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La demostración del error durante la sesión de
entrenamiento. Una comprensión psicopedagógica

   
*Prof. Auxiliar.
**Consultantes.
Universidad del Deporte Cubano.
(Cuba)
 
 
Misael Salvador González Rodríguez*  
Dr. Alcides Sagarra Carón**  
Dr. Pedro Luís Días Benítez**
misaelsgr@yahoo.com
 

 

 

 

 
Resumen
     Existe un número de investigadores en el área de la enseñanza de las acciones motrices, que declaran el tratamiento de la exposición del error como una situación que no debe suceder categóricamente, asociándose este acto como incorrecto, que su exposición produce en el deportista incapacidad, y más comprometido con que su fijación será prefijada y difícil de borrar durante la vida deportiva. Por otro lado la psicopedagogía del deporte, plantea manejar el error como un indicador instructivo, ya que al ser la personalidad activa, sitúa la posibilidad del descubrimiento en el errores a través de la dirección cognitiva, afectiva, o consciente, permitiendo la autorregulación de la acción, y dando significado a su aprendizaje técnico, táctico o estratégico incorporando gradualmente los indicadores de calidad, rapidez y eficacia al ejercicio de forma personal.
    Palabras clave: Error. Acciones motrices. Psicopedagogía del deporte.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 117 - Febrero de 2008

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Introducción

Enfoque del trabajo

    El presente trabajo representar parte de la experiencia pedagógica de la Escuela Cubana de Boxeo, contribuyendo modestamente al conocimiento formativo del deporte, área en la que se hace necesario, representar a los profesionales conocimientos novedosos que permitan cada día hacer del aprendizaje técnico un proceder más ameno y significativo.

    Esta interpretación, la iniciamos compartiendo al profesor Williams, (1993), quien precisa como la demostración, es el modelado, y lo define como el proceso por el cual somos capaces de emular las acciones de los demás

    Desde una visión psicopedagógica, el proceso de la demostración, se define como una estrategia importante a tener en cuenta, durante el proceso de dirección de la enseñanza.

    Sagarra, (1989), plantea que en sus 36 años de dirección pedagógica, continuamente manejaba la demostración del error o su señalización como un recurso pedagógico para trasmitir las invariantes del ejercicio o contenido técnico - táctico, como parte integrante del proceso de enseñanza - aprendizaje, aceptando los modelos pedagógicos actuales, como pretensión de poder reconocer en la actualidad del error durante la enseñanza de las acciones motrices.

    Aun con los diálogos pedagógicos remitidos, se sigue observando como algunos entrenadores permanecen con la duda referente a que hacer.

  • Si el deportista no exterioriza la acción técnico - táctica con calidad.

  • Si se evidencia falta de certeza absoluta en las representaciones programadora o ejecutora de la acción motriz.


La demostración del error

    En la Cultura Física, aparece el error como un acto humano, en la que su relación o vinculación alcanza los fundamentos del comportamiento desde la comprensión de las ciencias: Filosofía, Pedagogía, Psicología y Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo, entre otras, a las cuales hay que añadir las variables relativas al deportista que comete el error, ya sea un escolar, cadete o de alto rendimiento.

    La didáctica plantea que existe una relación directa entre la demostración de los errores y la adquisición de las demandas del ejercicio, siempre y cuando, sepamos las principales dificultadas del ejercicio y el tratamiento metodológico del mismo, en consecuencia con la derivación gradual de su realización.

    Entonces podríamos preguntarnos:

  • ¿Por qué es necesario demostrar el error?

  • ¿Por qué tenemos que activar la dirección consciente (nivel de regulación), del deportista?

    En un primer momento, las teorías psicológicas y pedagógicas conciben el aprendizaje de las acciones motrices, en correspondencia con la adquisición de una serie de habilidades, las cuales consisten en producir de forma automática, una respuesta determinada (estímulo - respuesta).

    Desde estos enfoques, queda despejado como los entrenador, deben iniciar la dirección pedagógica, conociendo los modelos técnico - tácticos con los que parte el sujeto cognoscente en el (proceso - aprendizaje), y desde este nivel, enfocar una la relación (entrenador y deportista), amena, coherente, lo mas conveniente que permita trascender los espacios de preparación, hasta alcanzar la calidad, rapidez y economía de las acciones técnico - tácticas necesaria en correspondencia con las capacidades de interiorización del deportista.


