de la salud. El eje central de esta revisión serán los aspectos relacionados al costo energético de la caminata, pasando por aspectos tan distintos como la velocidad preferida de caminata, hasta las recomendaciones de gasto energético y caminata en niños.

          Palabras clave: Costo energético. Caminata. Actividad física. Niños

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 141 - Febrero de 2010

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Introducción

Tomás Herrera Valenzuela    La marcha o caminata supone el movimiento alternado de las extremidades inferiores, con un pie en constante contacto con el suelo. Es el medio de locomoción natural más utilizado por el ser humano, además de ser una actividad comúnmente prescrita para el control del peso corporal, y la rehabilitación cardiaca. Incluso muchas veces el hecho de caminar hace la diferencia entre una persona activa o sedentaria. (1)

    El costo energético de la caminata varía con el transcurso de la edad debido al desarrollo nervioso y al crecimiento longitudinal (2-3). Es responsabilidad de los Educadores Físicos y quienes trabajamos con niños en continuo cambio, conocer y profundizar desde el punto de vista energético en esta forma de locomoción, manejando valores de costo energético a distintas velocidades según la edad y el género.

    Se busca con esta revisión aportar al conocimiento de una actividad de gran popularidad en todas las edades y en permanente cambio evolutivo. Prestando una herramienta fundamental para la planificación de programas de ejercicio y actividad física.

El problema

    No es algo menor el hecho de caminar, esto requiere de una serie de procesos evolutivos relacionados al crecimiento y desarrollo motor. El gasto energético es una característica de los seres vivos y se modifica a través de la edad tanto en estado basal como en movimiento (2-3-4-5-6). Su método de medida indirecto es el consumo de oxigeno, siempre y cuando la actividad realizada requiera de la vía aeróbica para la producción de energía. Por otro lado, los cambios evolutivos de la marcha analizados desde el comportamiento motor son bien conocidos, sin embargo, en otros aspectos, como la evolución del costo energético de la velocidad preferida de caminata aun queda mucho por investigar.

    Al ser el gasto energético determinante en el control del peso corporal y la salud (1), se hace necesario considerarlo un valor relevante de utilizar en el diseño de programas de ejercicio y actividad física.

    Médicos, Nutricionistas, Kinesiólogos, Educadores Físicos y Asociaciones de prestigio como la American College of Sports Medicine (ACSM) y la American Heart Association (AHA) recomiendan caminar para mantener la salud y controlar el peso corporal (1). Generalmente estas recomendaciones se hacen sin especificar una velocidad determinada por edad, ni saber cual es la velocidad que esta persona elegirá para caminar y mucho menos que tan cerca está de su velocidad más económica.

Aspectos relevantes a considerar

Costo energético

    El gasto calórico total se divide en tres componentes: Tasa metabólica basal, termogénesis inducida por la dieta y actividad física espontánea.

Tasa de Metabolismo Basal

    La Tasa Metabólica Basal forma parte importante del gasto calórico total (70%). Constituyendo el mayor componente de egresos calóricos diarios. Varía entre individuos según masa magra, edad y sexo entre otros factores. Por otro lado, una tasa metabólica basal baja se asocia a futura ganancia de peso (7-8-9).

    La tasa de metabolismo basal se encuentra determinada por el sistema nervioso simpático (SNS) (10) y su acción es ejercida a través de la estimulación de B-receptores adrenérgicos (11).

Termogénesis inducida por la dieta

    La termogénesis inducida por la dieta o efecto térmico de los alimentos (TEF), se refiere al aumento del gasto energético que ocurre después de una comida, como resultado de la digestión, absorción, transporte y almacenamiento de nutrientes, elevando la temperatura corporal, utilizando un 10 a 15% de la ingesta energética.

