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La dirección de equipos deportivos y la figura del entrenador en ellos

 

Estudiante de Maestría, ISCF

(Venezuela)

Lic. Carlos Alberto Repillosa

carlosrepillosa@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          La identidad de los equipos deportivos no es como algunos piensan, cuestión pública y de imagen solamente. La mayor parte de esta identidad no es observable, es implícita, la más grande cantidad de elementos que conforman la identidad no se releva a la vista de los que no pertenecen al mismo. Dirigentes deportivos, periodistas y otros observadores se sorprenden a menudo por actuaciones de algunos equipos o miembros de los mismos, porque no han penetrado realmente en su verdadera identidad y la han confundido con meras apariencias. En efecto, un entrenador deportivo no solo debe tener conocimientos de los deportes como la mayoría de los entrenadores empíricos creen, sin saber que con una mala gerencia en su trabajo perjudica al colectivo de una institución, teniendo como consecuencia una series de factores en contra, por tal motivo, Moreno y Del Villar (2004)[1], conciben al entrenador como el máximo responsable del grupo deportivo y director del mismo durante el proceso de entrenamiento y competición, por lo que debe poseer una determinada formación que le permita desempeñar sus funciones de manera óptima. Dirigir equipos de elite es una difícil tarea que no puede realizarse sin un estudio profundo de lo que son estos colectivos que se integran por jóvenes deseosos de conquistar la gloria, a la que deben ser conducidos por senderos donde abunde la ética, el respeto a la condición humana y el amor al deporte, teniendo en cuenta sus futuros como individuos de bien en cualquier sociedad.

          Palabras clave: Equipo. Equipo deportivo. Entrenador

 

Abstract

          The identity of the sport teams is not as some they think, public question and of image only. Most of this identity is not observable, it is implicit, the biggest quantity in elements that you/they conform the identity is not raised in view of those that don't belong to the same one. Sport leaders, journalists and other observers are often surprised by performances of some teams or members of the same ones, because they have not really penetrated in their true identity and they have confused it with mere appearances. Indeed, a sport trainer not alone he/she should have knowledge of the sports like most of the empiric trainers believe, without knowing that with a bad management in their work harms to the community of an institution, having as consequence a series of factors in against, for such a reason, Moreno and Of the Villar (2004), they conceive the trainer like the maximum responsible for the sport group and director of the same one during the process of training and competition, for what should possess a certain formation that allows him to carry out their functions in a good way. To direct elite teams is a difficult task that cannot be carried out without a deep study of what you/they are these communities that are integrated for young desirous of conquering the glory, to which you/they should be driven by paths where the ethics, the respect to the human condition and the love is plentiful to the sport, keeping in mind its futures as individuals of well in any society.

          Keywords: Equip. Sport team. Trainer

 

Adaptado de PAULAS, Omar y ECHEVARRIA Mirtha (1999) Reflexiones sobre la

Dirección de Equipos en el Deporte. ISCF “Manuel Fajardo” Ciudad Habana. Cuba

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 139 - Diciembre de 2009

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    Antes de abordar la variable dirección de equipos deportivos, es conveniente definir lo que se entiende por dirección y equipo deportivo. La dirección es una fuerza que mediante la toma de decisiones basada en los conocimientos y entendimientos, relaciona entre sí, e integra a través de los procesos de unión apropiados a todos los elementos del sistema organizado de una forma calculada para alcanzar los objetivos de una organización. Mientras que, equipos deportivos se refiere a un grupo social pequeño, de estructuras poco complejas, que tiene como objetivo común la práctica de un deporte especifico.

    Ambas ideas, es decir, la dirección y equipos deportivo al ser unificada en un propósito común, sugiere determinar que las actividades dentro de una organización deportiva recae en el que las ejecuta, lo que implica asumir responsabilidades de forma tal que sean medibles en la medida que sean efectivas en el logro de los objetivos trazados.