¿Por qué el deportista experimenta el error?

    Si partimos de los fundamentos de la Didáctica Magana de Comenio, en 1632, ya planteaba la eficacia en la enseñanza-aprendizaje a través de los cuatro principios generales del método: la seguridad, la facilidad, la solidez y la rapidez.

    Asumiendo a un grupo importantes de investigadores, hemos construido los espacios acerca de los aspectos "positivos" del error, dentro de la clase de entrenamiento, comparando los parámetros que definen una teoría basada en la evitación de los mismos, es decir, en el éxito mediato o inmediato.

    Ante estas consideraciones, retomamos al profesor Torre, S. (1993), quien referente a la pedagogía del éxito refiere: "…Ha sido una concepción asumida tanto por los teóricos de la educación como por los profesionales de la enseñanza, desde los orígenes de la pedagogía hasta nuestros días".

    En esta perspectiva, recapacitamos que no es comprometido que el deportista cometa errores, con la condición de que sea rápidamente retroinformado, es por ello que consideramos que el error puede ser demostrado para descubrir en el sujeto cognoscente una buena respuesta.

    Favoreciendo a los deportistas, que pueda percatarse del error que están cometiendo, sin miedo de ser requerido, a partir de estas concepciones, se facilita que el deportista perciba el error y de inmediato confeccione su autodiagnóstico.

    De ahí la trascendencia de atender educativamente al error y la necesidad de reconocer que la situación de enseñanza - aprendizaje, es ante todo una situación particular, que se inicia con la comunicación, amena, coherente, en la que el emisor y receptor alcancen la misma interpretación de los signos comunicativo, ya que en la sesión de entrenamiento aparece por parte de la dirección pedagógica:

  • Un "entrenador" que tiene el objetivo de planificar y dirigir la superación deportiva, unido al numero de invariantes de contenido técnicos, tácticos, teóricos, y psicológicos por entrenar.

    Y por parte del sujeto cognoscente, se observa que no todo el tiempo desean cumplir con los objetivos del entrenamiento. De ahí, que el sistema pedagógico debe concebir estrategias, espacios o momentos para que los deportistas analicen las diferentes situaciones, confronten sus resultados con los de sus compañeros, y así se darán cuenta del "error" (con o sin ayuda del entrenador), ofreciéndole al deportista, que pueda verificar su proceso de aprendizaje.

    En ese período de verificación individual o colectiva, lo vital estará, en el tipo de inferencias o de razonamiento que haga el deportista sobre los conocimientos adquiridos y su nivel de exteriorización del ejercicio.

    Por lo anterior, no pretendemos ofrecer una imagen reduccionista del aprendizaje de las acciones motrices en el deporte, sino más bien señalar que los autores del proceso, es decir (entrenador y deportistas), al estar relacionados implícita y explícitamente en el proceso de enseñanza - aprendizaje, constituyen los dos polos de una relación dialéctica ampliamente dependiente de factores psicológicos, socio - afectivos, cognitivos, culturales e institucionales, que no debemos de obviar.

    A partir de los análisis teóricos efectuados, las experiencias practicas analizadas desde la Escuela Cubana de Boxeo, nos exige asumir los fundamento pedagógico del profesor Serres, (1991), cuando puntualiza que el aprender es tomar el riesgo de equivocarse siempre, es decir que existe un "saber del error" como lo afirma Jean-Pierre Jaffré, porque al error más bien se le orienta y se le guía. De ahí, que asumamos la idea Cifali, 1994, en la que se precisa, un gran desafío con respecto a la postura profesional ante los errores.


La demostración del error; un propósito pedagógico significativo desde el análisis constructivista

    La idea de esta comunicación germina, desde una posición psicopedagógica, que nos conduce a la búsqueda de alternativas para lograr una base teoría sostenible acerca del proceso de aprendizaje técnico, aprendizaje táctico y poder hacer el proceso de enseñanza - aprendizaje, mas autentico, desarrollador.

    En este sentido Bruner (1966) afirma que una teoría de enseñanza debería tratar cuatro aspectos importantes:

  1. La predisposición hacia el aprendizaje.

  2. Las maneras en que un cuerpo de conocimiento puede estructurarse para que pueda ser comprendido de la mejor forma posible por el sujeto cognoscente.

