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Pilates con el bebé y en la vida diaria

 

*Licenciada y Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Directora Técnica de Health Center & Personal Training ML. A Coruña.

Grupo de investigación HI 22. Universidad de Vigo.

**Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte. Universidad de Vigo.

Grupo de investigación HI 22. Universidad de Vigo

Virginia Serrano Gómez*

Óscar García García**

oscargarcia@uvigo.es

(España)

 

 

 

Resumen

          Una buena alternativa de hacer ejercicio físico postparto es realizándolo con el bebe. De esta forma además de optimizar su tiempo, la madre ayudará a estimular de forma muy positiva a su bebe. La práctica de ejercicio de Pilates madre-bebé presenta una serie de importantes beneficios para ambos, sin embargo, esta práctica debe estar adaptada en función de la edad del pequeño, de su estado de ánimo y su predisposición, así como al nivel y las características de la madre. De esta forma, parece importante que un profesional diseñe el programa personalizado de ejercicio físico y Pilates, y supervise la correcta ejecución y desarrollo de los ejercicios propuestos para que interactúen de forma óptima la madre y el bebé. También durante la vida diaria, la madre podrá obtener los beneficios de esta práctica de ejercicio físico y Pilates, a través de un mejor control sobre su postura que irá adquiriendo de forma progresiva al fortalecer los músculos de la zona media que forman el centro de energía.

          Palabras clave: Pilates. Bebé. Ejercicio físico

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 138 - Noviembre de 2009

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1.     Introducción

    Otra alternativa de hacer ejercicio postparto, de una forma distinta, una vez se tiene el bebé en los brazos es practicar Pilates con el pequeño/a.

    Puede ser una forma muy útil para esas ocasiones donde las madres, que anteriormente practicaban este método, no tienen la oportunidad de hacer una escapada al gimnasio o en vez de hacer ejercicio en casa, prefirieren aprovechar el poco tiempo libre mientras su hijo/a duerme, para otros fines como bien puede ser descansar.

    Por consiguiente, esta opción se presenta como una divertida manera de trabajar madre e hijo/a, sin ser por ello una forma menos seria de entrenamiento, incorporando al bebé a los ejercicios a la vez que juega con él y lo estimula.

    En este sentido, estudios como los de Greenough y cols, (1987), Torralva y cols, (1999), Hernández Muela y cols, (2004) entre otros, señalan que la primera infancia es el mejor momento para el desarrollo de los sistemas sensoriales. Además, casi todos los aspectos del cerebro del niño van a estar estrechamente relacionados con sus principales cuidadores. Por tanto, la madre a la vez que realiza ejercicio podrá cantar, acariciar, hablar, sonreír... a su pequeño/a. Siendo todos estos estímulos fundamentales para un eficaz crecimiento emocional, cognitivo y motor, que repercutirán en el bebe de una forma muy positiva.

2.     Beneficios de Pilates madre-bebé

    Además de las ventajas físicas y mentales propias del ejercicio, la práctica de Pilates con el bebé aportará a la mamá otros beneficios, entre ellos emocionales. Siguiendo a Cosner y Malin (2004), como se indica en la siguiente tabla (1), se observa como también para el bebé puede ser beneficioso muchos de estos ejercicios realizados con su madre.

Tabla 1. Beneficios de la práctica de Pilates madre-bebé. Modificado de Cosner y Malin (2004).

Beneficios de la práctica de Pilates madre-bebé

 

En el bebé

Practicar Pilates madre y bebé juntos

Estimula el crecimiento emocional, intelectual y motor.

Interacciones madre e hijo/a

Desarrolla: las habilidades sociales, estilo de imitación, las pautas de atención, la curiosidad, la memoria, el desarrollo del lenguaje, el sentido de la lógica, la intuición, la agilidad física, habilidades matemáticas…

Atención, motivación e interacción del pequeño con la madre

Se siente motivado, disfruta de la atención de la madre, se esforzará por aprender y por comunicarse, comprender el comportamiento y las consecuencias.