Actividad física

    La actividad física puede definirse como movimientos corporales que son producidos por la contracción muscular, provocando un gasto energético por sobre el nivel metabólico de reposo (12). Cada vez es más aceptado que la actividad y la condición física tienen influencia positiva sobre la salud (13-14-15), además, las cada vez mayores evidencias sobre las relaciones entre la actividad física y la salud entre los adultos están extendiéndose a la población joven. La literatura especializada menciona múltiples beneficios biológicos, psicológicos, sociales y educativos a corto y a largo plazo entre los jóvenes, así como diversas revisiones ponen de manifiesto la posible influencia de la actividad física en jóvenes sobre factores de riesgo de enfermedades crónicas (16-17-18-19-20-21) y un posible efecto duradero en los hábitos de práctica física que va de la infancia a la edad adulta (22). Sin embargo, también existen investigaciones que ponen de manifiesto que no existe evidencia, que incrementar la actividad física en la infancia o juventud proporcione beneficios para la salud a corto plazo (23). Estas diferencias entre autores, se explicarían debido a la dificultad de constatar los efectos de la actividad física sobre la población infantil, ya que muchos de estos efectos también están influenciados por el desarrollo y la maduración (24).

    Sin bien es cierto, la actividad física varía en forma importante entre individuos y decrece a través de los años (25-26), el gasto energético debido a la actividad física es uno de los principales factores ambientales modificables para el tratamiento y prevención de la obesidad (27). Estudios longitudinales han demostrado una correlación negativa entre peso corporal y actividad física, independientemente de la edad, sexo, raza y educación (28-29), además de ser predictor de la mantención de peso a largo plazo. (30). Por otro lado, es importante considerar que la obesidad infantil se relaciona con un estado de salud precario en la vida adulta, independiente del peso corporal (31-32).

    La activad física afecta los tres componentes del gasto energético diario: metabolismo basal, termogénesis inducida por la dieta y gasto energético por actividad física diaria. Provocando un aumento de la Tasa Metabólica de Reposo (RMR), debido a un aumento en el músculo de la cantidad de receptores B2-adrenergicos y una mayor sensibilidad lipolitica de estos a la adrenalina y noradrenalina en los adipositos. Sin embargo, la oxidación de ácidos grasos circulantes es más baja en sujetos entrenados que en no entrenados, suponiendo que la utilización de estos es suplida por la lipólisis de triglicéridos intramusculares (33).

    La incidencia de la actividad física sobre el aumento de la tasa de metabolismo basal, es dependiente de la duración, intensidad y densidad (Magnitud de la carga de trabajo), lo cual puede tener una duración de minutos hasta días (34). Por otro lado, es importante recalcar que existen estudios que muestran como la actividad física intensa, antes de la ingesta de alimentos podría aumentar hasta en un 40% la termogénesis inducida por la dieta (35).

Recomendaciones de actividad física y gasto energético en niños y adolescentes

    Las recomendaciones de actividad física en niños y jóvenes, deben ser acordes y representar la actividad espontánea que ellos realizan, es decir, antes de recomendar una actividad a los niños se les debe observar y de esta manera recomendar actividad en relación a sus intereses de movimiento. Bailey observo la actividad física espontánea en niños y niñas de 6 a 10 años de edad, la actividad de estos fue de carácter intermitente, el tiempo promedio de actividad física de intensidad liviana a moderada encontrado fue de 6 segundos, mientras la actividad de alta intensidad no excedió los 3 segundos, por otro lado, el 95% de toda actividad realizada por los niños y niñas no supero periodos de 15 segundos (36). Otros estudios en Estados Unidos y Gran Bretaña revelaron que los niños generalmente no realizan actividades continuas por tiempos de 20 minutos o más, sino que, la mayoría de los niños exhibe periodos de 5 a 10 minutos de actividad física (37-38-39).

    A continuación pasaremos a presentar los principales lineamientos de actividad física infantil y juvenil:

    En 1994 La Conferencia del Consenso Internacional en Lineamientos de la Actividad Física Adolescente, recomienda (40):

  • Los adolescentes deben realizar actividad física en forma diaria o casi todos los días, con actividades como juegos, deportes, trabajo, transporte, recreación, educación física o planes de ejercicio. En el contexto escolar, familiar y actividades en la comunidad.

