Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital


LOS MEJORES PROFESORES DE NATACION PRECOZ: "MAMA; Y PAPA"
Profesora Martha Sanz (Argentina)
jesquitino@ciudad.com.ar

Ponencia presentada en el primer Congreso Internacional de Actividades Acuáticas
Argentina 1991

Resumen
La presencia y participación de los padres que conozcan la calidad de la tarea acuática de los niños de 0 a 3 años es fundamental para los futuros aprendizajes. El tema se desarrolla a través de los siguientes ítems:
  1. ¿Cuándo aprende un niño?
  2. Los objetivos de la Natación Precoz
  3. Los contenidos mínimos de la Natación Precoz
  4. Algunos beneficios de la actividad
  5. Orientación para el adulto-guía
  6. Factores a tener en cuenta durante el proceso de aprendizaje
  7. Influencia de la habilidad acuática del adulto

Palabras clave: Natación Precoz. Bebés. Niños de 0 a 3 años. Presencia de los padres.

El adulto-guía, madre o padre, es el verdadero e irremplazable conductor del proceso de aprendizaje en la edad de 0 a 3 años.

Fundamentaré esta afirmación partiendo de mis habituales diálogos con los padres que han elegido la Natación Precoz como actividad para sus hijos.

Siempre les pregunto el porqué de esta elección:


Realmente las expectativas son muy variadas, pero todas tienen algo en común: hay un adulto-guía (mamá o papá) que se está comprometiendo en el proceso de enseñanza-aprendizaje de su hijo. Así lo hablamos.

Este adulto debe comprender y finalmente estar convencido de que su presencia es irreemplazable, porque en él, en la expresión de su rostro encuentra el niño la seguridad afectiva, la aprobación de su hacer, la protección que significa llegar a él y estar en sus brazos; en fin, ser contenido.

El descubrimiento de un mundo más amplio que el familiar, –único al que está acostumbrado en esta etapa de su vida– será sin angustia, ya que siempre verá a mamá o papá. Ellos se constituyen en el puente natural entre lo conocido y el nuevo medio.

Su hijo irá asimilando la nueva situación –espacios, dimensiones, tiempos, sonidos, amplia superficie líquida, y otros– y paralelamente se acomodará a ella, produciéndose entonces la adaptación.

Esta conceptualización piagetiana nos sirve también para reconocernos en la clásica "adaptación al agua".

El niño habrá integrado entonces lo nuevo a su mundo. El "otro", el docente, será aceptado como algo que forma parte de la nueva situación. Luego podrá compartir momentos con él y por fin se creará una relación afectiva que les permitirá a ambos hacer cosas mientras miran mamá o papá.

Analizada y jerarquizada la presencia de los padres, enfatizo que la participación de ambos enriquece la actividad.

La personalidad de cada uno, el ser diferentes, da lugar a matices variados en la conducta del niño, tanto en los ejercicios formales como en los momentos de juego.

En la realidad cotidiana, es la madre quien asiste con más frecuencia con su hijo, por razones horarias u ocupacionales. Pero en nuestra Escuela buscamos caminos y proponemos oportunidades para que el padre se incorpore también a las clases.

En mi experiencia, he comprobado el éxito frecuente de esta forma de trabajo.

¿Cuándo APRENDE un niño?

¿Cuáles son los OBJETIVOS de la Natación Precoz?

¿Cuáles son los CONTENIDOS mínimos de la Natación Precoz?
Area socio-afectiva


Area motora

Area intelectual

Algunos BENEFICIOS propios de la actividad

ORIENTACION para el adulto-guía
Dada la fundamentación de la presencia materna y/o paterna en el aprendizaje precoz de la natación, y enunciados los objetivos y contenidos de la natación precoz, me ocuparé ahora de la orientación de esos padres que llevarán adelante el proceso inicial del aprendizaje acuático de sus hijos.

Propósito docente


Objetivos

Contenidos mínimos para la orientación del adulto-guía
Las ideas básicas sobre las cuales habrá de girar la información técnica que reciba el adulto-guía serán:

Horizontalidad del cuerpo
Su logro está condicionado a la edad del niño, definiendo esto si será dorsal o ventral. En un momento aparecerá la posición de flotación en 45º, que por lo general coincide con la etapa de posición vertical del niño para caminar; luego retornará a la horizontal, cuando concrete y organice la eficiencia en los movimientos de piernas y de brazos, dando lugar a una coordinación motora básica muy importante. La cabeza actúa también como condicionante de la horizontalidad del cuerpo.

Movimientos
Los movimientos de piernas y de brazos que permitirán al niño desplazarse parten de los reflejos arcaicos, pasando por los reflejos condicionados para llegar a nivel de movimientos elaborados por aprendizaje, que a través de repeticiones sistemáticas se convertirán en movimientos propulsores.

Respiración
Las habilidades respiratorias propias del desarrollo evolutivo del niño serán la pausa respiratoria, la espiración-aspiración aérea, la espiración en inmersión y el ritmo respiratorio.

Coordinación
La coordinación desarrollará la habilidad del niño para mover sus piernas con continuidad; la habilidad del niño para mover sus brazos con continuidad; la habilidad del niño para mover sus brazos y piernas con continuidad, tanto en superficie como en inmersión. Integrará a los movimientos la habilidad respiratoria.