Ejercicio rostro a rostro. Rodeándole de sonidos.

Mejora habilidades sociales y lingüística del niño.

Bebé al alcance: caricias, masajes, mimos…

Mejora el desarrollo de la memoria, habilidades de discriminación sensorial, funcionalidad intelectual.

Acunar y movimientos de balanceo

Ofrece nuevas perspectivas visuales, mejora el sistema vestibular desarrollando y mejorando los reflejos, habilidades motoras y alerta visual.

Acompañar en la práctica de ejercicios

Mejora habilidades motoras. Observa mejor el entorno (cuando está sobre la madre). Adquiere mayor conciencia de los músculos. Estar en el suelo estimula la exploración y adquieren mayor confianza.

    Estas autoras recomiendan durante la práctica de Pilates con el bebé, que la estimulación proporcionada sea a un nivel óptimo, implicando los distintos sentidos del niño/a, observando como busca a su madre, como responde a sus estímulos en un continuo feedback. Todo ello con especial cuidado de no caer en una sobreestimulación, ya que según Derendinger (2002) un exceso de estimulación genera pasividad, e indudablemente tendrá que prestarse la máxima atención a no exponer la niño/a a este posible riesgo.

    Para el desarrollo motor y cognitivo del niño/a son necesarios los estímulos externos, pudiéndose alcanzar con actividades estimulantes como el juego (Moreno y Da Paula, 2005). En esta línea, esta forma de estimulación a través del ejercicio madre-bebé, proporcionará al pequeño/a oportunidades para descubrir cómo organizar sus experiencias con el mundo que le rodea, a la vez que la mamá podrá practicar su programa de Pilates adaptado cuidando y disfrutando de su pequeño/a con los beneficios físicos, mentales y emocionales que reportará dicha práctica.

3.     Ejercicios de Pilates con el bebé

    El 35% de las mujeres primíparas suelen tener problemas de incontinencia urinaria durante los dos primeros meses tras el parto (Sánchez Sánchez y cols, 2004), por ello son muy recomendables los ejercicios del suelo pélvico durante el embarazo y en el postparto. Romm (2003), Cortes Prieto y cols, (2004), Everett (2007), y Adamany (2007) entre otros, señalan los beneficios de la práctica de ejercicio físico en el postparto, en él se incluirán los ejercicios de Kegel.

    Atendiendo especialmente a cada caso particular, se podría comenzar muy suavemente a realizar algunos ejercicios adaptados, no obstante salvo que la mujer se encuentre en perfecto estado de forma, mejor será esperar a la sexta semana una vez que el útero esté recuperado completamente. Entonces podrá comenzar con el programa de Pilates con el bebé siempre que el médico no considere lo contrario, empleando el sentido común, atendiendo a las señales del cuerpo y comenzando a entrenar con un diseño de la carga de forma progresiva, nunca a pleno rendimiento. Si el parto fue por cesárea, el médico deberá dar el consentimiento para comenzar una vez que la cicatriz esté perfectamente cerrada y no se corra el riesgo de infecciones o reapertura de la incisión. Para estos casos también existen modificaciones y variantes de los ejercicios regulares.

    A partir de aquí habrá que considerar, el tiempo que se le va a dedicar al programa de ejercicios Pilates, el grado de motivación, el estado de forma física y mental, los objetivos realistas que se quieren conseguir a corto, medio y largo plazo, etc. Una vez se tienen claros estos parámetros, con la idea de que todo tiene que ir de forma progresiva y adaptándose, por supuesto, al estado de ánimo del pequeño, se podrá comenzar con los ejercicios de Pilates con el bebé.

    Cosner y Malin (2004) sugieren los siguientes consejos para trabajar con bebé (tabla 2):

Tabla 2. Consejos para practicar Pilates con el bebé. Modificado de Cosner y Malin (2004).

Consejos para practicar Pilates con el bebé

Cuando se trabaja con el pequeño:

No tener más de unos segundos la cabeza del bebé por debajo del cuerpo.

No realizar movimientos bruscos durante los ejercicios.

