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La identidad de la Educación Física:
episteme, objeto y ocupación

   
Profesor de Educación Física.
Ms. en Ciencias de la Educación.
IPEF, Córdoba.
 
 
Juan Manuel Negrelli
jmnegrelli@hotmail.com
(Argentina)
 

 

 

 

 
Resumen
     La presente comunicación discurre sobre las virtudes y naufragios que viene demostrando la vinculación, de la Educación Física al área práctica del conocimiento. El esfuerzo de los estudiosos de la Educación Física en acudir a las humanidades y las Ciencias Sociales, con especial interés Epistemológico, ha plasmado ya un importante aporte al circunscribir a la Educación Física en el terreno de una teoría práctica. Los frutos se plasman tanto en nuevos espacios curriculares para la formación académica, como así también en preocupaciones y orientaciones dadas a estudios, investigaciones, conferencias, publicaciones, etc. No obstante, el doblado esfuerzo en apartar a la indagación sobre el objeto de estudio del interés epistemológico, por su estrecha relación con una teoría tecnológico cientificista, sitúa nuevamente a la Educación Física en una indefinición epistémico-disciplinar poco favorable. Es menester entonces corregir el viraje epistémico en aquello que corresponda a un exceso especulativo y ofrecer alguna propuesta conceptual (teórico-objetal-metodológica) que sitúe a la Educación Física dentro de una teoría práctica. La exposición del concepto de Corporificación y la trama conceptual que torno a él se enlaza es un ensayo, una proposición que podrá demostrar sus virtudes en establecer una relación más horizontal con las humanidades y ciencias sociales así como estrechar y solidificar la relación de la episteme, objeto y ocupación que legitiman a este campo ante la sociedad civil y el estado.
    Palabras clave: Educación Física. Ciencia. Epistemología.

El presente artículo es una conferencia de mi autoría, con correcciones menores, dictada en las "Terceras Jornadas Sanluiseñas de Investigación en
Educación Física y Ciencias del Deporte" organizadas por el Instituto Cultural Argentino de Educación Superior, Villa Mercedes, San Luis, en Octubre de 2007.

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 118 - Marzo de 2008

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Introducción

    Los frutos del impulso que, hace poco más de 10 años, tuvieron los estudios renovados sobre la identidad de la Educación Física, pueden comenzar a apreciarse recientemente. Un indicador significativo, de ello, es la inclusión del espacio curricular denominado Epistemología de la Educación Física a nivel de formación del profesorado, aunque no contemos con un mapeamiento exhaustivo de cómo se presenta ese espacio en los distintos institutos de formación de profesorado de Argentina. La inclusión de dicho espacio curricular, las temáticas que trata, desafía los límites de la tradición y de los mitos, y orienta a establecer una relación crítica con la(s) teoría(s) de lo corporal. Pues si, bien, en alguna medida se parece a su antecesora, la Teoría de Educación Física, el nivel de abstracción es considerablemente mayor, si consideramos que los cuestionamientos sobre la racionalidad y lo corporal inducen a establecer una relación más razonable (a diferencia de racional) con el cuerpo.

    La reflexión a nivel de la Teoría de la Educación Física, exigía el discernimiento de la identidad disciplinar entre otras disciplinas "científicas" en competencia sobre el mismo objeto de estudio; el movimiento. Los estudios de Epistemología de Educación Física tratan sobre la identidad de la Educación Física, según esclarecen el área de conocimiento a la cual se vincula, considerando las características de los objetos que estudia y el recorte teórico que los constituye.¿En cuál área de conocimiento se enmarca el objeto, teoría y formas de conocer de la Educación Física?

    La formulación del mencionado interrogante, que produce un viraje en la indagación teórica en la Educación Física, puede hasta despertar ciertos recelos por parte de los estudiosos de la epistemología de la Educación Física, ya que en gran parte el esfuerzo realizado ha sido en dirección a minimizar la importancia del objeto de estudio para identificar a esta disciplina, área de conocimiento ó de indagación sistemática. En consecuencia han intentado destacar, la identificación del área de referencia a la cual se viene vinculando la Educación Física, sean las humanidades, sean las Ciencias Sociales, áreas desde las que se han realizado valiosas contribuciones. Debe aclararse, que en el intento de minimizar la importancia del objeto de estudio, en cuanto a su importancia en la definición de la identidad epistemológica, en ningún caso ha sugerido el eliminarlo de las reflexiones.

