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Génesis del judo

 

Maestro, especialista en Educación Física

Licenciado en Antropología Social y Cultural

Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y Deporte

Doctorando en Antropología Social y Cultural

Emilio Franco Serrano

efrancoserrano@yahoo.es

(España)

 

 

 

Resumen

          Este trabajo aborda los antecedentes, así como los inicios, que forjaron las estructuras actuales del Judo Kodokan. Además se aportan algunos datos sobre la vida del fundador de dicho método de combate, evolucionado con posterioridad a deporte olímpico.

          Palabras clave: Deportes de lucha o combate. Judo. Kodokan. Ryu. Sensei.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 126 - Noviembre de 2008

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1.     Introducción

    Referencias directas en documentos de las principales escuelas de bujutsu y referencias indirectas en las crónicas del viejo Japón, indican que muchos métodos de combate sin armas fueron desarrollados y aplicados por los japoneses durante su larga época feudal, y un cierto número de estos métodos dicen que se convirtieron en facetas importantes del entrenamiento de los guerreros, para más tarde convertirse en deportes de lucha o combate.

    Por definición, un método de combate sin armas representa un modo sistemático e ingenioso de emplear el cuerpo humano en combate a fin de lograr los mismos objetivos estratégicos que pueden obtenerse mediante el uso de armas.

    La cuestión diacrónica entre los métodos de combate con armas y sin ellas – es decir, qué método adoptó primero la humanidad para resolver los problemas de una confrontación violenta- parece irrelevante en el presente de los conocimientos sobre los impulsos básicos del hombre. Ambos métodos parecen haber coexistido casi desde el mismo comienzo de su historia escrita, complementando, integrando o sustituyéndose entre sí, según las exigencias del tiempo, lugar y circunstancias. De hecho, la observación de que el cuerpo humano podía operar hábilmente en combate como el arma principal, y que el dominio de sus elementos y funcionalidad podía permitir a un hombre subyugar violentamente a otro hombre, asegurando al mismo tiempo su propia defensa, debe haberse hecho siempre y en todos los lugares donde el hombre comenzó a analizar los problemas de combate, puesto que se encuentran evidencias de métodos de combate sin armas en los documentos más antiguos de casi todas las comunidades humanas.

    En Japón, los métodos de combate sin armas aparecen en los documentos bajo muchos nombres. Todos estos métodos comparten ciertas características instrumentales y funcionales que son intrínsecas al concepto de combate sin armas. Todos, por ejemplo, se basaban en el empleo del cuerpo humano, adecuadamente entrenado, condicionado y robustecido, como el principal instrumento de combate. Todos ellos requerían que el cuerpo fuera usado de ciertos modos generales y funcionales, destinados a lograr la subyugación de un oponente o evitar ser dominado por la fuerza. Estos modos funcionales consistían en el empleo del cuerpo humano como arma para proyectar al oponente al suelo, inmovilizándolo o estrangulándolo, dislocando sus articulaciones o golpeándolo, así como usar este cuerpo defensivamente, a fin de evitar convertirse en el objetivo del ataque de otro hombre.

    Los maestros de bujutsu, cuyos métodos de combate sin armas comenzaron a tener una presencia coherente en el cuerpo de doctrina de las artes marciales a partir del siglo XVI, habían heredado un conjunto de acciones o técnicas [waza] del pasado, al cual añadieron sus propias variaciones e innovaciones. Con todas estas técnicas se pretendía conseguir la sumisión del oponente en cualquiera de los diversos medios funcionales descritos más arriba, así como neutralizar los propios intentos ofensivos del adversario. Un importante grupo de técnicas [conocidas en sumo, jujutsu, judo, etc., como nage-waza] comprendían una diversidad de modos en los que partes particulares del cuerpo humano podían usarse para levantar del suelo a un oponente antes de proyectarlo de nuevo contra él, generalmente de tal modo que cayera sobre su espalda.