  • Los adolescentes deben realizar 3 o más veces por semana 20 minutos o más de ejercicio de moderada a vigorosa intensidad.

    Healthy people 2010, describe los objetivos en promoción de la salud en Estados Unidos para el año 2010. Con respecto a la actividad física sus objetivos son (41):

  • Aumentar a por lo menos 30% la proporción de adolescentes que realicen actividad física moderada por lo menos 30 minutos o más durante 5 o todos los días de la semana.

  • Aumentar a por lo menos 85% la proporción de adolescentes que realicen actividad física vigorosa que promueva la aptitud cardiorrespiratoria 3 o más días por semana, por 20 o más minutos por sesión.

    Blair y colaboradores (42), estimaron que en adultos 3 kcal/Kg/día (correspondiente a 20-30 minutos diarios de actividad física de moderada a vigorosa intensidad) es un objetivo apropiado de gasto energético para promover la salud. Bajo la hipótesis del decline de gasto energético diario desde la niñez a la edad adulta, sugieren ajustar en un 33% la recomendación de gasto energético en niños a 4 Kcal/Kg/día (aproximadamente 30 – 40 minutos diarios de actividad física de moderada a vigorosa intensidad).

    Corbin, Pangrazi, y Welk (43) propusieron en la “lifetime physical activity” lineamientos basados en gasto energético. Recomendando en niños y adolescentes un mínimo de actividad física moderada acumulada de 30 minutos diarios (3-4 Kcal/Kg/día). Para un beneficio óptimo recomiendan acumular 60 minutos diarios de actividad física de moderada a vigorosa intensidad (6-8 Kcal/Kg/día).

    En 1997 la Health Education Authority (HEA) en Inglaterra, inicia un proceso de consulta de expertos y revisión de la evidencia que rodea la promoción de la salud y la actividad física en niños y adolescentes (44-45) con el objetivo de establecer consenso en las recomendaciones, nivel y tipo de actividad física en adolescentes. A partir de este proceso se desarrollaron las siguientes recomendaciones:

  • Los jóvenes deben participar en actividad física de por lo menos moderada intensidad 1 hora diaria.

  • Los jóvenes que actualmente realizan poca actividad física deben comenzar con actividad de por lo menos moderada intensidad, por 30 minutos diarios como mínimo.

  • Y por lo menos 2 veces a la semana alguna de estas actividades debe ayudar a reforzar y mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la salud ósea.

    En el año 2002 la The National Association for Sport and Physical Education (NASPE) publica los estamentos y lineamientos de actividad física desde el nacimiento a los 5 años de edad (46). Divididos en infantes, niños pequeños y pre escolares.

    Las recomendaciones para infantes son:

  • Los infantes deben interactuar en forma reciproca con los padres o cuidadores en actividades físicas dedicas a promover la exploración de su ambiente.

  • Los infantes deben estar en lugares seguros que faciliten la actividad física y no restringir el movimiento por periodos prolongados de tiempo.

  • La actividad física de los infantes debe promover el desarrollo de habilidades motoras.

  • Los infantes deben estar en un lugar que tenga y exceda las normas de seguridad para desarrollar la actividad muscular.

  • Los individuos responsables del bienestar del infante deben estar consientes de la importancia de la actividad física y facilitar el desarrollo de las habilidades motoras del niño.

    Para los niños pequeños NASPE recomienda:

  • Deben acumular por lo menos 30 minutos diarios de actividad física estructurada.

  • Los niños pequeños deben realizar de 60 minutos a varias horas diarias de actividad física no estructurada y no deben permanecer sedentarios por más de 60 minutos excepto al dormir.

  • Los niños pequeños deben desarrollar habilidades motoras que son la base para tareas motoras complejas.

  • Los niños pequeños deben tener lugares cerrados y al aire libre que cumplan o excedan las normas seguridad para realizar actividades musculares.

  • Los individuos responsables del desarrollo de los niños pequeños deben estar consientes de la importancia de la actividad física y facilitar el desarrollo de las habilidades motoras.

    Para los pre-escolares NASPE recomienda:

  • Los niños pre-escolares deben acumular por lo menos 60 minutos diarios de actividad física estructurada.

