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Características funcionales del voleibol y su enseñanza

 

Profesora de Educación Física

Entrenadora Nacional de Voleibol

(España)

Adela Fernández Cabello

adefercab@yahoo.es

 

 

 

Resumen

          En este artículo se muestran las características del vóley explicando sus implicaciones funcionales. En un segundo punto se exponen con brevedad las ventajas y desventajas de su enseñanza desde dos enfoques contrapuestos: el tradicional y el constructivista.

          Igualmente muestra los beneficios que se obtienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje del voleibol desde un enfoque metodológico ecléctico. Su justificación se encuentra en las propias características del voleibol: este deporte precisa de un aprendizaje técnico desde la iniciación de los gestos básicos que a su vez debe estar ligado a un aprendizaje funcional de su lógica interna. Finaliza con una conclusión donde se explica una progresión práctica de ejemplo.

          Palabras clave: Voleibol. Enseñanza. Aprendizaje funcional.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 128 - Enero de 2009

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1.     Características del voleibol

    EL voleibol es un deporte colectivo peculiar y diferente a otros tradicionalmente practicados, y por ello beneficioso en la iniciación deportiva en el ámbito educativo. Entre sus características, son de destacar las siguientes:

  • Deporte colectivo de cancha separada y participación alternativa.

    • Implicación: se hace imposible el contacto directo con los adversarios.

  • La “portería” es un espacio de 9 x 9 m protegida por 6 jugadores y representa el objetivo: introducir el balón en el campo contrario.

    • Implicación: precisa de una organización funcional de la defensa, ya que es una portería para seis defensores.

  • El balón no se bota, ni se golpea (excepto en el ataque), se toca (con los dedos o con los antebrazos).

    • Implicación: Requiere de un aprendizaje técnico porque no es natural.

  • El número de toques está limitado a tres para cada vez que pasa el balón al campo.

    • Implicación: precisa de una organización funcional del ataque, para aprovechar ese margen de juego y poder diseñar un ataque eficaz.

  • La posición inicial de los jugadores está establecida por la rotación.

    • Implicación: se dan diferentes enfrentamientos con el equipo contrario y diferentes comunicaciones de los jugadores del mismo equipo.

2.     La enseñanza del voleibol

A.     Enfoque Tradicional

    Se basa en la repetición de la técnica para llegar a la táctica. De esta manera las sesiones se caracterizan por la ejecución de actividades desprovistas de intencionalidad funcional, consiguiendo un alumnado técnicamente correcto.

  • Ventaja: adecuado aprendizaje de la técnica.

  • Desventaja: no incide en la comprensión de la lógica del juego. Se aprende la técnica pero con déficit de intencionalidad. El aprendizaje no tiene en cuenta las peculiaridades motrices el alumno/a.

B.     Enfoque Constructivista

    Comienza por la comprensión práctica de la táctica o lógica del juego, llegando progresivamente al dominio de la técnica. El alumnado entiende la intención funcional del juego antes de saber ejecutar con corrección el gesto técnico.

  • Ventajas: Comprensión adecuada del objetivo del juego. El alumno/a adapta su motricidad para lograr el objetivo. Potencia la motivación por aprender y mejorar ya que el alumno/a juega un papel activo constructivo.

  • Desventajas: Errores en el aprendizaje de la técnica pudiendo cometer faltas reglamentarias. Descuido de situaciones puramente técnicas como el saque.

C.     Enfoque Ecléctico

    Se trata de un enfoque metodológico que posee características de dos modelos contrapuestos: el tradicional y el constructivista. Así, comienza por la comprensión de la lógica interna e igualmente se apoya en la enseñanza-aprendizaje de la técnica.

    Este proceso se ve más favorecido si se comienza por un enfoque constructivista. Esto se justifica porque:

  1. Aumenta la motivación por aprender la técnica ya que el alumno/a se implica cognitivamente (comprende el juego) y cumple un papel activo en su aprendizaje. La técnica resulta difícil al principio y corremos el riesgo de que el alumnado se aburra en la repetición de un gesto que se le presenta como “raro y que hace daño”.