    Esta categoría de nage-waza, contenía proyecciones de cadera [koshi-waza], así llamadas porque la cadera era el principal apoyo para quitar, rodar y proyectar empleado contra el oponente. Incluidas, también, en el título de nage-waza había técnicas, tales como las proyecciones con la mano [te-waza], las proyecciones con una pierna [ashi-waza] y, por último, aquellas poderosas técnicas llamadas sacrificios o autosacrificios [sutemi en Judo] en las que un guerrero, agarrando firmemente al oponente, se deja caer voluntariamente al suelo, arrojando por el aire a su adversario, sobre su propio cuerpo, mientras cae, en una espectacular proyección.

    Además, casi todos los métodos importantes contenían grupos de técnicas de inmovilización, conocidas como osae-waza o torae, que podían usarse eficazmente para paralizar al oponente, tanto de pie como tendido, y reducir su capacidad para combatir sin provocarle la pérdida de conciencia. Estas técnicas eran particularmente útiles en combate cuando el adversario tenía que ser capturado vivo y eran, por consiguiente, apreciadas por las fuerzas de policía en las ciudades y en los recintos de los castillos del Japón feudal.

    Las peligrosas técnicas de estrangulamiento [shime-waza], que facilitaban innumerables modos de interrumpir el flujo sanguíneo hacia el cerebro del enemigo, o de aire a sus plumones, atacando de este modo las mismas raíces de su capacidad para percibir y reaccionar, formaban parte también de la mayoría de programas de entrenamiento de las diversas escuelas [Ryu].

    Las técnicas de luxación [kangestu-waza] eran acciones dirigidas contra las articulaciones del oponente, especialmente aquellas que podían dislocarse rápidamente, dejándolo así incapacitado para continuar un ataque o para defenderse con eficacia.

    Y, por supuesto, estos métodos de entrenamiento, generalmente, contenían formas de golpeteo [atemi-waza] basados en la aplicación de golpes y paradas dirigidos contra centros o puntos vitales del cuerpo del enemigo.

    Es obvio que todas estas técnicas podían ser letales, y generalmente lo eran cuando se aplicaban en un combate real, tanto en un saturado campo de batalla, como en una confrontación entre dos hombres en un camino solitario, lejos de cualquier espectador.

2.     Antecedentes del judo

    Los siglos XVI y XVII son generalmente considerados como la edad de oro del bujutsu. Los documentos de la mayoría de las escuelas de artes marciales, en efecto, vinculan los orígenes de sus escuelas con aquellos tiempos turbulentos de conflictos sociales en los que el clan Tokugawa aparece victorioso. Sin embargo, en general también se acepta que muchas de las técnicas que se convirtieron en parte de los distintos programas de instrucción de estas escuelas pueden haber sido mucho más antiguas, habiendo aparecido durante los siglos de guerras ininterrumpidas que se extendieron desde el siglo XI hasta el siglo XVI.

    En comparación, el periodo Tokugawa, con sus fuertes controles y orden mantenido rígidamente, parece haber sido un tiempo desalentador para los interesados en el desarrollo del bujutsu sin armas. No obstante, fue una época particularmente adecuada para la laboriosa recopilación y sistematización de todas las prácticas de combate sin armas heredadas del pasado, técnicas que entonces se refinaron, mejoraron o modificaron a la luz de las nuevas circunstancias y según la presión de los tiempos, costumbres, leyes y similares.

    Es verdad, por supuesto, que incluso durante el período Tokugawa hubo encuentros de combate, pero parecen haber tenido una naturaleza más limitada e individualizada. Gradualmente, ciertos métodos nuevos de combate sin armas [muchos de ellos formas verdaderamente modificadas de métodos más antiguos, y otros creados como respuesta directa a una nueva realidad] ocuparon su lugar en la doctrina del bujutsu.