    El afán en definir el objeto de estudio de la Educación Física que ha caracterizado a los abordajes teóricos de orientación científico-tecnológica, es en gran parte motivo por el cual, desde una teoría práctica, se han minimizado los esfuerzos de una formulación teórica que circunscriba un objeto de estudio y plantee formas metodológicas coherentes, para la investigación en esa área.

    En el intento de esclarecer la problemática planteada, en adelante expondré, como dicho viraje epistémico ha absorbido contribuciones desde otras áreas de conocimiento y los ha articulado en la intención de formular una teoría práctica. Seguidamente demostraré, que el cambio de enfoque no exime a la teoría de circunscribir y darse un objeto específico de estudio. Finalmente, a modo de ensayo, expongo una alternativa unas proposiciones teóricas mínimas que sirvan de anclaje para continuar pensando sobre el tema.


Una teoría práctica

    La indagación de mayor alcance en torno al quehacer teórico de la Educación Física, ha producido sus logros y los podemos sintetizar en torno a lo que se ha constituido en la proposición de una teoría práctica para la Educación Física. La proposición de una teoría práctica para los estudios en Educación Física, ha tenido anclaje en el interés dado a las Humanidades y Ciencias Sociales. En gran parte la atracción que suele conferírseles a estas áreas, se debe a los aportes de críticas contundentes realizadas en el marco de los estudios de sociología del deporte, sociología del currículum y a la historia de las disciplinas escolares. Podemos considerar entre ellos, también, a los estudios sobre Filosofía de la Educación Física. Este orden de enumeración no se trata de una cronología y si un orden en función de la repercusión, impacto, llegada ó plausibilidad que han tenido dichos estudios para el censo establecido en el área. Las deducciones que se han seguido a partir de allí, se han consubstanciado en una serie de críticas realizadas a las formulaciones teóricas enmarcadas en los estudios en las Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Las objeciones levantadas pueden sintetizarse en tres: a la pretensión de definir el objeto de estudio de la Educación Física circunscribiendo una identidad disciplinar que le otorgue personería en la comunidad científica; a la concepción de cuerpo físico-químico-anátomo-fisiológico coherente con la concepción antropológica dualista que escinde cuerpo-alma; al modelo de intervención ocupacional del tipo tecnológico en el cuidado, prevención de la salud a través de la ejercitación físico-corporal.

    Estas proposiciones por demás contundentes, se han extendido en sus deducciones y aplicaciones y han nutrido la crítica del currículum en Educación Física (KIRK, 1990). Así podemos entender que gran parte de la epistemología de la Ecuación Física en la Formación de Profesores, hoy, esté centrada en la perspectiva de la crítica del currículum, en tanto se ocupa en desvelar el carácter ideológico del contenido/conocimiento que lo compone, que prescribe el deber ser de la Asignatura escolar Educación Física. Por lo tanto, el deporte, principal contenido de la Educación Física, es una manifestación corporal que en el sentido práctico, conviene a valores e intereses de las sociedades modernas industriales, ó a algunos sectores dentro de ellas. Consecuencias directas de estas premisas, para el campo ocupacional han sido las distintas limitaciones que progresivamente se han establecido al desarrollo del deporte como contenido escolar, cuando es propuesto según los modelos de la alta competición.

    Es posible que en el intersticio en el que el viraje epistémico se ha ido constituyendo, no haya dejado muchas alternativas, a la hora de: o, demostrar que los estudios desde las humanidades y Ciencias Sociales tienen una aplicación efectiva en la intervención del profesional de la Educación Física; ó de quedar condenados al abandono por considerarlos pura especulación ó meditación sin efecto. En ese complicado marco, se ha desvaneciendo el impulso que tuvieron las reflexiones epistemológicas iniciales. Los epistemólogos de la Educación Física se han precipitado en proponer a la Educación Física como una práctica, siendo que apenas contamos con algunas precisiones sobre que es lo que esto significa. ¿Qué significan las proposiciones: "La Educación Física es un práctica", "…es una práctica social", "…es una práctica de intervención inmediata", "…es una práctica pedagógica"?

    La identificación con el área práctica, que si bien podemos considerar conveniente, es aún muy general y por tanto inespecífica. Entre todas las expresiones mencionadas arriba, que Souza (2001) denominó, "enmarañado de términos", las proposiciones de Crisorio (2003) son del todo generales, mientras las de Bracht (1999) avanzan en especificidad al postular una teoría de la práctica pedagógica y es la que se ha difundido más en los estudios de la Educación Física en el caso brasilero.

