efdeportes.com
Ramos Mejía y la compleja conformación de los liderazgos

 

Lic. en Sociología

Universidad de Buenos Aires

(Argentina)

Roberto Di Giano

robaied@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          Ramos Mejía reconoce que el líder puede tener influencia y poderes sugestivos sobre las multitudes, y ejerce como tal mientras no contraríe las tendencias predominantes en cuestiones políticas, económicas e intelectuales.

          Palabras clave: Líder. Juan Manuel de Rosas. Hipólito Yrigoyen

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 140 - Enero de 2010

1 / 1

    Un tópico interesante que toca José María Ramos Mejía en diversos pasajes de su vasta producción intelectual, es el del liderazgo. El médico alienista estudia el tema de manera recurrente, guiado por una acuciante autocrítica que lo llevaba a revisar sus elaboraciones en búsqueda de una mayor objetividad, para visualizar de qué manera se fue perfilando el carisma de algunos destacados caudillos locales en determinados momentos históricos.

    Ramos llega a la conclusión que la superioridad de dichos actores se establece, entre otras cosas, por la presencia de circunstancias fortuitas que pueden parecer un poco frívolas tal como el hecho de tener un aspecto físico llamativo. Y nos apunta que ciertos elementos, desdeñados por pueriles por muchos estudiosos del tema, despiertan, sin embargo, sensaciones agradables e ideas de grandeza en vastos sectores de la población. De allí que, en múltiples oportunidades, lo "majestuoso" de los conductores no sea más que un atributo de las imágenes de personas que están sostenidas por las multitudes de su tiempo.

    En el caso concreto del caudillo Juan Manuel de Rosas, una figura culminante en la historia argentina que gobernó al país de una manera bien original como fruto de sus peculiaridades, se le añadían otros factores que ayudaron a fortalecer su prestigio: el hecho de poseer un capital económico y social bastante considerable. No obstante, dichos atributos pudieron haber pasado desapercibidos si no fuera por las grandes expectativas que depositaron en él las multitudes de la época. Fueron ellas, en definitiva, las que le atribuyeron a este líder cualidades extraordinarias.

Juan Manuel de Rosas, en el billete de 20 pesos

    Cuando Ramos Mejía profundiza el análisis de las relaciones que se tejen entre los líderes y sus seguidores, advierte, con atrevida puntería, que al llegar a cierta altura, la sugestión puede también venir de los caudillos hacia las multitudes y pone nuevamente como referente a las sólidas aptitudes en ese sentido del hombre que ejerció durante años un relativo dominio sobre el alma popular: "Rosas daba a la multitud y recibía de ella: el intercambio era completo".

    Es oportuno señalar que dicha regla no siempre se cumple y por eso el pensador argentino la ubica, más bien, en el terreno de las excepciones. Así, la corriente recíproca que se conformó entre el caudillo federal y las multitudes no tuvo lugar, por ejemplo, en el caso de algunos héroes de nuestro pasado, pues eran hombres desprovistos de iniciativa y carentes de facultades sugestivas.

  Hipólito Yrigoyen   En 1911, Ramos Mejía escribe un artículo para el periódico "Sarmiento", en donde analiza las principales características del liderazgo ejercido por Hipólito Yrigoyen, quien ya era por ese entonces un ídolo de las multitudes. Además resalta las nobles actitudes de este político sensitivo que "no cree que la evolución sola pueda formar el tipo de la república a que aspira y entonces recurre a la violencia".

    Uno de los rasgos de Yrigoyen que más reconocían sus seguidores era su discreción, una cuestión que lo diferenciaba del resto de los políticos de la época tan proclives a darse importancia con un aire de exhibición teatral.

    Como el caudillo carecía del encanto de la oratoria para llegar a las muchedumbres y del poder hipnótico que suele ejercer una presencia física imponente, la eficacia para comunicarse con sus seguidores quedó supeditada a la sorpresa. Por eso era necesario que las facultades misteriosas del líder, que le otorgaban un prestigio que no hubiera podido ganar de otro modo, operen sobre ellos de manera profunda y decisiva. Es decir, que dejen en los sectores populares una huella indeleble para luego, entonces, tomar distancia e intentar diseñar otras tácticas en las sombras.

    Para finalizar, vale aclarar que Ramos Mejía si bien reconoce que el líder puede tener influencia y poderes sugestivos sobre las multitudes, ejerce como tal mientras no contraríe las tendencias predominantes en cuestiones políticas, económicas e intelectuales. Es decir, que al fin y al cabo los líderes, según la mirada del notable científico argentino, quedan inexorablemente sometidos a las inclinaciones cambiantes de la multitud.

Bibliografía

  • AA.VV. (1983) Yrigoyen vivo. Librería del Jurista, Buenos Aires.

  • Ramos Mejía, José M. (1977) Las multitudes argentinas. Edit. de Belgrano, Buenos Aires.

  • Ramos Mejía, José M. (1927) Rosas y su tiempo. Edit. Científica y Literaria Argentina.

Otros artículos sobre Psicología del Deporte

  www.efdeportes.com/

revista digital · Año 14 · N° 140 | Buenos Aires, Enero de 2010  
© 1997-2010 Derechos reservados