    Al examinar estos métodos de combate sin armas, se puede observar una obvia propensión hacia el verdadero uso de técnicas en cuestión con fines utilitarios, ensombreciendo hasta cierto punto el uso más representativo de estas técnicas como expresiones ritualizadas de un encuentro entre dos o más hombres. Parecía, por consiguiente, que inicialmente existía un fuerte vínculo entre estos métodos sin armas y los métodos armados de bujutsu.

    Una relación de este tipo parece fácil de entender, desde el punto de vista histórico, al recordar que los clanes militares de la era feudal contaban entre sus muchas ventajas con los servicios de los mejores maestros [sensei] de artes marciales, así como este precioso y necesario bien para la promoción y conservación de cualquier arte: el tiempo.

    Hasta cierto punto, lo mismo era cierto para las órdenes monásticas de carácter militar cuyos documentos contenían también muchas referencias indirectas a métodos secretos para luchar con eficacia, ya fuera con o sin armas. Los centros independientes de instrucción, aquellos no afiliados a ningún clan, eran casi inexistentes antes de la era Tokugawa. Comenzaron a aparecer con creciente frecuencia durante los siglos de relativa calma que siguieron al ascenso al poder de los Tokugawa. Además, el declive de muchos clanes empobrecidos, la abundancia de guerreros sin señor [ronín], así como el desarrollo de grandes centros comerciales que a menudo necesitaban y buscaban, de buena gana, protección para sus intereses, todo ello contribuyó a alentar el establecimiento de escuelas privadas recombate con armas y sin ellas, y el inicio de una tradición escrita que pretendía, según la costumbre japonesa, cubrirse con el aura carismática del pasado y así vincularse a las tradiciones clásicas. La tradición, como hemos indicado anteriormente, se refería en realidad a la de la clase militar que había emergido durante los siglos XI y XII y, en el proceso de asunción recontrol, eliminando casi totalmente el patrimonio inicial del país de Yamato, excepto en aquellos elementos específicamente retenidos, porque los guerreros [bushi] los habían encontrado útiles.

    El término jujutsu significa, literalmente, técnica o arte [jutsu] de la elasticidad o flexibilidad, como capacidad de doblarse y suavidad – todos estos significados son interpretaciones del ideograma ju -. No obstante, todos estos términos representan un solo principio, un modo general de aplicación de una técnica, de utilización del cuerpo como arma en el combate sin armas. De acuerdo con este principio puede aplicarse varias técnicas, y, en efecto, cada una de las muchas escuelas cuyos nombres todavía resultan familiares en la actualidad, interpretan el principio de un modo altamente individual y técnicamente diferenciado, un modo que cada una de ellas procuraba mantener en estricto secreto y que se convertía con el tiempo en la característica destacada de esta escuela concreta. Según ciertas autoridades, el arte en sí apareció durante el siglo XVII y es mencionado en libros que tratan de artes marciales, tales como el Bugei Shogen y el Kempo Hisho. El maestro Jigoro Kano, fundador del Judo [disciplina también basada en este principio], hacía retroceder la aparición del jujutsu al período comprendido entre 1600 y 1650.

    Aplicado a estrategias concretas de combate, el principio ju consistía en la adaptación flexible e inteligente a las maniobras estratégicas del oponente, a fin de usar esas maniobras y la fuerza tras las mismas del oponente para subyugarlo o, como mínimo, neutralizar su ataque. La efectividad en combate resultaban patentes en los duelos individuales y competiciones públicas entre los miembros de varias escuelas. La dureza de estos encuentros y su conclusión a menudo letal son rotundamente descritos en la obra de Harrison, The Fighting Spirit of Japan.

    Así, en el periodo Meiji, se recordaba al fallecido Yokohama Sakujiro, quizás el mayor exponente práctico de judo de Japón produjo en aquel tiempo. En estos turbulentos encuentros [al igual que sucedía en las competiciones entre practicantes con lanzas y esgrima] a menudo era una cuestión de ganarlo todo o perderlo todo.