Desplazamientos
Los desplazamientos iniciales serán asistidos, desde el docente hacia el adulto-guía. Aparecerán luego los desplazamientos liberados, teniendo como punto de partida un lugar para llegar al adulto-guía. La autonomía acuática final llevará al niño a lograr una deseada libertad que demanda observación y atención del adulto-guía en cuanto a que el niño concrete cada desplazamiento iniciado.

Entradas al agua
En todas las ejercitaciones, el adulto-guía deberá tener claro el objetivo de las mismas: cuándo el niño debe proyectar el tronco hacia adelante; cuándo hará inversión de la postura; cuándo jugará a entrar como palito. Etapas de la ejercitación: con el cuerpo en posición vertical; entrada de cabeza.

Orientación
Implica las distancias, profundidad y calidad de la traslación en superficie y en inmersión, además de información sobre las formas adecuadas de estimulación.

Rendimiento
Que el adulto sepa ¿Cuántas veces?, ¿Hasta dónde?, ¿Cuánto tiempo?, dará como resultado que las estimulaciones sean adecuadas y suficientes. Se inicia así la organización de la habilidad acuática del niño, que será la base para el futuro aprendizaje sistemático.


Factores a tener en cuenta durante el PROCESO DE APRENDIZAJE
Cada niño tiene su propio estado tónico, lo que generará diferentes respuestas frente a determinados estímulos. Debe lograrse que el adulto sea consciente de esto, para que continúe o varíe la ejercitación que está realizando. A esto se llega a través de la observación, comparación de actitudes de otros niños, por información del docente, etc.

Cada niño tiene su propia organización de tiempo, espacio y conductas. Debe lograrse que el adulto reconozca y respete esta situación, para permitir al niño moverse, explorar, observar, estar hiperactivo, disconforme, alegre y todo lo que necesite para ser libre en su actividad. Lo anterior no quiere decir actividad desorganizada, sino "el niño propone y el adulto lo guía". Darle tiempo al niño en su quehacer acuático significa también dejarlo a él iniciar y terminar una acción (emerger, llegar, flotar) sin intervenir para que la concrete, y en caso de hacerlo, realizar sólo acciones mínimas para que el niño se sienta cada vez más seguro.

Las acciones del niño y la calidad de las consignas: en general, las acciones nuevas, espontáneas y/o exploratorias de los niños tienen un objetivo. Hay que lograr que el adulto-guía no las califique de buenas o malas, sino que las observe atentamente y luego de diagnosticar el objetivo de las mismas pueda referirlas al niño con palabras o cantos que respondan a su intelectualidad, o por repetición de la acción.

A partir de la iniciación de la actividad es conveniente trabajar el área intelectual, incorporando a su hacer físico la descripción verbal de lo realizado. Inicialmente bastarán palabras como abajo, ya, ahora, muy bien, pata pata, para pasar luego a expresiones más complejas como tocás el borde, voy con mamá, buscás tu juguete. Así, el adulto-guía llegará a conocer que hay una forma de comunicación oral específica durante la convivencia acuática. No da lugar a muchas palabras, pero sí crea respuestas claras en el niño.


Influencia de la HABILIDAD ACUÁTICA y de la actitud del adulto en el proceso de enseñanza-aprendizaje
Podemos hablar básicamente de dos conductas del adulto: la de aquél que ha desarrollado la actividad y la de aquél que no lo ha hecho.

En el primer caso, por lo general, y como obstáculo, este adulto transmite al niño en forma impuesta su seguridad, y tiende a acelerar el accionar acuático; le cuesta esperar el ritmo del niño en la elaboración de sus ejercitaciones. Si es bien conducido por el docente, muy pronto y con facilidad llegará a captar las posibilidades y tiempos de aprendizaje de su hijo. A partir de ese nivel llega a ser un verdadero conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje.

En el caso de un adulto que puede haber llegado a una adaptación adecuada, que disfruta algo del agua pero que no posee dominio acuático, es fundamental observar que él mismo tenga su propio espacio y tiempo de práctica, para adquirir habilidades que luego favorecerán ejercitaciones más complejas con el niño. Es decir, él también debe aprender.

Las propuestas y calidad de las ejercitaciones estarán adecuadas, inicialmente, a las posibilidades del adulto, porque es necesario que él se sienta seguro para luego proponer cambios al niño. El docente apoyará su accionar, dedicando tiempo a capacitarlo en las técnicas de manipulación, dándole tiempo de observación, aumentando las fundamentaciones.

En este punto es importante observar que, en ocasiones, al sentirse inhábil frente a otros padres, el adulto puede manifestar actitudes pasivas, falta de creatividad, incomunicación, y hasta puede llegar a dejar la actividad. La actitud del docente en este caso no debe ser la de reemplazarlo en las ejercitaciones, sino la de lograr un buen apoyo afectivo: esto va a mejorar, la cosa anda bien, no te apresures ...

Frente a una actitud límite como dejar la actividad, una pregunta adecuada sería ¿Qué es más importante, que te sientas mejor al no venir o que tu niño viva estas experiencias?.

Bibliografía

Lecturas: Educación Física y Deportes
Revista Digital

http://www.efdeportes.com/
Año 3. Nº 11. Buenos Aires, Octubre 1998.