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Autoconfianza y deporte

 

Diplomada en Educación Física

por la Universidad de Murcia

(España)

Alicia Nicolás Marín

princemiali@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          Este artículo analiza la relación existente entre la autoconfianza y el deporte. No nos podemos imaginar hasta qué punto la confianza y las expectativas que poseemos en nosotros mismos pueden hacer que la ejecución de una tarea sea realizada o no con éxito. De hecho, una de las variables más importantes ha sido la estrecha relación que poseen la confianza y el éxito deportivo. La autoconfianza puede ser una gran herramienta a emplear tanto en los clubes deportivos como en los centros educativos, pudiéndolo tener en cuenta para nuestras clases de Educación Física.

          Palabras clave: Autoconfianza. Deporte. Rendimiento. Motivación.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 128 - Enero de 2009

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“El error más grande que puedes cometer

es tener el miedo de cometer un error”.

Elbert G. Hubbard

1.     Introducción

    Si pensamos que no somos capaces de realizar determinada tarea o habilidad a la perfección probablemente no seremos capaces de hacerlo. De ahí parte la importancia de la autoconfianza en el deporte. La autoconfianza es un constructo en el que inciden diferentes matices que hacen que su comprensión sea a veces complicada.

    La autoconfianza es la convicción que una persona tiene, en que puede llevar a cabo unas habilidades necesarias, para ejecutar con éxito la conducta requerida y producir un determinado resultado. En el ámbito deportivo se utiliza con frecuencia para referirse a la percepción que tiene la persona sobre su capacidad para enfrentarse a una determinada tarea.

    Pero no sólo poseer una autoconfianza óptima hace mejorar el nivel de rendimiento del deportista, sino lo que es aún más importante es que previene lesiones, ansiedad, estrés etc. La autoconfianza es, por tanto, la convicción que posee una persona para superar una prueba basándose en sus habilidades (físicas y mentales).

    Un deportista para lograr ciertos objetivos, además de tener las habilidades necesarias, requiere también de autoconfianza, y el pensar que puede conseguirlos, es imprescindible para conseguirlos.

    Este tema sería muy útil en el ámbito escolar para todos aquellos niños que por no destacar por sus grandes cualidades físicas poseen una baja autoconfianza y por ello prefieren abandonar la práctica deportiva para evitar cualquier tipo de rechazo o frustración. Sería interesante el trabajo sobre la confianza en nuestro alumnado para aumentar la participación en la práctica de actividades físico-deportivas e inculcar así un hábito saludable que favorecerá su calidad de vida.

2.     Teorías sobre la autoconfianza

    Dos son las principales teorías que han abordado este tema: la autoeficacia de Bandura y el modelo de confianza de Vealey:

2.1.     Teoría de la autoeficacia de Bandura (1977)

    Para Bandura existe una unión de tres factores básicos que influyen en el rendimiento óptimo del sujeto: factores personales-cognitivos, ambientales y conductuales. De tal modo que los juicios de valor que poseemos sobre nosotros mismo influyen en nuestra ejecución (emociones).

    Dos son las expectativas que nos planteamos antes de la acción: eficacia, si poseemos la creencia de superar una prueba, y resultados, si poseemos la creencia que un comportamiento inducirá a un tipo u otro de resultados. Para formarnos nuestras expectativas de si lograremos o no superar una prueba asegura Bandura que 4 son las fuentes posibles; capacidad de ejecución, aprendizaje por observación de otras personas, persuasión verbal y nivel de activación fisiológica.

    Bandura propone un modelo para evaluar la autoconfianza basándose en un microanálisis, es decir, en mediciones de cada tarea y en tres dimensiones: magnitud, fuerza y generalidad. Se le pregunta al deportista si se siente capaz de realizar una tarea y en qué medida (1-100), y a mayor puntuación obtenida mayores expectativas poseerá el deportista.

2.2.     Modelo de confianza de Vealey (1986)

    Vealey definió la confianza como “la creencia o el grado de certeza que los individuos poseen acerca de su habilidad para tener éxito en el deporte”.

