Lecturas: Educación Física y Deportes
Revista Digital
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EL ENTRENADOR DEPORTIVO
Francisco García Ucha (Cuba)

Jefe del Departamento de Psicología del Deporte
Instituto de Medicina del Deporte - La Habana (Cuba)

Desde hace varias décadas en la literatura científica aparecen trabajos dedicados al estudio de las características psicológicas de los entrenadores, los problemas más frecuentes en su labor, los estilos de dirección y búsqueda de sistemas de preparación que faciliten su excelencia en las tareas.

No cabe la menor duda que no existe ningún problema o técnica eficaz destinada a la preparación y entrenamiento de los deportistas que no este involucrada con la personalidad del entrenador.

A continuación trataremos algunos de los temas que consideramos resultan más significativos.

La valoración del deportista por el entrenador
Uno de los problemas más frecuentes que se presentan en la práctica como psicólogo del deporte es colaborar con los entrenadores en la comprensión de sus actitudes en relación con los deportistas y como evitar que las mismas puedan perjudicar los resultados de la preparación deportiva y el proceso de entrenamiento.

Se trata aquí de la circunstancia en que el entrenador encuentra en el deportista patrones de conducta que no son aceptados por él o que se relacionan con prejuicios personales del propio entrenador. Por ejemplo, el hecho de que el deportista pertenezca a una región geográfica donde sus pobladores tienen características culturales que no son afines a las concepciones del entrenador.

Podría afirmarse que las actitudes del entrenador puedan ser modificadas, pero a pesar de sus mejores intenciones su programación mental lo llevara a que estas actitudes profundas no dejen de manifestarse. Ellas engendraran indefectiblemente problemas de comunicación, reflejos directos de esas actitudes inconscientes.

Estos problemas no solo se presentan en la práctica de los entrenadores sino en todo un grupo de profesiones. Por ejemplo, en la propia práctica clínica de los psicólogos.

Una de las fórmulas más eficaces para contrarrestar estas limitaciones consiste en reflexionar acerca de nuestras actitudes. En el caso de los entrenadores puede ayudar a esa introspección responder el test de B. Ogilvie, que recoge los problemas más frecuentes en las relaciones entrenador-atleta.

Las alternativas del test presentan las conductas más perturbadoras que pueden aparecer frecuentemente por parte de los deportistas.

Otra de las actividades que en este sentido pueden llevar a cabo los entrenadores consiste en examinar por qué tienen a veces reacciones emocionales negativas muy fuertes o exageradas. Aquí enfocamos la introspección o reflexión del entrenador acerca de los componentes emocionales que contribuyen a producir lo que llamamos reacciones rígidas, fijas o improductivas a tipos de comportamientos.

No obstante permanece la alternativa siguiente: ¿Es posible rechazar ciertas características de un individuo sin rechazar la persona en su conjunto?

Esto es completamente posible pero también es necesario brindar la mayor atención al grado o a la calidad de la reacción del entrenador ante los aspectos negativos de cada atleta. Cuando el entrenador puede especificar en detalle lo que en un deportista particular le perturba, entonces será posible conocer las características que causan su reacción. Se puede también decir al deportista que no se aprecian algunas de sus particularidades pero que ellas no impiden aprobarlo como deportista. Esta sugerencia no es válida en los casos en que las conductas específicas del atleta provocan en su entrenador una reacción generalizada al punto que le atribuya características negativas que excedan su observación objetiva, para ello es recomendable la asesoría de un psicólogo.

Esta tendencia negativa en la personalidad del entrenador puede reposar en un rasgo o cualidad personal del deportista y no permite examinar otros rasgos o cualidades que puedan contradecir nuestra apreciación preconcebida. Nuestra intención es ayudar a los entrenadores a evitar sacar conclusiones demasiado precipitadas respecto a un individuo, sobre la base de observaciones o informaciones incompletas.

Estas actitudes donde puede faltar la objetividad o la tolerancia tienen con frecuencia raíces muy profunda y no llegan a resolverse. La actitud de base terminará siempre por descubrirse y en particular en situaciones imprevistas y cargadas de stress.

Es en estas ocasiones cuando resulta más difícil controlar los sentimientos profundos. El entrenador que acaba de perder un encuentro importante puede muy bien volverse contra el deportista de quien, por ejemplo, sospecha fingirse lesionado y decirle: "En ti no puedo fiarme, tú y tus constantes debilidades. ¿Te decidirás a dejar de ser un flojo algún día?

El interés hacia las relaciones entrenador-deportista conduce a una serie de investigaciones. Estas demuestran, que los entrenadores estructuran sus relaciones con los deportistas orientándose primero sobre sus cualidades deportivas específicas y sólo después sobre sus relaciones personales que se valoran bajo la influencia de las primeras.

