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Fútbol cubano: no es cuestión de técnicos extranjeros

 

Estadístico de Atletismo, Holguín

(Cuba)

Eddy Luis Nápoles Cardoso

eddy06018@hlg.jovenclub.cu

 

 

 

Resumen

          Una muestra de que el principal problema de nuestro balompié no es cuestión de técnico, está dado en que por el banquillo de nuestro principal equipo han pasado varios entrenadores extranjeros de todos los puntos de la geografía mundial y ninguno ha conseguido el preciado anhelo mundialista; en el ya lejano 1963, llegó el primero de ellos, el checo Frantisek Churda, a este le siguió el húngaro Laszlo Mohaczy en 1967, el siguiente fue el norcoreano Kim Young Ha en 1970; luego otro húngaro, Tibor Ivanicz lo hizo en 1980; diez años más tarde se experimentó con el italiano Geovanni Campari, para nuevamente en 1996 apostar por un magyar, Karoly Kocza; en el 2003 llega un sudamericano, el peruano Miguel Company y ahora en el 2008 lo hace el alemán Reinhold Fanz y la tricolor sigue al borde del abismo.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 126 - Noviembre de 2008

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    Hoy la selección nacional cubana de fútbol está fuera del camino hacia el mundial de Sudáfrica 2010, cuestión que a la gran mayoría de los cubanos nos parece algo normal, pues desde aquella única asistencia como invitada al Mundial de Francia de 1938, Cuba nunca se ha clasificado para una fase final, ha estado cerca, como fue la clasificación para la hexagonal de Honduras en 1981, pero hasta ahí nada más.

Selección Nacional de Fútbol de Cuba

    Es verdad que se han hecho y se realizan incontables esfuerzos para materializar el avance del fútbol nacional, pero estos no se ven recompensados con la presencia de la selección en la Final de la Copa Mundial de la FIFA. Nuestros problemas van más allá del once nacional.

    A mi modo de ver las cosas, los principales problemas de este deporte no están localizados en la selección nacional, ni es cuestión de tal o cual técnico, sino que vienen desde la base, es decir en el área deportiva y están relacionados tanto con la parte material, como con el sector técnico metodológico, pudiendo hablar desde las carencias de balones, hasta el bajo nivel de preparación técnico-táctico de entrenadores y por consiguiente de los jugadores cubanos. A medida que los jugadores van transitando por cada uno de los escalones de la pirámide y llegan al equipo nacional, arrastran este déficit y es entonces que allí se ven reflejados los problemas del fútbol cubano actual.

    Una muestra de que el principal problema de nuestro balompié no es cuestión de técnico, está dado en que por el banquillo de nuestro principal equipo han pasado varios entrenadores extranjeros de todos los puntos de la geografía mundial y ninguno ha conseguido el preciado anhelo mundialista. En el ya lejano 1963, llegó el primero de ellos, el checo Frantisek Churda, a este le siguió el húngaro Laszlo Mohaczy en 1967, el siguiente fue el norcoreano Kim Young Ha en 1970; luego otro húngaro, Tibor Ivanicz lo hizo en 1980; diez años más tarde se experimentó con el italiano Geovanni Campari, para nuevamente en 1996 apostar por un magyar, Karoly Kocza; en el 2003 llega un sudamericano, el peruano Miguel Company y ahora en el 2008 lo hace el alemán Reinhold Fanz y la tricolor sigue al borde del abismo.

    ¿Donde radican las principales carencias del fútbol cubano?

    Dejando a un lado las carencias materiales, propias de la mayoría de los deportes, es prudente entonces analizar las diversas fisuras.

    En la preparación técnica, es indudable que el futbolista cubano no domina el ABC de este deporte, no posee una buena preparación y dominio de la técnica del fútbol, destacándose deficiencias en el golpeo del balón. No desarrolla las habilidades necesarias para emplearlas en los momentos cumbre, como pueden ser a la hora de definir una jugada ante la portería contraria o un pase hacia un determinado sector del campo; el jugador cubano no es preciso en el golpeo.

    En cuanto a la preparación táctica, hay grandes lagunas en los planteamientos tácticos, tanto a nivel de equipo, como individual. En lo colectivo no se dominan muchos elementos del juego ofensivo y defensivo, como pueden ser, el movimiento correcto de los jugadores dentro del planteamiento táctico empleado en ambas fases del juego; también en lo individual el futbolista cubano por lo general no domina los oficios tácticos de su posición, un elemento importante como lo es el juego sin balón, tampoco es desarrollado correctamente por nuestros jugadores.

    Otros factores que influyen en el bajo nivel de los jugadores cubanos, son los pocos partidos que acumulan durante una temporada. Los campeonatos nacionales, aun cuando se han incrementado, son de corta duración. Además, el sistema de grupos y la eliminación por fases, va en detrimento de que los jugadores puedan jugar un mayor número de partidos. Recuérdese que en la gran mayoría de los países el torneo de fútbol dura entre ocho y once meses al año, y además cuentan con varias divisiones o categorías, que les permite acumular muchos partidos antes de llegar a la división élite.

    También hay que tener en cuenta el poco roce internacional de nuestros jugadores, lo que los coloca en desventaja a la hora de desarrollar habilidades, así como el pensamiento táctico en la creación de jugadas y en otras que son de oficio, el futbolista cubano carece de muchas mañas y picardías propias del juego fuera de nuestras fronteras.

    Es innegable que hemos poseído buenos y talentosos jugadores, una prueba de ello es que en años anteriores, hombres como Regino Delgado, Andrés Roldán, Osmín Hernández y Lázaro Darcourt por solo citar algunos, en su momento recibieron ofertas para jugar en clubes extranjeros, una muestra de que el talento existe.

    Otros elementos a tener en cuenta cuando se enumeran los problemas que enfrenta el fútbol nacional, son los escasos estadios con condiciones reales para jugar al balompié, con una aceptable grama, gradas, iluminación y las condiciones necesarias para que la prensa también juegue su papel en el seguimiento a cada jornada futbolística con el objetivo de ir creando entre los aficionados una cultura en este deporte, pues el apoyo del bien llamado jugador número 12 es vital para cualquier selección.

    Aquí están explicadas a grandes rasgos algunas de las carencias del fútbol cubano, dentro de las cuales no veo que sea la selección nacional la causa principal de ellas, sino solo su más fiel reflejo y si ya han pasado casi una decena de técnicos extranjeros sin lograr encaminar el rumbo ideal, no creo que esa sea la "solución mágica" en Cuba para el más universal de los deportes.

    Lo que se impone es encaminar el trabajo correcto desde que el "pibe" tropieza con el primer balón en sus pies, hasta que llega a la selección nacional, de lo contrario podrán traer al mismo Luis Felipe Scolari o al llamado mago Bora Milutinović, que nada remediarán.

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