  3. Las secuencias más efectivas para presentarlo.

  4. La naturaleza y entrega de gratificaciones y sanciones.

    Dentro del estudio de la teoría constructivista de Bruner, encontramos el error, como recurso pedagógico en la personalidad, haciendo hincapié en las diferencias aparecidas con respecto al modelo planteado.

    En este sentido el Dr. Sagarra considera que la demostración del error en la ejecución de un ejercicio técnico o táctico, es algo que "no debemos de abandonar en nuestras clases de entrenamiento", que solo se quiere ver como acción incorrecta, pero en nuestra practica pedagógica enriquecida lo hemos utilizado con una finalidad formativa.

    Desde estas expresiones, podemos ver el error, no solo como una equivocación, sino como una oportunidad para el aprendizaje, ya que el deportista sé está dando cuenta que ante del aprendizaje no puede ni debe adquirir actitudes superficiales, y por lo tanto, ofrece una coyuntura para la autoexigencias personales y para que autoconscientemente aprenda de los errores y fracasos.

    Para los psicólogos del deporte, el error es parte del proceso de autoinformación del sujeto aprendiz. El error es un hecho normal para la resolución de los problemas motores y es un momento en el que se procesa una conceptualización que encierre de base de una acción deportiva (ejercicio físico).

    Desde el punto de vista pedagógico, todo aprendizaje lleva implícito el "no saber", como elemento principal. En este sentido diferentes especialistas como

    Piaget, consideran el error como parte misma de dicho proceso, como un producto en la actividad del pensamiento.

    Entonces también inferir, que cuando el entrenador no permite que el deportista pueda errar, está frenando el proceso de aprendizaje, por lo tanto, no dejar prosperar, imaginar, pensar, crear, aplicar, experimentar, creciendo en la sensaciones propias de sujeto cognoscente, es no concebir al sujeto como un ente activo que transforma sus capacidades y habilidades.

    A partir este enfoque psicopedagógico, hemos considerado necesario exponer desde una experiencia practica, que los entrenadores no deben aprensión por la demostración del error, ya que ese momento, más que un retrazo del proceso, debe representa un camino para llegar a reconstruir los indicadores de calidad, rapidez y economía en la realización del ejercicio, que se traduce en mejor rendimiento psicofísico del deportista.

    Entonces el proceso de aprendizaje de las acciones motrices, debe propiciar el crecimiento de los deportistas único, exclusivo y original. Esto sólo se logra cuando el sujeto cognoscente exterioriza las acciones libremente, sin temor a los errores, es decir, sin temor a equivocarse, cuando puede por sí mismo y con la ayuda del otro, afrontar sus errores con espíritu crítico, con imaginación y con una actitud analítica que le permita evaluar sus propias actitudes.

    Las exigencias de control pedagógico en los entrenadores, constituyen las pautas que se necesitan para realizar el aprendizaje de las acciones motrices, sin llegar a utilizar solamente el método (ensaño - error), con el que no compartimos, pues debemos en todo momento ver al deportista con sus necesidades de movimiento, donde las ayudas o mediación del entrenador, se hallarán con la misión de guiar el desarrollo cognoscente de la personalidad, es decir, aceptado al deportista en el momento del error y esto viabiliza su formación, acompañadas además del estímulo de las realizaciones (ejercicios), donde por el contrario, a las prohibiciones y atemorizar, pues esto puede derivar vivencias desagradables e inhibiciones del deportista.

    Es decir, que según el profesor Sagarra, estos procederes pedagógicos significan para el deportista, experimentar una disminución de afecto y de la seguridad que puede representar el entrenador en todo momento del proceso.

    Muchas gracias a todos los investigadora que hoy nos proponen estos tema de publicación y de la ayuda encontrada en sus reflexiones, esta es parte de la de ustedes, solo que con un enfoque sustentado en la practica de la Escuela Cubana de Boxeo Estilo Olímpico.


Conclusiones

  • Desde el punto de vista psicopedagógico, el contenido de los ejercicios que se enseñan, debe tener una estructura lógica interna, que no debe ser arbitraria ni confusa.

  • El carácter pedagógico del proceso de la demostración del error a los cuales hemos hecho alusión conduce al reforzamiento de su trascendencia desde el punto de vista social, pudiendo expresarse que para la practica pedagógica en la escuela cubana de boxeo, su cambio de interpretación con respecto ala demostración del error nos permitirá asumir con éxito los retos pedagógicos con fines formativos.


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