    Este proceso de calificación, o mejor de eliminación, mediante pruebas prácticas no sólo procuraba un continuo anhelo de perfeccionamiento de las armas y de los medios técnicos para emplearlas, también establecía las reputaciones de aquellas escuelas donde la perfección estratégica era muy pronunciada. Hubo innumerables escuelas que desarrollaron métodos de combate extremadamente efectivos a través de una hábil adaptación del principio del ju en sus técnicas. Podemos mencionar de forma destacada las siguientes en crónicas que tratan de los bujutsu como si hubieran sido notables escuelas de jujutsu: el ryu Tenjin-Shinyo, el ryu Takenouchi, el ryu Sosuishitsu, el ryu Kito y el ryu Sekiguchi. Junto con un cierto número de otras escuelas, estas, formaron una síntesis modificada en la escuela de Judo fundada por el maestro Jigoro Kano, en el siglo XIX.

    Particularmente famosa por sus varias técnicas de percusión [atemi-waza], de inmovilización [torae] y de estrangulamiento [shime], la escuela Tenjin-Shinyo de jujutsu es generalmente considerada como el resultado de una fusión de dos escuelas antiguas, el ryu Yoshin y la Shin-no-Shindo. Los orígenes del ryu Yoshin son todavía objeto de debate en el cuerpo de doctrina. Muchos creen que el fundador del arte fue a China en el siglo XVII para profundizar sus conocimientos en el campo de la medicina. Mientras estudiaba varios métodos de reanimación [hassei-ho, que posteriormente se convertiría en la compleja ciencia de Kappo o katsu], estuvo expuesto a las artes marciales chinas y a sus principios más importantes de aplicación estratégica. En particular, estudió técnicas de percusión, que, incluso mucho más tarde, parecen haber sido la principal preocupación técnica de esta escuela. En Japón, convirtió ese núcleo técnico, en un complejo aislamiento [cerca de un templo en el bosque], incluyendo en sus programas de entrenamiento personal ejercicios físicos y de meditación. En el tiempo, desarrolló unas 300 técnicas de combate basadas en el principio del ju [flexibilidad], tal como indica el nombre que dio a este método: yo, que significa sauce, y sin, espíritu o corazón. La imagen del sauce flexible, ondulante, que rebota incluso tras el más fiero de los huracanes, mientras que el robusto, pero rígido, roble cae estrepitosamente ante el ataque de la tormenta, fue registrada en este modo en las crónicas de las artes marciales, sirviendo asimismo para confirmar, aunque indirectamente, la influencia china sobre esa escuela de pensamiento en Japón que sostenía que el principio de no resistencia era superior a todos los demás, no sólo en sentido moral, sino también [y sobre todo para el guerrero] en la concreta y práctica realidad del combate.

    El fundador de la otra escuela, la Shin-no-Shindo, dicen que fue un tal Yamato Tamizaemon, de la policía de Osaka, que añadió otras técnicas [particularmente las de inmovilización] al ya impresionante repertorio del ryu Yoshi. Ambas escuelas fueron unificadas finalmente, convirtiéndose en un todo sistemático con un solo nombre a finales del siglo XVII, mediante los esfuerzos del maestro Yanagi Sekizai Minamoto Masatari [también conocido en sus últimos años como Iso Mataemon], cuyas increíbles proezas de destreza en el arte de combate sin armas [especialmente en el uso de técnicas de percusión, atemi-waza] completan muchas páginas en los anales de las artes marciales. Dicen que fue destacado maestro de jujutsu, muy versado en la práctica y en la teoría del combate sin armas. Tras haber estudiado las técnicas del ryu Yoshin y de Shin-no-Shindo, bajo las instrucciones del maestro Hitotsuyanagi y del maestro Homma, respectivamente, viajó de una escuela a otra, desafiando a campeones locales. En el curso de este peregrinaje [tras el cual abrió una escuela [dojo] en Edo [Tokio], donde su método fue enseñado a criados del clan Tokugawa], dicen que se enfrentó a un grupo de mercenarios contratados que habían venido a extorsionar con una exorbitante cantidad de dinero a los campesinos que daban refugio a Mataemon [o quizá, como era costumbre en circunstancias similares, le habían contratado a él en realidad].