    Los equipos deportivos actualmente no sólo agrupan a los atletas, sino a otro personal técnico que participa de manera decisiva en su preparación y en sus competiciones. A partir de esta composición los equipos deportivos están estructurados de manera sencilla en un núcleo del equipo y una superestructura del equipo. Es esta una estructura social informal, que no es exactamente la que define los roles de sus integrantes, sino que se refiere a las relaciones entre sus miembros.

    Por supuesto, al analizar ambos conceptos se pone de manifiesto que la cooperación por un grupo de personas para realizar un trabajo, tengan objetivos e intereses comunes para dar solución a un problema pero además interactuar, y también se necesita de la creatividad, sin ella será imposible resolver la tarea encomendada. Es por ello, que retomando el concepto anterior se puede decir que el “Equipo”, es un grupo de personas que interactúan entre sí, los cuales tienen objetivos, fines e interese comunes para dar solución a un problema”

Estructura del Equipo Deportivo

    Núcleo: En él se encuentran los jugadores, los que desempeñan el rol decisivo en el equipo, los que determinan la existencia misma del equipo.

    En el núcleo del equipo deportivo los jugadores asumen roles informales que son atribuidos por los propios integrantes. Por ejemplo un equipo de béisbol. Existe el líder del equipo, cuya posición le es otorgada por el colectivo, no por el colectivo de dirección ni porque sea el Capitán, así puede darse el caso de que un integrante que siempre ayude a los demás cuando se sienten enfermos y carga con un bien abastecido botiquín personal, sea buscado siempre por los otros para atender cuestiones de salud, otro es consejero de todos porque posee una sapiencia especial, para comprender los problemas de los otros, alguno plancha muy bien y ayuda en ello a sus compañeros, otro sabe pelar y se ha convertido en el barbero del equipo y así los ejemplos pueden ser numerosos.

    Superestructura: En ella se encuentran los miembros del equipo que participan en su preparación, como son los entrenadores, los médicos, los psicólogos y otros en dependencia del deporte de que no se trate. En la superestructura, los integrantes del equipo desempeñan roles que le son asignado oficialmente por la responsabilidad que desempeñan; el delegado, el director, el médico, el psicólogo, el masajista, entre otros.

    Estructura formal del equipo. Por supuesto que no es la estructura formal lo que diferencia a unos equipos de otros en un mismo deporte, aunque si identifica claramente el deporte a que dedica un equipo. La verdadera diferencia de los equipos deportivos la marca sus relaciones informales, afectivas y basadas en los valores y no en subordinación.

    Identidad de los equipos deportivos. Cada equipo deportivo se diferencia de los demás aunque sean del mismo deporte y categoría, según sea el comportamiento de las propiedades socios psicológicos grupales en cada uno. Las siete propiedades de los equipos deportivos en las que se manifiesta los rasgos específicos de su identidad son:

  • Objetivo o fin determinado

  • Estructura

  • Normas de conducta

  • Cohesión grupal o sentido de pertenencia

  • Compenetración o interrelación entre sus miembros

  • Identidad entre motivos y metas.

  • Clima psicológico

    Objetivo o fin determinado. Se refiere a la razón de ser del equipo, el motivo por el que sus miembros se mantienen agrupados. El objetivo es progresivo, los equipos asumen cada vez mayor riesgos superiores en su desempeño.

    Normas. En cada equipo deportivo se asumen normas generales establecidas por el Comité Olímpico Internacional (COI) y otras organizaciones deportiva, normas particulares del deporte que practica el equipo, ya sean técnicas o de conductas dictadas por la Federación Internacional y Nacionales y normas singulares que se establecen en el propio equipo; son estas las que caracterizan la identidad. Algunos ejemplos son los horarios de entrenamiento, el vestuario establecido para competir, Las formas de canalizar las inquietudes, el ritual con que se desarrollan las reuniones o mítines u otras.