La actividad deportiva presenta exigencias especiales hacia las cualidades físicas, intelectuales y específicas de los participantes y son un primer mediatizador de las valoraciones que hace el entrenador de los deportistas. Naturalmente el entrenador tiene una cierta sensibilidad al seleccionar a los aspirantes y deportistas de acuerdo con las cualidades más ventajosas para el deporte y en mucho estas circunstancias determinan la relación del entrenador y su valoración del deportista.

El sistema de valores del entrenador juega un papel trascendente en el carácter de las relaciones con el deportista. El entrenador sentirá simpatías hacia aquellos que se identifican con sus valores, convicciones y sentimientos.


La personalidad del entrenador
B. Ogielve y T. Tutko, estudiaron la personalidad de numerosos entrenadores. Ellos compararon el perfil de personalidad medio de estos entrenadores con las normas psicológicas de estudiantes para ver si se distinguían del hombre común. Comprobaron que los entrenadores se distinguían claramente del hombre medio por un gran número de características personológicas. Además sus perfiles de personalidad eran casi idénticos a los de deportistas seleccionados en diferentes deportes de elevado rendimiento. Estos entrenadores, como grupo, eran semejantes a los campeones olímpicos de natación, fútbol, béisbol y a los jugadores de baloncesto profesional y a las figuras destacadas en el atletismo.

A continuación se resumen algunos de los rasgos más destacados a fin de que puedan compararlos con la autovaloración de sus características de su personalidad. También se señalan dos características menos favorables con vista a su regulación o minimización para mejorar la eficacia de la labor.

Por tanto podemos decir que los entrenadores como grupo se caracterizan por:

  1. Aspiran intensamente al éxito; una necesidad evidente de estar en la "cima".
  2. Son muy ordenados y organizados; prefieren prever e interesarse en lo que podría suceder.
  3. Son entusiastas, simpáticos y aman el contacto humano.
  4. Tienen un nivel de conciencia bien desarrollado y están muy identificados con los valores reconocidos por la sociedad.
  5. Poseen una personalidad y temperamento especialmente fuerte para contener sus emociones incluso cuando son sometidos a un estrés considerable.
  6. Como grupo, son personas "abiertas" y confiables, que no están excesivamente a la defensiva en sus relaciones con los demás.
  7. Tienen resultados muy altos en lo que concierne a las cualidades de jefe si se compara al obtenido por jefes elegidos o nombrados en otras actividades.
  8. Es una muestra de personas dominantes, activas y que buscan las responsabilidades del jefe.
  9. Tienen tendencia a cuestionarse y a aceptar las críticas cuando algo no va bien y no hacer que caiga la responsabilidad sobre otra persona.
  10. Han obtenido el más alto promedio de resistencia psicológica de todas las muestras estudiadas. Se observa que la perseverancia es el rasgo de personalidad más prominente de un entrenador que tiene éxito.
  11. Demuestran una madurez emocional inusitada, y, sobre la base de las evaluaciones psicológicas se describen como personas que afrontan la realidad y los conflictos con mecanismos adaptativos normales.
  12. Tienen la posibilidad de expresar sus tendencias agresivas naturales de una forma apropiada a su función de entrenador.

Parejamente B. Ogielve y T. Tutko, encontraron dos rasgos que piensan pueden ser desfavorables cuando se trata de ocuparse de deportistas jóvenes. Primero el muy débil que se inclina a interesarse en la necesidad de dependencia de los demás. Esta necesidad se expresa en los atletas cuando quisieran que alguien se ocupe de ellos, escuche sus problemas personales, los proteja cuando están en dificultades, se sienta concernido- en otros términos les dé un gran apoyo emocional. Los entrenadores del estudio eran, como grupo, muy poco dados y dispuestos a jugar este papel. No admitían esta necesidad en los demás ni sentían un gran deseo de ocuparse si era sentido por uno de sus atletas. Como grupo, no se mostraban solícitos cuando se trataba de dispensar apoyo emocional, hasta un poco de comprensión, a deportistas que les solicitaban consejo o necesitaran comprensión. Con frecuencia hacían el señalamiento de que no eran asistentes sociales y que su trabajo era enseñarlos a vencer. Según los datos recogidos, parece que el hecho de que ellos llegaran a asumirse completamente les impide reconocer lo que para los demás puede constituir una forma de satisfacción absolutamente necesaria.

La segunda cualidad que les falta es la flexibilidad, según T. Tutko y B. Ogielve: son inflexibles o rígidos cuando se trata de recurrir a nuevas adquisiciones. Aunque se trata de una muestra de personas razonables, éstas parecen caracterizadas por un "conservadurismo" extremo que se inclinaría a limitar el uso de nuevos datos o a impedirles abordar los nuevos problemas con métodos diferentes. En opinión de estos autores los entrenadores se aferran a los viejos métodos y técnicas aunque por evidencia sean superados.