  • Los niños pre-escolares deben realizar de 60 minutos a varias horas diarias de actividad física no estructurada, y no permanecer sedentarios por más de 60 minutos excepto al dormir.

  • Los niños pre-escolares deben desarrollar habilidades motoras que sean la base de las habilidades más complejas.

  • Los niños pre-escolares deben tener lugares cerrados y al aire libre que cumplan o excedan las normas seguridad para realizar actividades musculares.

  • Los individuos responsables del desarrollo de los niños pre-escolares deben estar consientes de la importancia de la actividad física y facilitar el desarrollo de las habilidades motoras.

    Uno de los lineamientos en actividad física para niños que nos parece más interesante son los desarrollados en Canadá (47), los cuales son presentados mediante una progresión de 5 meses, recomendando aumentar la actividad física y disminuir el tiempo de sedentarismo frente a la televisión, computador, etc. Al cabo de los 5 meses se espera que los niños aumenten diariamente en por lo menos 60 minutos la actividad física moderada (por ejemplo, caminata rápida, patinar, andar en bicicleta, nadar jugar al aire libre, etc.), en 30 minutos la actividad vigorosa (por ejemplo, correr, jugar fútbol, etc.) y reducir el tiempo no activo en por lo menos 90 minutos.

Determinantes del costo energético de la caminata

    Costo Energético Bruto y Neto: El costo energético bruto de una actividad, también incluye la energía que la persona gasta en descanso. Para calcular el costo energético neto de una actividad, hay que obtener una estimación del gasto energético de reposo y descontarlo del costo energético bruto de la actividad.

Gasto energético neto = gasto energético bruto – gasto energético de reposo (para un periodo equivalente)

    Eficiencia mecánica y Economía de Movimiento: La economía de movimiento se refiere al gasto energético requerido para realizar una tarea. Haciendo una analogía con el automóvil, se refiere a la gasolina necesaria para recorrer un Km (Km/L). En el caso de las personas se refiere a las Kcal o Joules requeridos para realizar una actividad, por ejemplo la caminata. La economía de movimiento varía con la edad y puede ser modificada con el entrenamiento (48-49).

    En adultos la relación entre la velocidad de caminata y el consumo de oxigeno (gasto energético) es aproximadamente lineal entre las velocidades de 3 y 5 Km/hr; a mayores velocidades, es menos eficiente caminar y la relación sigue una curva ascendente que indica un mayor costo calórico por unidad de distancia recorrida, es decir, por unidad de distancia recorrida el numero de calorías gastadas caminando es mayor a velocidades más rápidas y menos eficientes (50).

    En relación al gasto energético de la caminata y el peso corporal McArdle presenta una tabla para estimar el costo energético de personas con distinto peso corporal a velocidad de 3.2 a 6.4 Km/h; sus valores son precisos dentro de un 15% del gasto energético verdadero tanto en hombres como en mujeres de distinta tallas. Por lo tanto, las estimaciones diarias del gasto energético de caminata podrían tener un error de solo unas 50 a100 Kcal, suponiendo que la persona camina 2 horas diarias. (51)

    Los niños mejoran su economía de movimiento en la caminata a medida que aumentan en edad, gastando menos energía a la misma intensidad absoluta, es decir, a la misma velocidad (52), del mismo modo, a menor edad los niños utilizan un mayor consumo de oxigeno a la misma intensidad absoluta (velocidad) (5-53-54-55). Algunos autores sugieren que esto se debe a que el crecimiento y el desarrollo están asociados a la eficiencia muscular. (49-56). Con respecto a la economía de movimiento en niños y niñas pre púberes, los niños muestran una mayor economía que las niñas al expresar el gasto energético relativo a los Kg. de peso corporal, sin embargo, no existen diferencias significativas al expresar el costo energético relativo a los Kg. de masa libre de grasa (57).