  2. Como partimos de un modelo abierto, donde la técnica (que es cerrada) no tiene tanta cabida, damos la oportunidad al alumnado de sacar más de sí mismos y por lo tanto cuando aprenda la técnica tendrá más recursos para aprovecharla después porque ha vivenciado situaciones más abiertas. Ya que la experiencia nos indica que si se comienza con la técnica al pasar al juego, el alumnado se muestra estático y cohibido a moverse y lograr el objetivo. Esto refleja la confusión del alumnado que pasa de situaciones donde el objetivo es realizar bien un gesto a situaciones donde cambia el objetivo y pasa a ser el de introducir el balón al campo contrario. En definitiva, no es capaz de transferir lo aprendido en técnica a la realidad del juego porque su enseñanza no se ha diseñado con el enfoque adecuado.

  3. Si planteamos situaciones de juego desde el principio, damos la oportunidad al alumnado de que experimente multitud de errores: desplazamientos, posición del cuerpo en relación al balón y en relación al espacio, etc. Primeramente el juego es libre y no se dan indicaciones, luego introducimos en la práctica explicaciones y correcciones de manera que sean comprendidas sobre los errores cometidos. De esta manera les damos la oportunidad de equivocarse y de comprobar por sí mismos desde el principio el porqué de la técnica y así, desde una motricidad abierta y vivenciada el alumno/a es capaz de acotarla y cerrarla en función de las necesidades.

3.     Conclusión

    Como se observa, cada enfoque metodológico incide en aspectos diferentes de la enseñanza del vóley de una manera contrapuesta: uno beneficia a la técnica y el otro a la táctica o lógica interna. Esto pone en evidencia que: en función de nuestras necesidades, deberemos utilizar uno u otro ya que a pesar de ser contrarios no tienen porque ser excluyentes. Así, será la situación de enseñanza-aprendizaje concreta la que defina la idoneidad de utilizar uno u otro modelo metodológico.

    Si bien, el proceso de enseñanza-aprendizaje del voleibol puede verse más beneficiado si se utilizan los dos enfoques convenientemente, porque uno (el tradicional) nos ayuda a ser eficientes y correctos en nuestros gestos y el otro (el constructivista) da las claves para lograr el objetivo del juego (introducir el balón en el campo contrario).

Ejemplo de progresión práctica

    Podemos comenzar adaptando el material y las reglas para que el alumnado comprenda la lógica del juego, sin necesidad de incidir excesivamente en la técnica. Posteriormente la metodología se centra más en el gesto técnico para ayudar al alumno/a a adaptar su motricidad a los requerimientos motrices del voleibol. Una vez que este aprendizaje inicial se ha consolidado, mezclaremos momentos de práctica siguiendo el enfoque tradicional con momentos de enfoque constructivista para lograr una motricidad eficaz y eficiente. Ya que no podemos olvidar que: de nada sirve saber realizar un ataque (con una carrera y batida adecuadas) si a la hora de la verdad, en el propio juego, no es capaz de llevarlo a cabo porque las circunstancias han cambiado de ser cerradas a abiertas. Y aunque sea capaz de devolverlo al campo contrario, lo hará sin intencionalidad, concediendo al otro equipo el turno y la oportunidad para construir un ataque con el que ganar un punto.

Ejemplo de una actividad

    Balón de playa primero permitiendo un bote entre los toques y luego sin bote, uno con/contra uno (primero en cooperación y luego en oposición). Pasarlo agarrando primero el balón para pasarlo luego sin agarrarlo, superando una red o goma.

  1. Igual pero con balón de goma blando (se puede utilizar el balón de espuma cuando no esté permitido el bote).

  2. Igual pero en parejas primero sin pase entre ellas y luego con pase antes de pasarlo al otro campo. Para hacer más lento el juego y dar tiempo a que el alumno se desplaza y comprenda la lógica del juego se puede utilizar un balón de playa.

  3. Igual pero en tríos. El juego de 3 contra 3 recoge todas las posibilidades del juego de 6 y por lo tanto se considera básica su práctica para.

    De esta manera se completa un nivel básico de enseñanza-aprendizaje que puede ser mejorado con situaciones más específicas que variarán en función de las necesidades y dificultades que se presenten.

Referencias

  • Blázquez Sánchez, D. (1995): La iniciación deportiva y el deporte escolar. INDE. Barcelona.

  • Devís Devís J. (2000): Nuevas perspectivas curriculares en Educación Física. INDE Barcelona.

  • Monge Muñoz, M.A. (2004): Voleibol: los complejos tácticos básicos y específicos. INEF Galicia. A Coruña.

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