    Tiene sentido caracterizar a esta identificación de general e inespecífica, si consideramos que identificar a la Educación Física como práctica pedagógica, la sitúa en el terreno de la pedagogía y la didáctica a la par de, cualquier otra práctica pedagógica, que es lo mismo decir, a la par de prácticas pedagógicas en otras asignaturas ó espacios curriculares.

    Las teorías de Educación Física que circunscriben y seleccionan un corpus de conocimiento como saber valioso, útil y necesario para la vida en sociedad, para ser transmitido a las nuevas generaciones, y los formaliza en torno a un ideario ó doctrina pedagógica que prescribe normas, valores, formas de transmitirlos y legitiman una práctica escolarizada, son suficientes para situar a la Educación Física como práctica pedagógica ya que comparte ese saber de tipo práctico, que constituye el saber pedagógico general.

    Por otro lado, cuando se quiere definir ese corpus de conocimiento específico que constituye el saber característico de la Educación Física, los autores incurren en establecer una nueva dependencia con el área pedagógica y con la antropología cultural, al postular al concepto de Cultura Corporal o Cultura Corporal de Movimiento.

    Vale destacar que ese objeto siempre es circunscrito como un objeto de la práctica pedagógica1, y no como un objeto, sea científico ó de otra índole, sobre el cual se realiza una indagación autónoma según el auténtico interés sobre la constitución corporal. Según Bracht (2003):

"El objeto de la Educación Física en cuanto práctica pedagógica es retirado del mundo de la cultura corporal/movimiento, o sea, es seleccionado a partir de criterios variables, o sea, dependemos [negritas mías] de una teoría pedagógica sobre ese universo. Podemos llegar al punto de configurar nuestro objeto de forma más abstracta y ahí diríamos que sería la cultura corporal de movimiento" (p. 33)2.


El Conocimiento corporal

    Un breve recorrido sobre las proposiciones de una teoría práctica para la Educación Física nos ha permitido considerar como se vincula la Educación Física a las prácticas pedagógicas en forma genérica, aún cuando define un objeto específico de estudio. En adelante nos ocuparemos de considerar si los estudios en el área están en condiciones de proclamar un conocimiento auténtico y sobre el cual pueda proceder autónomamente sin preguntar como proceder, a la pedagogía, a la didáctica, a la antropología3, a la sociología, etc.. Si bien el desafío haya sido planteado, no parece haber intentos que hayan avanzado en ese sentido. En las palabras de Bracht (1999), "...pensava eu de identificar o tipo de conhecimento da realidade que o movimentar-se humano pode propiciar, que tipo de leitura da realidade essa forma de comunicação com o mundo pode propiciar e quais conhecimentos e leitura da realidade determinadas formas culturais do movimentar-se propiciariam." (p. 53). Y continua más adelante, "Assim, uma educação crítica no âmbito da EF tem igual preocupação com a educação estética, com a educação da sensibilidade, o que significa dizer, "incorporação", não por via do discurso e, sim, por vias das "práticas corporais" de normas e valores que orientam gostos, preferências, que junto com o entendimento racional, determinam a relação dos indivíduos com o mundo" (p. 54).

    A partir de estas premisas, podemos comprender que Bracht apuesta al desarrollo de una teoría con auténtico interés en lo corporal que podemos sintetizar en tres propósitos:

  • Comprender las relaciones entre el cuerpo y la razón práctica.

  • Interpretar vinculaciones concretas entre la acción corporal, normas sociales y valores éticos.

  • Comprender la "incorporación" de esas normas y valores vinculados con la organización, regulación y ejercicio del poder en las sociedades.

    Estamos delante de premisas que establecen una clara vinculación de los estudios sobre lo corporal con el área práctica, es decir con el área ético-política del conocimiento, aunque no haya una formulación teórica que consubstancie esas premisas. Es decir no hay conceptos que se hagan de dichas relaciones, para comprenderlas, interpretarlas, explicarlas, según sea el caso.

    Lo que voy a defender como una tesis fuerte, aunque solo habré dado un pequeño paso en este intento, es que los estudios ya realizados en esa línea están en condiciones de darse una teoría que organice tanto los conocimientos producidos como también la investigación sistemática y metodológicamente coherente con sus propósitos.


Corporificación e Incorporación

    Una forma por la cual las teorías se constituyen es a partir de la simple tarea conceptual de dar nombre a las cosas. Así procederemos en adelante haciendo concepto de dos procedimientos que vinculan la razón práctica con el cuerpo. Nos valdremos para ello, del análisis de los conceptos claves de dos importantes teorías de la Educación Física.