    Otro aspecto importante a intervenir en la economía de movimiento es la maduración del sistema nervioso, estudios realizados mediante monoterización electromiográfica muestran una contracción de la musculatura antagonista en niños menores de 7 a 8 años en comparación a niños mayores, dicho de otra manera, en el momento de la locomoción, en el que se contrae la musculatura extensora de rodilla simultáneamente se relaja la musculatura flexora de rodilla, esta coordinación se vería afectada en lo niños de menor edad, realizando contracción de la musculatura extensora y flexora de rodilla en forma simultanea, lo cual aumentaría el costo energético de la locomoción (3).

    Los niños de 5 años tienen un 37% de exceso de costo energético en la locomoción por unidad de masa corporal en comparación con los adultos, a medida que los niños aumentan en edad esta diferencia disminuye; los niños de 7 años tienen un 26% de exceso; los de 9 años un 19%; a la edad de 11 años un 13%; a los 13 años un 9%; a los de 15 años un 5%; y los adolescentes de 17 años solo muestran un 3% de exceso de O2 por unidad de masa corporal en la locomoción en comparación con los adultos. (2)

    El concepto de eficiencia puede considerarse como la relación entre la energía requerida para ejecutar una tarea requerida y el trabajo real realizado. Esta representa una indicación de la proporción o porcentaje de la energía total gastada que puede producir un trabajo externo.

    El trabajo externo o salida energética realizada se expresa como la fuerza que actúa por una distancia vertical (F x D), normalmente registrada como pies, libras, o kilogramos metros (Kg*m).

    La entrada energética se infiere del consumo de oxigeno de ritmo estable durante el ejercicio, por lo general se expresa el consumo de oxigeno en Kcal (1 L. de O2 = 5 Kcal).

Eficiencia mecánica (%) = trabajo mecánico real realizado X 100

                                 Entrada energética

    Velocidad Preferida de Caminata y Velocidad de Menor Costo Energético: En el adulto sano, la velocidad preferida o elegida de caminata se sitúa, de media en 80 m/min, asociada a una cadencia de paso estable de alrededor de 110 pasos/min. Si bien el VO2 está relacionado linealmente con la velocidad de la caminata, esto no ocurre cuando se relaciona este valor de VO2 con el metro recorrido, existiendo una relación hiperbólica entre el gasto energético y la velocidad, encontrándose la mejor eficiencia alrededor de los 80 m/min. (58). Sin embargo los valores reportados en velocidad preferida son diversos, desde 1,19 m/s hasta 2,40 m/s (59), con respecto a la velocidad de caminata en niños, esta aumenta influenciada por el crecimiento longitudinal. Para saber si el niño observado se encuentra en un intervalo de normalidad, Norlin propone utilizar las siguientes ecuaciones de regresión (60):

  • Velocidad elegida: v= 0,77 + 0,031 * (edad del niño)

  • Velocidad rápida: v = 1,09 + 0,087 * (edad del niño)

    La velocidad de caminata en niños de 1 año de edad es de 63,7 cm/s; a los 2 años 71,8 cm/s; a los 3 años 85,5 cm/s; a los 7 años 114,3 cm/s; y 121,6 cm/s en la edad adulta. (61). Por otro lado, un estudio escandinavo permitió cifrar los ritmos de marcha adoptados espontáneamente por adultos de 20 a 79 años de edad (62), observando que las personas que no han llegado a los 30 años caminan más lento (tranquilamente) 1,24 m/s en mujeres y 1,23 m/s en hombres; que se llega al pico de velocidad entre los 30 y los 40 años, 1,28 m/s en mujeres y 1,32 m/s en hombres; y después baja gradualmente, llegando entre los 70 y 79 años a valores de 1,11 m/s para mujeres y 1,18 m/s para hombres.

    Diferencias del Costo Energético Según Terreno: La naturaleza del suelo también influye en el costo energético, el terreno arenoso aumenta casi al doble el gasto energético; caminar por un campo arado y caminar por la nieve requiere 1.5 y 1.6 respectivamente más energía al caminar; mientras que un camino con hierba requiere la misma energía que el terreno pavimentado (51).