    De especial importancia estratégica para el desarrollo del arte fueron sus ideas relativas al principio del ju, ideas todavía discernibles en la actualidad en varias adaptaciones modernas del bujutsu sin armas, tales como el Judo del maestro Jigoro Kano. El excesivo desarrollo de los músculos y con ello la excesiva dependencia de la fuerza muscular, según Mataemon, comportaban esas cualidades de rigidez y lentitud generalmente asociadas con una armadura o, más directamente, con la llegada de la vejez y, por último de la muerte, Mataemon prefería poner el énfasis en la flexibilidad, que según creía era la característica más visible de la vida y de la acción. En consecuencia, en combate, recomendaba que sus alumnos aplicasen las técnicas de su escuela con rapidez, pero sin una tensión indebida, y sólo cuando el propio oponente, al atacar, hubiese debilitado su propia línea de defensa y facilitando la mayor parte de la fuerza necesaria para ser sometido.

    La antigua e interesante escuela conocida como Takenouchi ryu según parece se halla todavía activa en Japón, habiendo sido dirigida por un sucesor tras otro durante doce generaciones. En general se afirma que fue fundada por un bushi de alto rango, Hisamori [más conocido anteriormente como Takeuchi Toichiro], durante la dictadura de Ashikaga Yoshiharu (1522-46), mientras ocupaba el trono el emperador Gonara (1526-1557). Dicen que Takeuchi había sistematizado un número sustancial de técnicas de bujutsu con armas y sin armas durante y después de un período de intenso estudio y experimentación en el desierto, donde practicó con una espada de madera [bokken] y un palo [jo] contra objetivos móviles. Destacó el uso de las técnicas de inmovilización [osae-waza], que fueron organizadas sistemáticamente en cinco grupo [go-kyu], según ciertos principios de exposición hallados todavía en derivaciones modernas del bujutsu antiguo.

    Las técnicas de su escuela demostraron ser extremadamente efectivas, e innumerables guerreros acudieron a su dojo. Según los pergaminos y manuscritos [makimono] que formaron los registros de esta escuela, al hijo de Takeuchi incluso se le pidió que representara técnicas del programa de instrucción de su padre [que comprendía más de 600 técnicas] ante el emperador Gomizumo (1611-1629). Tras la demostración, el emperador concedió al arte el título de “supremo e inmejorable arte de combate” [hi-no-shita toride-kaizan]. Dio, también, a los discípulos de este arte permiso para usar el color imperial, el púrpura, para aquellos cordones empleados en la ejecución de técnicas especiales de la escuela [las inmovilizaciones].

    Una derivación interesante del ryu Takenouchi es el ryu Sosuishitsu, fundado por un samurai de Bungo Takeda, Hannosuke, en 1650. Este bushi desarrolló su propio método de combate a partir de los que había aprendido y, tras un periodo de purificación en las montañas Yoshino, dio a su método el nombre de “el puro flujo de las aguas”, refiriéndose al río Yoshino. Después lo enseñó a Shitama Mataichi –miembros de cuya familia, por linaje directo o por adopción, parecen haber sido maestros de este arte durante siglos. Al final, su escuela se incorporó a la exitosa síntesis de artes ju del maestro Jigoro kano, conocida en todo el mundo como Judo.