Sujetarle con firmeza y de forma segura.

Realizar ejercicios sencillos.

No alejarlo demasiado del cuerpo de la madre

Si el bebé se altera durante la práctica:

Cambiar la forma de sujetarlo, de posición o balancearlo

Ponerse de pie en el caso que no quiera estar en el suelo.

Realizar ejercicios con más contacto, especialmente pecho a pecho.

Ponerlo de pie en posición vertical, o tumbarlo boca abajo.

También se puede calmar: rodándole en el suelo, estirándolo, masajeándolo.

    Por otro lado, según la edad del pequeño habrá que tener en cuenta las distintas necesidades y características, ya que no será lo mismo entrenar con un bebé de pocos meses que con otro mayor. De esta manera, aquellos que se encuentren en la segunda mitad del primer año estarán mucho más interesados en interactuar con todo lo que le rodea que cuando son más pequeños

    A continuación en la tabla 3 se muestra algunos ejemplos de ejercicios de Pilates adaptado para realizar con un bebé de 9 meses y una madre con experiencia en Pilates o físicamente activa:

Tabla 3. Ejercicios de Pilates adaptado para realizar con el bebé. Modificado de Cosner y Malin (2004).

Ejercicios de Pilates adaptado para realizar con el bebé

Cien

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Flexión abdominal con extensión hacia adelante

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Círculos con una pierna

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Rodar como una pelota

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Estiramiento de una pierna

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Doble estiramiento desde piernas flexionadas

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Estiramiento de pierna extendida

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Doble estiramiento desde piernas 90º

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Entrecruce

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Estiramiento de la columna hacia delante

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El sacacorchos

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Rotación de la columna

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La cobra

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Flexión de una pierna de cúbito prono

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Elevación de una pierna en posición de flexión

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Extensión lateral de una pierna

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El rompecabezas

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La muñeca de trapo

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Pliés de pie

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Dandasana

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Postura del niño

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La torre en la pared

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La diosa (el rollo)

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4.     Pilates en el día a día

    Entendiendo los principios básicos del método Pilates, muchos de ellos se podrían extrapolar a la vida diaria (Shipside, 2005). De tal forma que estas consideraciones serán útiles no sólo para hacer los ejercicios correctamente, sino también serán muy recomendables para realizar las actividades cotidianas del día a día, garantizando un mejor control postural.

    Para ello, empleando la técnica adecuada se conseguirá accionar los músculos correctamente, incluso de forma automática y con mayor control, especialmente los que forman el centro de energía, faja que rodea toda la zona abdominal y lumbar (Winsor y Laska, 2002). Se corregirá de forma más fácil la postura y cada gesto, adoptando en definitiva una mejor posición corporal. Esto será muy útil tanto en el embarazo como en el postparto, es decir, cuando la mamá tiene que soportar el peso extra del bebé en el estado de gestación o cuando el pequeño ya está en brazos. De esta manera la mujer podrá realizar las distintas tareas del día de forma más eficaz y evitando lesiones.

    Para ello Adamany (2007) da los siguientes consejos:

  • Cuando se alimenta al bebé se tendrá especial cuidado en estar bien sentada, con el peso del cuerpo bien repartido, pies apoyados en el suelo, sin cruzar las piernas, la espalda apoyada en el respaldo, tronco erguido, abdomen firme y evitando tensión en el cuello.

  • De la misma forma al jugar con el pequeño sentada en el suelo, el peso debe estar bien repartido, con el cuerpo firme, sin permanecer mucho tiempo en una posición, especialmente evitar estar demasiado de rodillas.

  • Del suelo habrá que levantarse apoyando una rodilla y el pie contrario en el suelo, contrayendo abdomen, glúteos y los músculos de las piernas para subir.

  • Al empujar el carrito habrá que caminar erguida, esta es una buena oportunidad para completar la rutina de Pilates con algo de ejercicio cardiovascular, paseando a buen ritmo con el bebé.

  • Al estar de pie con el bebé en brazos principalmente, habrá que distribuir el peso por igual.