    Otros aspectos del terreno que aumentan el costo energético de la caminata son la pendiente y la marcha sobre un suelo móvil (por ej. A bordo de un barco) (63). En cuanto, al costo energético de la caminata sobre la cinta sin fin, no es diferente al requerido para caminar sobre una superficie dura (64).

    Existen diferencias en el costo energético relacionadas al calzado, aumentando en relación al peso de estos, además es significativamente más costoso energéticamente llevar un determinado peso el los zapatos que el mismo peso en el torso (65-66).

    Longitud de la zancada: La longitud de la zancada es función de la longitud de los miembros inferiores, y por ello varía con la población estudiada, produciendo disparidad entre autores (67-68-69-70-71). Corresponde a la distancia entre dos contactos en el suelo del mismo miembro inferior. Se relaciona con la longitud de los miembros inferiores, por lo tanto, aumenta con el crecimiento del niño. Se mide de talón a talón y en individuos jóvenes es claramente superior al metro. Los estudios revisados muestran los siguientes valores en longitud de zancada. En adultos Murray observo valores de 1,46 m. (72); Riley de 1,32 m. (68); Winter de 1,55 m. (70); Ostrowsky de 1,52 m. (73) y Cao (71) de 1,51 m. en hombres y 1,36 m. en mujeres. Los valores en ancianos estudiados por Winter (70) y Ostrowsky (73) dan como resultado 1,39 y 1,41 m. respectivamente, mientras Cao (71) observo valores 1,48 m. y 1,30 m. para hombres y mujeres respectivamente. Stolze (69) observó niños de 6 a 7 años de edad, encontrando valores de 1,11 m. Payne e Isaac (61) describieron la longitud de la zancada observando valores de 43 cms. en niños de 1 año de edad, 54,9 cms. a los 2 años, 67,7 cms. a los 3 años, 96,5 cms. a los 7 años; y 129,4 cms. en la edad adulta.

    Longitud del paso: Mide la distancia entre el dedo del pie de apoyo y el talón del pie oscilante que contacta con el suelo. La longitud del paso se acerca a 50 cm.

    Aunque existen diferencias entre autores, Growney (67) observo valores de 0,67 m.; Stolze (69) entre 0,79 m. y 0,81 m.; mientras que hirokawa (74) observo en 0,72 m. en hombres y 0,60 m. en mujeres. En niños de 1 año de edad se observa una longitud del paso de 21,6 cms.; en niños de 2 años, 27,5 cms.; a los 3 años de edad, 32,9 cms.; a los 7 años 47,9 cms.; y 65,5 cms. en la edad adulta. (61)

    Frecuencia del paso: Entre la edad de un año y la edad adulta, la frecuencia del paso pasa de 85 a 90 ciclos/min. a entre 50 y 55 ciclos/min. Payne, describe la frecuencia del paso (pasos/min.), observando en niños de 1 año de edad 175 pasos/min.; a los 2 años 155,8 pasos/min.; a los 3 años 153,5 pasos/min.; a los 7 años 143,5 pasos/min.; y 114 pasos/min. en la edad adulta. (61).

Conclusiones

    En base a la revisión presentada, se puede concluir que la caminata puede ser una parte fundamental en los contenidos de programas de actividad física para mantener y recuperar la salud. Por otro lado, se recomienda incluir la caminata en la actividad física de niños y adolescentes, como parte de un programa que contenga otro tipo de actividades, como por ejemplo, trabajos de sobrecarga y juegos. Es importante no olvidar que todo programa de actividad física pensados para niños debe apuntar hacia crear las posibilidades para la práctica de la actividad física espontanea. Además proponemos insertar ejercicios generales y multilaterales que presenten dificultad para los niños, pero que puedan ser resueltos y concretados, para de esta manera mantener la motivación. No solo es fundamental controlar la magnitud de la carga, sino que, incluso más importante, es lograr que la actividad física sea grata y divertida para los niños, ya que todo, si todo, programa de actividad física con fines de prevención debe tener como principal objetivo la modificación del comportamiento sedentario, logrando transformar la actividad física en un hábito agradable.

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