    La Kito ryu merece un lugar especial en la doctrina del bujutsu sin armas, debido a los elementos esotéricos evidentes en su método, elementos muy similares, en efecto, a los que caracterizan las escuelas de aikijutsu. De particular interés en este aspecto son los ejercicios formales [kata] que los herederos modernos del ryu Kito han conservado. Algunos de los elementos disponibles vinculan el origen de esta escuela con un método chino de combate basado en el principio del ju, tal como lo explicaba e ilustraba Chen Yuan-Pin [mejor conocido en los documentos japoneses como Gempin] a guerreros escogidos del siglo XVII. Ex dignatario de la corte china, Gempin había visitado Japón en 1621, y luego se estableció allí permanentemente en 1638, a fin de escapar del creciente poder de la dinastía manchú. Poeta y erudito se procuró una posición de rango entre los nobles japoneses del período [familia Owari], produciendo un cierto número de tratados sobre filósofos chinos como Lao-tzu y T´ung K ào, e introduciendo las obras de muchos poetas chinos en la cultura japonesa. También colaboró con el sacerdote japonés Gensei en un cierto número de producciones literarias. En cierto momento, se dice que Gempin instruyó a tres guerreros errantes [ronín] en un método de sujeción de un hombre que había visto practicar en China. Los nombres de los tres bushi han sido deliberadamente conservados: Fukuno Hichioemon, Isogai Jirozaemon y Miura Yojiemon. Estos hombres continuaron sus estudios del método Gempin en el monasterio Kokusei de Azabu y en apariencia comprendieron bastante bien sus principios centrales, puesto que según se dice posteriormente fundaron su propia escuela: Kito ryu.

    No obstante, otra interpretación indica que el fundador de este método fue un cierto Tereda, un samurai al servicio de Kyogoku, un daimyo estrechamente asociado con los Tokugawa. Su método de combate, asu vez, fue heredado por otros dos grandes expertos de jujutsu, Yoshimura y Takenaka. Estas técnicas, generalmente ejecutadas con la armadura puesta, se centraban principalmente en la proyección del oponente contra el suelo.

    Al observar cierto número de técnicas formales de esta escuela [koshiki-no-kata o formas clásicas] realizadas por practicantes de alto nivel del Kodokan de Judo se puede observar la suavidad del principio aplicado de wa [armonía], visto no solo como una flexible [ju] mezcla de estrategias, movimientos y acciones con los del oponente, sino como una mezcla más global del yo con el contexto, del que el oponente solo es una parte. Estas técnicas eran consideradas extremadamente sofisticadas y difíciles de entender, incluso por expertos de bujutsu, tales como los maestros Kano y Ueshiba, fundadores del Judo y el Aikido moderno, habiendo estudiado intensamente –el maestro Kano con el maestro Iikubo y el maestro Ueshiba con el maestro Tozawa Yokusaburo- antes de incorporar muchos rasgos destacados de este interesante arte en sus propias metodologías modernas.

    El poderoso Seikiguchi ryu remontaba sus raíces hasta el siglo XVII y el severo Sekiguchi Jushin, un maestro de guerreros del que se dice que había destacado en las virtudes marciales de honestidad y objetividad, virtudes que parece transmitió con éxito a sus hijos, junto con las técnicas de su escuela.

    Muchas otras antiguas y respetables escuelas, tales como el Yagyu-Shingan ryu del clan Date [del que se dice que había incluido más de 2000 técnicas de combate en su programa] y el Yuki ryu de Sawa Dochi, así como las varias sucursales y afiliaciones , en constante aumento en el número de maestros y discípulos, se mencionan en la doctrina del jujutsu como inspiradas principalmente por el principio de ju, un principio interpretado con asombrosa eficacia por Jigoro Kano sensei. Este gran educador y erudito puso énfasis en ciertos fines educativos al desarrollo del carácter y la personalidad del hombre conforme a unas líneas éticas, modificando las técnicas medievales del jujutsu y cambiando el nombre de esta síntesis metodológica de Judo: el camino [do] de la flexibilidad o suavidad [ju].

    A pesar de este acento en consideraciones éticas más amplias en combate, el arte del maestro Kano, nacido y a fin de cuentas fuertemente influido por un ambiente duramente competitivo, quedó establecido como el método de combate más sofisticado y sin embargo más efectivo en la práctica, inspirado por este principio. El arte se difundió por el mundo y, como deporte de competición, ha llegado a ser aceptado en los Juegos Olímpicos, cumpliendo, aunque póstumamente, las últimas aspiraciones de Kano sensei.