  • Cuando se realice la compra y se cargue bolsas u otros utensilios, repartir igualmente el peso, y en el caso de la sillita del bebé o algún implemento similar, habrá que cargarlo con ambos brazos por delante del cuerpo.

  • También cuando se realicen las distintas tareas domésticas habrá que mantener los abdominales firmes, hombros bien colocados ligeramente hacia atrás, sacando un poco el pecho, flexionando las rodillas siempre que haya que agacharse, e intentar aliviar la tensión del cuello manteniéndolo alargado. En el lugar del trabajo, delante del ordenador, al hablar por teléfono, al salir y entrar del coche, etc., serán momentos donde poner en práctica los principios de Pilates.

5.     Conclusiones

    Es necesario comenzar la práctica del programa de ejercicio físico siempre tras el pertinente examen y consentimiento médico.

    Será importante asesorarse previamente con un profesional que diseñe el programa personalizado de ejercicio físico y Pilates, contando además con su ayuda para realizar correctamente los ejercicios con el bebé.

    El programa de ejercicios siempre deberá estar adaptado en función de la edad del pequeño, del estado de ánimo y la predisposición del bebé, intentando que la práctica sea algo divertido a la vez que productiva para madre e hijo/a. Al mismo tiempo se realizará siempre adaptando los ejercicios al nivel y las características de la madre.

    Un buen programa de ejercicio físico que incluya ejercicios de Pilates, con un trabajo continuado, dará resultados muy positivos como la mejora del control postural. Este control se irá adquiriendo progresivamente con la práctica, conforme se vaya fortaleciendo los músculos de la zona media que forman el centro de energía. Prestando especial atención a esta zona, se conseguirán unos músculos estabilizadores suficientemente fuertes como para mantener una postura adecuada en cualquier momento de la vida diaria.

Referencias bibliográficas

  • Adamany, K. (2007). Pilates para el postparto. Barcelona: Paidotribo

  • Cortés Prieto, J., Cortes, J. y D'Acunto, A. (2004). Obstetricia General. Madrid: Universitaria Ramón Areces.

  • Cosner, H. J. & Malin, S. (2006). Pilates con tu bebé. Barcelona: Oniro.

  • Derendinger, M. (2002) Consecuencias de la socialización precoz. Revista digital de psicoanálisis Intercanvis Intercambios (8): 15-21.

  • Everett, J. (2007). Pilates + yoga. México: Ediciones B.

  • Greenough, WT., Black, J.E. & Wallace, C.S. (1987). Experience and brain development. Child Developmen, 58: 338-341.

  • Hernández-Muela, S. Mulas, F., Mattos., L. (2004). Plasticidad funcional neuronal. Revista de Neurología, 38 (Supl.1): 58-68.

  • Moreno, J.A. y Da Paula, L. (2005) Estimulación acuática para bebés. Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas corporales, 20: 53-82.

  • Romm, A. J. (2003) Salud natural después del parto. Vermont (USA): Inner Traditions.

  • Shipside, Steve (2005).Pilates total: fuerza y equilibrio para la vida diaria. Madrid: Nowtilus.

  • Sánchez Sánchez, M.D., Alonso Sandoica, E., Campos López-Carrión, M., Fernández Micheltorena, C. Caballero gallego, A.J., Fonz López, C. (2004). Ejercicios de suelo pélvico. Revista de la sociedad madrileña de medicina de familia y comunitaria. 2 (6): 53-58.

  • Torralva T, Cugnasco I, Manso M, Sauton F, Ferrero M, O'Donnell A, Durán P, Carmuega E. (1999). Desarrollo mental y motor en los primeros años de vida: su relación con la estimulación ambiental y el nivel socio-económico. Arch Argent Pediatr, 97(5): 306-316.

  • Winsor, M. y Laska, M. (2002). Pilates el centro de energía. Barcelona: Paidotribo.

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revista digital · Año 14 · N° 138 | Buenos Aires, Noviembre de 2009  
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