    Uno de las teorías que consubstanció un viraje importante en la forma de concebir el desarrollo de la Educación Física en los años 60, ha sido la Psicocinética de Le Boulch (1971). Podemos considerar que uno de los grandes pilares del desarrollo de la Psicocinética ha sido la diferente forma de concebir al cuerpo en relación con la cognición o inteligencia. En la concepción cartesiana, el cuerpo es objeto de una mirada externa como un objeto físico más, mientras que en la Psicocinética, el cuerpo es un cuerpo en acción, movido por la psiquis, es además fuente de percepciones, sensaciones e imaginación.

    Es curioso que no contemos con un concepto que haya intentado denominar exactamente esta relación entre cuerpo y razón, aunque muchas veces, se hace alusión a la noción de "hombre integral" para denominarla. Los estudios de Merleau Ponty (1945) sobre "Fenomenología de la percepción" han denominado este cuerpo en acción cuerpo-sujeto. Se relaciona además con las expresiones de "yo corporal", "cuerpo propio", "cuerpo mío" o "mi cuerpo". Si bien la concepción Psicocinética tiene valor, los sustratos psicologistas, subjetivistas, racionalistas, enmarcan al cuerpo en una relación instrumental con la razón. Es decir, la razón instrumental encuentra en el cuerpo, un sitio para ejercer sus funciones. Si introducimos un pequeño viraje desde el punto de vista de una teoría práctica interesada en la constitución corporal, diríamos que estos procesos operantes de la razón sobre el cuerpo, son procesos de "corporificación". La diferencia radica en que los procesos de corporificación no se corresponden con la aplicación del dictado de reglas para la acción instrumental sobre el cuerpo (del tipo, en posición de pié levantar el brazo hasta el punto en que se forma una línea paralela con la línea del piso) sino, con el de afirmar simbólicamente en la acción corporal orientaciones de valor (del tipo, practicar deportes para ser equilibrado y justo; ó siguiendo el ejemplo anterior, agregando que la elevación del brazo se realiza con sobrepeso, la finalidad práctica es, ser robusto, fuerte e inducir, a otros, respeto).

    La objeción que podría hacerse a esta formulación, es que el interés cognitivo no está dirigido al cuerpo y si a los valores, por lo cual no constituirían los procesos de corporificación auténtico interés corporal. Pero no es de esta manera, puesto que desde determinada orientación de valor, la acción sobre el cuerpo consecuente se caracterizará por la fuerza, la moderación del movimiento y hasta posiblemente variará, según el sentido práctico, la exposición corporal a riesgos ó peligros para la integridad corporal.

    La teoría de la Cultura Corporal, desarrollada en el contexto brasilero, es una teoría que introduce otro viraje en la comprensión ó relación de la razón y el cuerpo. A partir de una concepción muy particular del concepto de "expresión corporal", indica como las estructuras sociales inducen, inflingen la asunción de determinados modelos de cuerpo. Según Bracht et all (1992) "Na organização do conhecimento, deve-se levar em consideração que as formas de expressão corporal dos alunos refletem condicionantes impostos pelas relações de poder com as classes dominantes no âmbito de sua vida particular". (p. 65). Al igual que en la psicocinética, estos procedimientos carecen de nombre. A estos procedimientos los podemos denominar procedimientos de "incorporación". La diferencia radical con los procesos de corporificación, es que la práctica corporal actúa como a hurtadillas de la conciencia que da y orienta valores del sujeto, teniendo por lo tanto una inversión en la relación de dominio entre cuerpo y razón. ¡El cuerpo, el accionar instrumental sobre él dirigido por otros, orienta a la razón valorativa, sin esta percibirla!

    Presentados estos dos conceptos definidos en forma incipiente, podremos integrarlos en la teoría del corporamiento como la disciplina del cuño de las humanidades y desde el interés práctico del conocimiento, encargada de estudiar estas relaciones duales que se establecen entre cuerpo y pensamiento, según limiten ó posibiliten el acceso al conocimiento y orientación práctica del cuerpo y el pensamiento.

    El corporamiento sería entonces la acción reflexiva del pensamiento, a partir del cual se interpretan normas y valores implícitos en el movimiento corporal. De esta manera el corporamiento puede reconstruir tanto, consecuencias no previstas para el cuerpo que se desprenden de los procedimientos de corporificación y las consecuencias no previstas para el pensamiento práctico que se desprenden de los procesos de incorporación. En su conjunto, ambos, tienden a organizar las prácticas corporales y el juicio ó razón práctica.