    El Judo ofrece un rico repertorio de técnicas de combate, generalmente divididas en cinco categorías principales. Estas técnicas suponen la aplicación del principio del ju no solo en el contexto de la flexibilidad pasiva en un sentido budista, sino también como el principio activo del contraataque que ha hecho que al arte extremadamente efectivo, tanto en combate real como en competición. El Judo, como arte de combate, fue probado exhaustivamente durante el período que duro desde finales del siglo XIX hasta los principios del XX. El reconocimiento de su excelencia, tanto en la teoría como en la práctica, en el campo de combate sin armas ayudó a rescatar a otras muchas escuelas y métodos de su extendido y olvidado final. En 1905 la mayoría de las escuelas de jujutsu se fundieron con la escuela del maestro Kano, y la fama del Judo Kodokan comenzó a extenderse por el mundo.

    Las escuelas de aikijutsu, sin embargo, no se incorporaron a la síntesis de las artes jutsu del maestro Kano. Actualmente, como en el pasado, siguen siendo independientes en cuestiones de organización y afiliación pública, aunque en estos tiempo de mayores y más intensas comunicaciones están teniendo lugar, por supuesto, con creciente frecuencia intercambio de instructores e instrucciones.

    Los instructores Kodokan, entrenados en las artes del antiguo aikijutsu y en las de sus derivados modernos, el Aikido del maestro Ueshiba, enseñan sus técnicas dentro del programa de instrucción del Judo, satisfaciendo así un anhelo del maestro Kano, que trabajó toda su vida para preservar las mejores artes y técnicas que una larga y a veces sangrienta tradición había producido.

    El que lograra verdaderamente inyectar un elemento de moralidad [do] en las antiguas artes militares de bujutsu es una cuestión que sólo puede responderse estudiando las técnicas de Judo, tal y como son enseñadas por los maestros modernos de Kodokan, y observando los efectos de su continua práctica sobre la personalidad y el carácter del estudiante de Judo.

Ideogramas de Judo. El camino de la flexibilidad

3.     Jigoro Kano

    El maestro Jigoro Kano, nace el 28 de octubre de 1860 en Kobe, concretamente en la Prefectura de Hyogo, Japón y fue el fundador del Judo.

    En su época escolar mostró una particular afinidad por las lenguas extranjeras. A los quince años ingresó en una escuela de lenguas extranjeras y, en 1877 en la Universidad Teikoku [imperial] de Tokio, que actualmente es la Universidad de Tokio.

    Hoy, la Universidad de Tokio es la primera universidad de Japón, y su ingreso en la universidad fue un tributo a sus habilidades académicas y a su dedicación a la educación. Su expediente de educación superior es también notable, y sus habilidades lingüísticas fueron excepcionales. De hecho, es ampliamente conocido el hecho que muchas de las notas originales de Kano sensei escritas durante su estudio de Jujutsu y durante su transformación en Judo estaban escritas en inglés, en vez de su japonés originario.

    En 1882, Kano fundó el Kodokan, estableciendo el primer dojo en el Templo de Eisho, en Tokio.

Eishoji Temple, the birthplace of Kodokan Judo

Entrada al Templo de Eisho, antiguo Kodokan

    El significado concreto de Kodokan es "Escuela de la Vía Antigua". Su sistema de artes marciales (Budo) eclipsó a las antiguas escuelas de jujutsu en el Japón. De una manera muy exitosa, Kano sensei logró que el Judo se incorporara al sistema educativo japonés.

    También fue un excepcional educador y en 1882 fue nombrado profesor en el Gakushuin [escuela privada para la nobleza]. Cuatro años mas tarde fue nombrado profesor en jefe. En 1891 fue nombrado director de las escuelas Intermedia de Quinto y de la Escuela Superior de Kumamoto, y en 1893 asumió el cargo de director de la Escuela Secundaria para Profesores de Tokio [una escuela que más tarde sería la Universidad Kyoiku de Tokio, y actualmente es la Universidad Tsukuba].