    Cohesión grupal o sentido de pertenencia. Motivados por un propósito se agrupan lo deportistas en un equipo y después de su entrada se van estableciendo vínculos entre cada integrante y el equipo que van atándolo cada vez más a su pertenencia. Desear pertenecer a este equipo y no a otro equipo, sentir orgullo de ser miembro y no querer desprenderse en ninguna circunstancia. Esta propiedad puede ser más o menos fuerte en dependencia de muchos factores, dentro de los que se encuentra el éxito en el logro de los objetivos personales y grupales.

    Interrelación y compenetración entre los miembros. Necesariamente los miembros del equipo deportivo deben establecer interrelaciones entre ellos para desarrollar su preparación y/o para cumplir con su desempeño en el juego según sea el deporte, estos vínculos entre uno y otro miembro y entre cada uno con todos los demás debe hacerse más fuerte en la medida que el equipo progresa en edad y resultados hasta transformarse en una fuerte compenetración que deviene en relaciones solidarias y fraternales, de de comprensión y ayuda mutua, la vieja consigna de los mosqueteros expresada en la obra de Alejandro Dumas es una máxima para los equipo deportivos maduros y de éxito: “Todos para uno y uno para todos”.

    Identidad entre motivos y metas. Además de los objetivos estratégicos, de su razón de ser, los equipos se van trazando metas para ir alcanzándolas de forma paulatina, Estas metas son para todo el colectivo, su logro depende del desempeño de todos los miembros, sin embargo, no puede obviarse que cada integrante del equipo posee intereses personales que le impulsan a pertenecer y actuar en el equipo. Lograr una convergencia entre ambos elementos, y del colectivo y del individuo es una necesidad para el crecimiento del equipo. Cada uno debe percibir que el logro de las metas, con el esfuerzo de todos hace una contribución a la satisfacción de sus ambiciones personales. Y los “managers” no pueden olvidar esta necesaria convergencia en la atención individual a sus pupilos so pena de perder la posibilidad de tener éxito.

    Clima psicológico. El llamado ambiente psicológico es la propiedad más inestable de las siete, pues es alterado con facilidad por elementos internos o externos al equipo, lo mismo a favor que en contra de las metas. Es sumamente importante conocer que electos pueden modificarlos para neutralizar los efectos negativos que pueden producirse. Favorecen el clima psicológico de los equipos, las victorias, los éxitos individuales de sus miembros, tanto en el deporte como en lo personal, las buenas condiciones de vida. Lo contrario enrarece el ambiente y predispone negativamente al grupo.

    Además del comportamiento estas propiedades existe un grupo de elementos que caracterizan la identidad de cada equipo y que lo hace único e irrepetible, como lo son: El lenguaje, los mitos, ritos, valores, símbolos, las creencias o presunciones y las formas de actuar

    La identidad de los equipos deportivos no es como algunos piensan, cuestión pública y de imagen solamente. La mayor parte de esta identidad no es obsérvale, es implícita, la más grande cantidad de elementos que conforman la identidad no se releva a la vista de los que no pertenecen al mismo. Dirigentes deportivos, periodistas y otros observadores se sorprenden a menudo por actuaciones de algunos equipos o miembros de los mismos, porque no han penetrado realmente en su verdadera identidad y la han confundido con meras apariencias.

    Infancia del equipo. Este período puede ocurrir en dos circunstancias diferentes de partida; una la más favorable y real es el equipo se forme a partir de la voluntad de sus miembros, con el patrocinio de un organismo que establece las normas, las sanciones y los estímulos. Los integrantes del equipo conocen que obtendrán beneficios según su desempeño.

    La infancia puede transcurrir también a partir de peores circunstancias como que se integre de manera forzosa una actividad no interesante para los miembros, que la composición sea cambiante y que el equipo no pueda decidir la pertenencia de nuevos miembros, no se establece desde el mismo surgimientos del equipo los beneficios que se obtendrán por el desempeño, ni los estímulos ni las sanciones.