    El carácter de esta formulación teórica deberá tomarse como un desarrollo teórico incipiente ya que aún faltará establecer relaciones e interdependencias que tendría esta área con los conocimientos producidos sobre lo corporal, por la antropología, los aportes ya realizados por la fenomenología, la biología, la sociología y la psicología. Carece por el momento, también, este abordaje, definiciones metodológicas que organicen la investigación, según corresponda a los objetos definidos, una etnología (Crisorio, 2003), procedimientos interpretativos, comprensivos, modelos explicativos ó reconstructivos (Habermas, 1989).


La ocupación, el campo de lo corporal

    Las críticas levantadas al estado de la ocupación en torno a lo corporal, vienen siendo repetidas en opiniones, análisis é interpretaciones, publicaciones tras publicaciones. En el subcampo educacional, ser profesor de Educación Física conlleva el estigma del trabajo no comprometido, el momento totalmente opuesto al de las asignaturas escolares en la labor en torno a la razón, la vinculación de lo corporal lúdico con el divertimento improductivo. La afirmación levantada por Giles (2003) "e) A recuperação de práticas permitiu confirmar que nada do que se faz ou se diz sobre o que se faz está fora da produção teórica da educação física; f) os profesores de educação física não estão confusos, mas sim formados na confusão" (p. 283), es el más claro diagnóstico del lugar que ocupa la teoría y la tarea que le corresponde en reinventar ó reconstruir por medio de ella, el campo laboral. Es común atribuir la gran anarquía de las intervenciones en Educación Física, a la diversidad de prácticas corporales, según intereses, deseos, clases sociales, edades, etc. Pues con mayor sentido, una teoría que organice en un todo coherente las prácticas corporales según su vinculación a los motivos prácticos y que permita aprender a las nuevas generaciones seleccionar, elegir y tomar precauciones sobre las repercusiones para el cuerpo y el pensamiento, gozará de cumplidos en el subcampo educacional.

    En el subcampo más amplio de las prácticas corporales o cultura corporal, las críticas son más bien escasas. Las prácticas corporales desarrolladas en la iniciación deportiva o en otras manifestaciones, en clubes o establecimientos exclusivos a tales fines, los ejercicios de acondicionamiento físico, estéticos en gimnasios, piscinas, etc. Corresponden al amplio espectro de este subcampo. El silencio crítico en el mismo, puede interpretarse de dos maneras. O el subcampo está atendido correctamente, sin necesidad entonces de elaborar críticas o modificaciones, o simplemente está abandonado a su suerte y entregado a los influjos de la tradición o mercados inescrupulosos sin orientación profesional adecuada. Mi opinión está orientada hacia la segunda opción, y está basada en los siguientes argumentos. Podemos notar, como orientaciones prácticas en el tratamiento de lo corporal que tienen que ver con lo estético, han sido paulatinamente desplazadas de la necesidad del "ejercicio físico". El surgimiento de centros de "spa urbanos" van poblando paulatinamente las medianas y grandes urbes. Estas alternativas en el tratamiento de lo corporal, que seducen a colorear los cuerpos, a la reducción de lípidos y modelación estética en forma maquinal, es un claro ejemplo de lo alejado que están las teorías modernas de Educación Física de los usos y cuidados actuales de lo corporal. Podemos agregar a ello, la explosión de las cirugías de bustos, y otras destinadas a "embellecer" los cuerpos. Tal vez, un valerse de lo corporal más razonable, en vez de un uso racional-maquinal del cuerpo, pueda demostrar y preparar profesionales que orienten prácticas corporales que remplacen la belleza de estampa por la elegancia al andar, solo por citar un ejemplo, prácticas que devuelvan al género, razonamiento corporal en el moverse.


Notas

  1. Bracht (2003) se refiere a la "Especificidade pedagógica da Cultura Corporal de Movimento" (p.48)

  2. Traducción mía.

  3. Postulados teóricos que avanzan en distinguir el objeto de estudio de la Educación Física, de diferentes objetos de estudio y formulaciones disciplinares que compondrían el campo de la Educación Física, lo hacen circunscribiéndolos en relación con una Antropología Corporal, que a mi juicio también incurren en demarcar una nueva dependencia para el área, ahora, de la antropología. Pich (2003) La cultura y la educación física, apuntando perspectivas de un dialogo posible. http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 57 - Febrero de 2003.


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