    Este programa se basa en dos tipos de confianzas: Rasgo y Estado.

    La Confianza Rasgo es el grado de creencia que normalmente tenemos sobre nuestra habilidad para tener éxito en el deporte, mientras que la Confianza Estado es la confianza que poseemos en un momento particular sobre nuestra habilidad para tener éxito en el deporte. Es decir, como si habláramos de confianza general-específica respectivamente.

    El planteamiento de Vealey es sólo aplicable al ámbito deportivo, mientras que el de Bandura surge de la teoría cognitiva.

    Para medir la autoconfianza de un sujeto Vealey propone tres instrumentos: confianza rasgo, confianza estado y orientación competitiva. En los dos primeros se le pregunta al deportista el grado de realización óptima que obtendrá en ámbitos como concentración, consecución de metas, preparación para la competición,… Mientras que en el tercer instrumento se estudia la orientación hacia obtener unos buenos resultados o hacia la victoria.

    Otros inventarios importantes además de los dos anteriores, fueron el Inventario de Confianza en el Deporte y el Cuestionario de Autoeficacia de Ryckman.

3.     Optimizar la autoconfianza

    Si es importante evaluar la autoeficacia, más aún saber potenciarla para conseguir unos rendimientos óptimos.

    Para ello, Nieto y cols. (1998) nos ofrecen unas importantes pautas a seguir:

4.     Evaluación de la autoconfianza en el deporte

4.1.     Recomendaciones para evaluar la autoeficacia

    Sea cual fuere el modelo elegido, debemos tener en cuenta una serie de importantes recomendaciones para evaluar la autoeficacia:

  • Además de la mental es importante la autoeficacia física.

  • Incluir ítems para evaluar un posible exceso de confianza.

  • Es importante evaluar la autoeficacia en los entrenamientos del deportista.

  • Tener en cuenta otros hechos como la presión, el arbitraje, los compañeros de juego,…

 4.2.     Según Vealey

    Vealey determina los niveles de autoconfianza del modelo que ella propone. Para medir los tres constructos del modelo, ella elabora tres instrumentos específicos:

  1. TSCI: El inventario de confianza en el deporte rasgo.

  2. SSCI: El inventario de confianza en el deporte estado.

  3. COI: El inventario de orientación competitiva.

4.3.     Según Bandura

    Propone una metodología llamada microanálisis, a través de la cual se harán mediciones específicas para cada tarea. Los pensamientos autorreferentes están tomados en forma de autopercepciones particularizadas de eficacia que puedan variar a través de distintas actividades y situaciones. Se realiza a través de un análisis de las expectativas de autoeficacia de los sujetos analizando y valorando esos pensamientos a lo largo de tres dimensiones; magnitud o nivel, fuerza y generalidad. Se realizarán preguntas sobre la actividad deportiva de la que se vaya a valorar la autoconfianza, desglosando tareas y en orden de dificultad creciente.

4.4.     Inventario de Confianza en el deporte

    Evalúa los niveles de confianza con una serie de situaciones que el deportista puede encontrar en su práctica habitual. Intenta medir la confianza en términos físicos como mentales, y en situaciones de entrenamiento o de competición.

4.5.     Cuestionario de Autoeficacia Física de Ryckman

    Evalúa un tipo de confianza específico.

4.6.     Competitive State Anxiety Inventory

    Mide la autoconfianza que siente el deportista desde la propuesta de una teoría Multidimensional de la Ansiedad, en la que la ejecución y la autoconfianza juegan un papel importante, e incluye una Escala de Ansiedad Cognitiva, otra Somática y la Autoconfianza.

5.     Formas de evaluar la autoconfianza en deportistas

    Propuestas para regular la autoconfianza en uno mismo:

    Finalmente hemos de señalar que cualquier actuación psicológica encaminada a mejorar la autoconfianza en el contexto deportivo debe tener en cuenta diversos aspectos y áreas que influyen en la configuración de la misma.

6.     Relación entre confianza y rendimiento

    La autoconfianza no garantiza el éxito en la ejecución pero, si no se tiene confianza, es menos probable que se obtenga un adecuado rendimiento.