    Es importante que los directores de los equipos utilicen esta etapa para establecer normas de conducta para los miembros y para el equipo, fijar metas, establecer símbolos, ritos que irán formando el cuerpo de los valores compartidos que se definirán después en otra etapa de su evolución.

    Juventud del equipo. En esta fase de la evolución en el joven equipo se va estableciendo lazos interpersonales de cooperación, de afecto y de jerarquía. También se progresa en el establecimiento de objetivos y metas. Las dediciones que se toman por parte de los entrenadores son aceptadas y ejecutadas consecuentemente. Se jerarquiza las acciones según su importancia y se le otorga confianza a los miembros del equipo que deben ejecutarlas.

    Esta etapa es transitoria hacia una superior, pero puede durar mucho tiempo, durante el cual los lideres deben trabajar intensamente en la formación de hábitos y valores individuales y compartidos que caracterizan al equipo durante toda su vida.

    Madurez del equipo. El equipo ha llegado al clímax de su evolución como colectivo, los miembros han alcanzado tal nivel de compenetración y sentido de pertenencia que no desean desprenderse, pertenecer es una necesidad para ellos. El equipo comprende que las tareas no son responsabilidad del entrenador sino de todos y cooperan voluntariamente en su solución, La responsabilidad para las diferentes acciones de la preparación y de la competencia no está parcelada, es colectiva e interesa a todos. La solidaridad se constituye a través de incentivos grupales y no egoístas.

Etapa de creación

  1. Orientación. Cuando se forma un equipo los miembros se preguntan ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál será mi adaptación a un nuevo grupo? ¿Cómo me aceptaran los demás integrantes? En esta fase están resueltos los conflictos iníciales que se refieren al propósito, la integración, y el ajuste individual; sin embargo como problemas no resueltos aparecen el temor, la desorientación y la incertidumbre. Es inobjetable que el equipo avanzara hacia una fase superior en su desempeño.

  2. Creando Confianza. En esta fase los miembros se hacen otra pregunta ¿Quién es usted? Todos desean saber con quién van a trabajar, sus expectativas, sus programas de vida, sus hábitos, costumbres y habilidades. Al compartir en las diferentes actividades de entrenamiento, los juegos, los viajes y la convivencia en los hoteles o albergues se estimulan la confianza, la consideración mutua, la franqueza y la interacción espontánea. Se mantiene como no resuelto cierta cautela, desconfianza y un interés marcado en los integrantes del equipo por dar una apariencia que reciba aceptación de los demás.

  3. Aclaración de metas y roles. El trabajo concreto y más importante del equipo comienza con aclarar las metas colectivas y los roles de cada miembro para conseguirlas. Las creencias son compartidas y los miembros se preguntan ahora ¿Qué estamos haciendo aquí? Los aspectos de conflicto son la apatía, el escepticismo y la competitividad.

  4. Compromiso. Es un momento de terminar las discusiones y definir cómo manejar los recursos y el tiempo, la pregunta de los miembros es otra, ahora se cuestionan ¿Cómo lo haremos? Se alcanza una visión compartida sobre las cuestiones vitales y se democratizan algo las decisiones en el equipo a partir de que los entrenadores buscan información de los demás miembros para tomarlas y se aseguran de consultarlas con los más allegados. Se aprecia en esta fase dependencia y resistencia.

Etapa de sustento

  1. Operacionalización. Los equipos deportivos pasan a otra etapa cuando logran secuenciar sus trabajos y se establecen con claridad ¿Quién hace? ¿Qué?, ¿Cuándo? y ¿Dónde? Se resuelven cuestiones como el esclarecimiento de los procesos, La alineación de los miembros la ejecución disciplinada de las tareas. Se presentan problemas no resueltos como el incumplimiento de los plazos, el conflicto y la falta de alineación.