El entrenador y la Psicología del Deporte
Rasgos de la labor del entrenador: Pros y Contras
Indudablemente que hay mucha satisfacción en la labor del entrenador. Conseguir el éxito mediante la preparación de los deportistas puede ser muy satisfactorio para una persona. Sin embargo la profesión de entrenador tiene diversos riesgos.

  1. Riesgos de la profesión podemos señalarlo por el hecho de que todo el mundo es un experto en el deporte. Mientras esto no ocurre con otras profesiones todos estamos deseosos de decirle al entrenador cómo dirigir su equipo.

  2. Horas de trabajo interminable. Los entrenadores dedican muchas horas de trabajo agotador en la búsqueda de la formula para ganar. Hay muchas frases que confirman esto en el mundo del deporte. "La voluntad de ganar es la voluntad de trabajar". Dada que estas ideas están muy enraizadas en la mente del entrenador, las mismas contribuyen a la creencia de que el entrenador que más trabaja prevalecerá sobre aquellos que no sean tan diligentes.

  3. Evaluación constante. El entrenador esta sometido a una evaluación permanente y esta se basa en la actuación de otras personas (jugadores). El récord del entrenador depende del récord público, y la presión de registrar victorias en vez de derrotas parece eterno. Pocos de los que nos dedicamos a otras profesiones tenemos que someternos a semejante escrutinio.

  4. Falta de seguridad. El entrenador es solo tan bueno como el récord del año pasado en lo que respecta a la administración. La profesión de entrenador es la única en que hay que someterse a prueba a los 30 años de experiencia igual que al año de experiencia. El cambio de entrenadores en las ligas de baloncesto de EE.UU. llega anualmente al 40 %.

  5. Afecta la vida familiar. En encuesta a las esposas de entrenadores ellas señalan: Exigencias de tiempo excesivo de trabajo que interferían con la vida familiar. Problemas de salud de los esposos, por el stress de trabajo.

  6. Es una carrera terminal. No llegan a retirarse a una edad avanzada. Ser entrenador se considera que es una tarea de hombres jóvenes.

Considerando todo lo anterior, los individuos que escogen ser entrenadores tienen la posibilidad de lograr muchas ventajas pero también deben estar conscientes del otro lado de la moneda. Hay que enfrentar muchas cosas para persistir y esforzarse en la profesión de ser entrenador tales como las múltiples presiones de muchas criticas, trabajar horas interminables, tener el futuro pendiente de la labor de otros así como de la de uno mismo, tener poca seguridad en el trabajo, vivir, a veces, una vida familiar desarticulada y ser miembro de una carrera con una expectativa de vida corta.


Cualidades de un buen entrenador

A continuación cinco conclusiones en relación con el planteamiento de metas.

  1. Las metas específicas y difíciles llevan a rendimientos mejores que las metas fáciles y ambiguas.
  2. Las metas a corto plazo pueden facilitar el logro de metas a largo plazo.
  3. Las metas afectan el rendimiento al afectar el esfuerzo, la persistencia y la dirección de la atención, y al motivar el desarrollo de la estrategia.
  4. La información sobre el progreso que se logra es necesaria para que funcione el planteamiento de metas.
  5. Las metas deben aceptarse si han de afectar el rendimiento.

Sugerencias a los entrenadores que deseen emplear el establecimiento de metas.

  1. Plantear metas a corto plazo como parte del mejoramiento a largo plazo.
  2. Establecer metas medibles o mensurables.
  3. Establecer metas difíciles pero realistas.
  4. Delinear estrategias bien definidas para la obtención de las metas.
  5. Controlar constantemente y evaluar los programas de planteamientos de metas.

El burnout en los entrenadores
Como ejemplo del stress del trabajo de los entrenadores hay investigaciones que revelan un aumento de hasta 60 pulsaciones sobre la frecuencia normal promedio del entrenador en las condiciones de competencia.

Causas de Burnout: el agotamiento es uno de los posibles resultados del stress prolongado; estado de agotamiento que con frecuencia se denomina burnout.

  1. Tomar el trabajo demasiado en serio. Entrenar es un reto importante pero la vida es más que trabajar. Un primer paso preventivo para evitar el "burnout" puede ser lograr un equilibrio en las diversas demandas de la vida y mantener el trabajo en perspectiva.
  2. Padres-problemas. Genera stress.
  3. Atletas-problemas.
  4. Desencanto.
  5. Presión para ganar.
  6. Otras presiones. Falta de reconocimiento por parte de los administradores, presiones familiares, demasiados deberes como entrenador y como maestro, poco estimulo monetario y tener que competir con recursos limitados con otros programas deportivos y no deportivos afecta al entrenador. Cuando se unen otras exigencias se está mezclando una receta para el burnout del entrenador.


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Año 4. Nº 14. Buenos Aires, Junio 1999