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Casos prácticos en el área de Educación Física, relacionados con
alumnos problemáticos y con comportamientos no habituales

 

Diplomado en Magisterio

con especialidad en Educación Física

(España)

Manuel Jesús Palma López
mjpl22_22@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          En el artículo se muestran diferentes casos prácticos relacionados con el área de Educación Física relacionados con alumnos/as problemáticos/as, y con comportamientos no habituales. En todos ellos podemos observar aspectos interesantes a la hora de realizar Educación Física con alumnos/as que se encuentren dentro de estos casos.

          Palabras clave: Casos prácticos. Educación Física. Alumnos problemáticos.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 123 - Agosto de 2008

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I.     Alumnos/as problemáticos

Malas conductas

    Dentro del grupo clase, nos encontramos escolares que muestran desobediencia, indisciplina, no respeta a compañeros/as y profesores/as, molesta en clase, etc. ¿Cómo actuarías ante el comportamiento de estos alumnos/as?

Introducción

    Como introducción, decir que podemos tomar como referencia el Decreto 85/1999 para conocer los derechos de los alumnos/as, valores y normas de convivencia. Además, hemos de conocer el Reglamento de Convivencia establecido en cada centro educativo dentro del Reglamento de Organización y Funcionamiento (ROF).

Desarrollo

    Y, teniendo en cuenta estas referencias, pasamos al desarrollo del caso, siguiendo las orientaciones dadas por Saénz - López (1997):

  1. Información del alumnado (familias, profesores/as, compañeros/as, equipos de orientación, el propio alumno/a, etc.).

  2. Tipos de causas de tales comportamientos no adecuados:

    • Internas: Se producen en la clase. Suelen depender del profesor. Podemos intervenir.

    • Externas: La causa proveniente del ambiente social y familiar. Se requiere un trabajo en equipo para solucionarlos (equipo directivo, compañeros/as, familia, etc.).

  3. Primera actuación del profesor/a – Prevención de causas desviadas:

    • Mostrar firmeza y seguridad.

    • Tratar con respeto y amistad, fomentando la motivación y el ambiente adecuado.

    • Actividades motivadoras.

    • Dar responsabilidades a alumnos/as conflictivos.

    • Conocer la dinámica del grupo para evitar conflictos.

    • Eficaz sistema de señales.

    • Dialogar con alumnos/as más problemáticos.

  4. Tipos de comportamientos y soluciones:

    1. Conductas desviadas leves (protagonismo del alumno/a, hablar, no atender, etc.)

      • Ignorar comportamiento.

      • Cortarlo sin perturbar la actividad: cruce de miradas, gesto, proximidad física…

    2. Conductas desviadas graves (peligro físico, broma inadecuada…)

      • Llamar la atención al alumno/a (no amenazar, ni ridiculizar).

      • Recordar reglas.

      • Entrevista personal.

      • Entrevista con los familiares.

    Como conclusión, decir que ante un caso extremo y considerable de algún alumno/a problemático, podemos plantear la situación ante la Comisión de Convivencia establecida dentro del Consejo Escolar, como viene recogido en el Decreto 48611996.

II.     Alumnos con comportamiento no habitual o extraño

    Es usted profesor/a de Educación Física del Primer Ciclo de Primaria, y observa, desde que comenzó el curso, un comportamiento extraño en un alumno del primer nivel de este ciclo.

    Las conductas que presenta son: impaciencia, impulsividad, parece no escuchar nunca nada de lo que se le dice, distrae a los demás, tiene problemas para relacionarse con sus iguales, le cuesta permanecer sentado y quieto… Tras esta observación, usted se dirige al tutor y al profesor de especial y ellos le comentan que este alumno está evaluado psicopedagógicamente con déficit de atención con hiperactividad (DDAH), de esta forma se aclaran sus sospechas.

    Ante esta situación, ¿cuál seria su actuación o actuaciones en sus clases de Educación Física?

    Antes de tomar decisiones ante esta situación, hemos de tener en cuenta el informe del alumno/a y las orientaciones educativas que nos den los profesionales encargados de estos casos (psicopedagogo o psicólogo del E.O.E., el profesor de Educación Especial, los asistentes sociales, los pediatras, los psicoterapeutas y, en su caso, el psiquiatra infantil).

    El “tratamiento” para estos niños/as puede ser a base de medicamentos, una psicoterapia o la educación especial; pero el objetivo es que el niño/a cambie. La práctica correcta es alterar el entorno para que se adapte al niño/a hiperactivo, y no alterar al niño para que se adapte a la sociedad. Para ello, el profesor/a de Educación Física tiene un papel fundamental (Taylor, 2000).

Definición de Hiperactividad

    La hiperactividad es un patrón de comportamiento caracterizado por la vehemencia y la inquietud. Los niños/as hiperactivos están siempre en movimiento, no se quedan quietos ni siquiera en situaciones que requieren una calma relativa, como, por ejemplo, en clase. En casos extremos, los niños/as pueden ser absolutamente incapaces de entretenerse solos; parecen estar buscando constantemente algo que nunca llega. La hiperactividad también se caracteriza por una falta de autocontrol; de forma imprudente e impulsiva el niño/a llega a conclusiones sin calcular lo que implican, y este proceder a menudo lo lleva a. enfrentarse con problemas de disciplina o a sufrir accidentes. Se incluye también la falta de atención, pues los niños afectados no son capaces de prestar atención durante un periodo prolongado, y por ello sólo dedican poco tiempo a las actividades constructivas. (Taylor, 2000).