  2. Alto desempeño. Los equipos alcanzan en esta fase resultados competitivos, sinergia, flexibilidad para enfrentar el fragor de la preparación y las más difíciles condiciones de competencia, los miembros del equipo se comunican intuitivamente y la dirección hace uso de estas facilidades para obtener el máximo rendimiento de cada atleta. Aunque la gloria es tocada con las manos y se percibe el beneficio del éxito aparecen problemas, nuevos problemas: la sobrecarga y la falta de armonía entre los miembros que ahora son estrellas.

  3. Renovación. El equipo ha logrado, por sus altos resultados, el reconocimiento popular, y de las instituciones patrocinadoras, se perciben los estímulos en correspondencia con los resultados, existe una cohesión grupal sólida que permite enfrentar los cambios sin traumas, se ha logrado una gran estabilidad el funcionamiento. Sin embargo los integrantes comienzan a preguntarse ¿Por qué continuar? El hastió y el desgaste exige cambios.

    Llegado este momento el equipo nuevas motivaciones. Estos cambios no son necesariamente de persona, no puede entenderse la renovación solo de integrantes del equipo, pueden cambiarse otros elementos de la identidad del equipo para alargar su existencia exitosa: Los valores compartidos, las estructuras, los ritos, los objetivos y las metas. Un equipo maduro asimilara los cambios como fuente de motivación y ellos deberán hacerse siempre a partir de las necesidades especificas sin trasladar patrones de unos equipos a otros.

    En definitiva, en las circunstancias en que se desarrolla el deporte contemporáneo resulta de vital importancia para mantener altos resultado, formar y conducir equipos que mantengan una alta moral y motivación a toda prueba, ello no será posible si no se conoce profundamente su identidad y si los manager no se preocupan cada día, por fomentar auténticos valores, sin los cuales, los atletas pueden convertirse en meras mercancías que en un saturado mercado de elevados rendimientos un día valen mucho y al siguiente casi nada.

    Dirigir equipos de elite es una difícil tarea que no puede realizarse sin un estudio profundo de lo que son estos colectivos que se integran por jóvenes deseosos de conquistar la gloria, a la que deben ser conducidos por senderos donde abunde la ética, el respeto a la condición humana y el amor al deporte, teniendo en cuenta sus futuros como individuos de bien en cualquier sociedad.

    Haciendo un mayor énfasis en la figura del entrenador deportivo, y correlacionándolo con la del Maestro que enseña a que otro aprenda, hoy por hoy el entrenador se destaca como un factor clave en el rendimiento de un equipo. Así, Delgado (1994, p. 8),2 argumenta que: Existe una coincidencia generalizada en que un factor determinante para que el deporte alcance cotas satisfactorias de calidad radica en el entrenador. Éste tiene que tener una sólida formación académica y profesional, una elevada capacidad de reflexión sobre su práctica (análisis del entrenamiento), una profunda convicción de la validez del trabajo colectivo y que se adapte a los avances del conocimiento científico, técnico y profesional del entrenamiento deportivo.

    En efecto, un entrenador deportivo no solo debe tener conocimientos de los deportes como la mayoría de los entrenadores empíricos creen, sin saber que con una mala gerencia en su trabajo perjudica al colectivo de una institución, teniendo como consecuencia una series de factores en contra, por tal motivo, Moreno y Del Villar (2004)3, conciben al entrenador como el máximo responsable del grupo deportivo y director del mismo durante el proceso de entrenamiento y competición, por lo que debe poseer una determinada formación que le permita desempeñar sus funciones de manera óptima.

Notas

  1. MORENO, María y DEL VILLAR, Fernando (2004) El Entrenador Deportivo. Manual práctico para su desarrollo y formación. Publicaciones INDE.

  2. Citado por MORENO, María y DEL VILLAR, Fernando, op. cit.

  3. MORENO, María y DEL VILLAR, Fernando, op. cit.

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revista digital · Año 14 · N° 139 | Buenos Aires, Diciembre de 2009  
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