    Jigoro Kano consideraba que la educación se basaba en tres componentes:

  • La educación del conocimiento

  • la educación moral, y 

  • la educación física.

    La  educación del conocimiento corresponde a la mejora del propio conocimiento; la educación moral, al fomento de la conciencia moral; y la educación física, al entrenamiento del cuerpo.

    Aunque en el judo Kodokan la educación física es un factor importante, Kano ponía también un gran esfuerzo en el entrenamiento de profesores de educación física en la Escuela Secundaria para Profesores.

    Cuando Kano fue nombrado  director de la Escuela Secundaria para Profesores, estableció allí un departamento de educación física, y empezó con una gran variedad de deportes.  Se celebró un gran festival de deportes, y, en la escuela, aparecieron un gran número de secciones de deportes incluyendo nuevos deportes extranjeros, incluyendo tenis, béisbol, fútbol y deportes náuticos.

    A través de estas actividades que expandieron los deportes y la educación física, tanto dentro como fuera de la escuela, Kano se fue volviendo famoso para el público en general.

    Kano sensei fue representante de Japón ante el Comité Olímpico Internacional y participó como miembro de éste en las Olimpiadas de 1928, en Ámsterdam. Su sueño fue que se incluyera al Judo en los Juegos Olímpicos.

    Tal deseo se hizo realidad en 1964, año en que los juegos se llevaron a cabo en Tokio. Sin embargo, Kano había fallecido por neumonía hacía años, el 4 de mayo de 1938, a bordo del SS Hikawa Maru cuando realizaba un viaje de regreso a Japón. En este viaje regresaba del Cairo, Egipto, para decidir definitivamente la denominación de Tokio, y Japón por tanto, como ciudad y país organizador de los decimosegundos Juegos Olímpicos.

Jigoro Kano sensei

    Jigoro Kano recibió a título póstumo la máxima graduación de Judo, que es el cinturón blanco. Según la filosofía y ética del Judo este es un continuo aprendizaje y al morir es como si se volviese a empezar.

4.     Kodokan

    El instituto Kodokan tiene su sede en Tokio, Japón. Fue fundado por Jigoro Kano sensei en 1892. El Kodokan es quien establece los kata y las técnicas del Judo. Se comenzó con un total de 9 alumnos y en un espacio para la práctica de 12 tatamis, en el antiguo Templo de Eisho, como se ha mencionado anteriormente.

    En 1909 el Kodokan que hasta entonces funcionaba como entidad privada fue reconocida legalmente como entidad pública. Y en 1911 el judo es incluido en las escuelas dentro del programa de educación física. También se crea una sección dentro del Kodokan para la formación de los maestros.

    En 1933 se inaugura un nuevo Kodokan, en estos años su escuela tiene 119.000 estudiantes ,de los cuales más de 85.000 eran cinturones negros.

Kodokan de 1933 a 1958

    En 1958 se inaugura otra sede Kodokan, que es la que actualmente existe en Tokio, aunque existen delegaciones en otras ciudades japonesas, como en Osaka.

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Actual sede Kodokan en Tokio

    El actual edificio de Kodokan cuenta con ocho plantas, además del sótano, donde se puede encontrar en la séptima planta el dojo principal, siendo la octava la grada para los espectadores del dojo principal. En las plantas quinta y sexta existen varios dojos para la práctica de las técnicas de Judo. La cuarta planta esta dedicada a los vestuarios, así como los está la tercera para habitaciones con la posibilidad de residencia mientras se efectúa algún curso en el instituto. La segunda planta es el Centro de Investigaciones, la Librería y salas de conferencias. En la primera planta está ubicada la tienda, el parking y un Banco. Por último, el sótano esta dedicado a la cafetería y a salas de conferencia.

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