    En definitiva, la hiperactividad es mucho más que un exceso de actividad. La diferencia entre un niño/a hiperactivo evaluado psicopedagógicamente y un niño/a exultante de energía pero que no presenta dificultades en su desarrollo, está en que en el primero, su actividad es mucho más caótica y carente de concentración, además de ser excesiva.

Actuación o actuaciones ante esta situación

  • Ante las malas conductas y las constantes llamadas de atención de estos alumnos/as, uno de los mejores caminos es ignorar intencionadamente las mismas. Con esto no se quiere decir que se ignore la conducta intolerante simulando que no ha pasado nada, ya que esto sería el germen de un nuevo conflicto, sino apartar inmediatamente la atención del problema haciendo salir al alumno/a de la habitación o llevarlo a un lugar tranquilo.

  • Hemos de saber que estos niños/as desarrollan con lentitud su capacidad de comprender las situaciones sociales y por ello, en ocasiones hay que explicarles las cosas como a los niños pequeños.

  • Establecer un “sistema de modificación de conductas” mediante el modelo de economía de fichas o programa de contingencias materiales similar a un banco de premios. Plantearlo para toda la clase (pues de esta forma el alumno hiperactivo no se siente singularizado y así no encuentre en ello una forma de llamar la atención, ya que eso puede ser negativo en el contexto de la clase), pero sobre todo para este alumno. Este sistema consistiría en ofrecerles al niño recompensas a un buen comportamiento, reflejándose estas recompensas en modo de ficha y materializarlas después con un objeto o regalo, o -si le planteamos este sistema a la familia- las recompensas podrían ser; ver más tiempo la televisión, salir al parque, jugar con él ordenador, ... entre otras.

  • Hacerlo responsable en las clases de Educación Física de ayudar a sacar el material o a abrir el gimnasio (para que así no tenga que esperar durante mucho tiempo en la fila, aspecto que agrava su problema) entre otras responsabilidades.

  • Reforzarlo positivamente con conocimientos de resultados afectivos cuando presente un buen comportamiento.

  • Establecer juegos cooperativos (actividades por parejas y grupos reducidos) en los que el alumno participe activamente.

  • Eliminar en todo momento las situaciones de espera, para ello eliminar las filas y plantear actividades de ejecución simultánea, variantes en las actividades.

  • Plantear ejercicios no muy dinámicos, pero no eliminarlos, pues no podemos desprender al niño hiperactivo de situaciones en las que realmente el alumno pueda desahogarse (función catártica).

  • Desarrollar antes y después de la práctica de la actividad física ejercicios de (Cherry, 1993):

    1. Respiración: Tienen la finalidad de proporcionar una moderada sensación de relajación y auto-conocimiento.

    2. Relajación de músculos: Muchos de los ejercicios y actividades que contribuyen a que los niños/as aprendan el arte de la relajación, están estrechamente vinculados a los principios del control y de la relajación muscular. Cuanto mejor conozcamos nuestra capacidad para controlar el cuerpo, mejor utilizaremos nuestros músculos para liberar la tensión. Podremos utilizar para ellos ejercicios de relajación-tensión y de relajación de todo el cuerpo mediante ejercicios de tensión-distensión.

  • Actividades de concienciación del esquema corporal (atención, concentración, respiración y relajación) – Técnicas de autocontrol (contar hasta 10, respiraciones profundas).

  • Actividades en el 3er tiempo pedagógico: yoga, taichi, etc.

Conclusión

    Aunque no podamos influir decisivamente en la aparición del problema, sí podemos contribuir a mejorar su evolución a través de dos vías de actuación. En primer lugar, enseñando a los propios niños/as hiperactivos a practicar ejercicios físicos y actividades encaminados a incrementar la inhibición muscular, relajarse, aumentar el control corporal y la atención y, en consecuencia, adaptarse a las tareas y demandas que se le plantean sobre todo en el colegio. En segundo lugar, actuando en el ambiente familiar y social que ejerce en todo caso una influencia determinante en el pronóstico de estos niños/as. Estas actuaciones se concretan en orientaciones y sugerencias específicas para que padres y profesores adopten actitudes positivas hacia sus hijos y alumnos, y pongan en práctica normas de actuación correctas que favorezcan las interacciones y faciliten la convivencia familiar y escolar.

Bibliografía

  • Cherry, C. (1993). Cómo mantener tranquilos a los niños. Ediciones Ceac. Barcelona.

  • Junta de Andalucía (1996): Decreto 486/1996, de 5 de Noviembre, sobre órganos colegiados de gobierno de los centros docentes públicos y privados concertados, a excepción de los centros para la educación de adultos y de los universitarios.

  • Junta de Andalucía (1999). Decreto 85/1999, de 6 de Abril, por el que se regulan los derechos y deberes del alumnado y las correspondientes normas de convivencia en los Centros docentes públicos y privados concertados no universitarios.

  • Saénz - López, P. (1997). Educación Física y su Didáctica. Manual para el profesor. Wanceulen. Sevilla.

  • Taylor, E. (2000). El niño hiperactivo. Editorial Edaf. Madrid.

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