    Muchos consideran que tener confianza es creer que van a ganar y aún cuando no sea posible que puedan lograrlo se les anima diciendo que son capaces de ello.

    Tener autoconfianza es tener una perspectiva realista sobre lo que se puede conseguir. No es lo que los deportistas esperan hacer, sino lo que de forma realista sienten que son capaces de conseguir. Si se tiene un nivel óptimo de autoconfianza, se establecerán unas metas acorde con las habilidades y características individuales de cada sujeto, conocerán lo que pueden conseguir y cuales son sus límites, reconociendo errores y luchando por corregirlos.

    El nivel de autoconfianza de los deportistas afecta a sus niveles de motivación, concentración, resistencia física, manejo de la presión etc.

    Si la autoconfianza es baja, no se esforzarán lo suficiente y su rendimiento será menor.

    El exceso de autoconfianza es tan perjudicial como la falta de ésta. Niveles altos de confianza hace pensar al deportista que ya no debe esforzarse tanto para conseguir una adecuada ejecución pudiendo llegar al fracaso. Este exceso produce confusión entre lo que es y lo que les gustaría que fuese, llevándoles a no admitir errores, autocrítica inadecuada, puede crear conflictos entre compañeros, maestros, entrenadores etc.

    Es importante que los deportistas analicen y tomen conciencia de las situaciones donde hayan experimentado excesiva o escasa confianza, así como también donde el nivel fue óptimo. Así sabríamos en que áreas intervenir para obtener su mejor nivel de confianza.

7.     Factores que pueden afectar la autoconfianza

7.1.     Resultados Deportivos

    Los resultados deportivos ayudan en gran medida a generar autoconfianza. Si por lo general se obtienen resultados positivos, la autoconfianza llegará sola. Por el contrario si los resultados no son los adecuados afectará indudablemente la autoconfianza.

7.2.     Nueva Destreza

    Cuando un deportista, en proceso de aprendizaje, está aprendiendo una nueva técnica o destreza puede afectar en su capacidad de autoconfianza si es que toma un tiempo más o menos prolongado en aprenderla en forma correcta.

7.3.     Falta de Motivación Extrínseca

    Las fuentes de motivación son dos: intrínseca cuando la motivación proviene del propio deportistas (deseos de ser admirado por otros, ganar dinero, surgir, etc.) y extrínseca cuando la motivación proviene de fuera del deportista (comentarios del entrenador, de un familiar, los medios de comunicación, la afición, etc.).

    Cuando falta la motivación extrínseca, falta un apoyo fundamental para sentirse seguro de sí mismo.

7.4.     Percepción de Preparación

    Cuando un deportista tiene la percepción de que no está preparado ni técnica, ni física ni mentalmente para una competición, indudablemente se verá afectada su autoconfianza, ya que, sentirá que “no están dadas las condiciones” para desarrollar una buena performance deportiva.

7.5.     Metas Irreales o Inadecuadas

    Si un deportista se ha planteado metas muy altas, casi inalcanzables, perderá toda su confianza al observar que no las ha ido cumpliendo. Experimentará baja autoconfianza porque sentirá que él no está preparado para lograr con éxito los distintos objetivos deportivos que se ha fijado.

8.     Conclusiones

    Es misión y función de los educadores, dirigentes y padres transmitir a los niños y jóvenes, futuros adultos el hábito de disfrutar y pasarlo bien haciendo deporte y no ser causa de abandono del mismo. Muchas veces los padres o los educadores, con las mejores intenciones son fuente del fracaso, del estrés y del abandono del deporte de sus hijos.

    Es función de los mismos, transmitir mensajes de solidaridad y cooperación en los deportes de equipo, difundiendo valores sobre nuestra cultura. A su vez, Es función de los médicos, cardiólogos, nutricionistas, psicólogos, etc., incorporar el ejercicio físico adecuado como parte del tratamiento de los pacientes para crear hábitos saludables y favorecer una mejora de la calidad de vida de éstos.

Bibliografía

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