Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital

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LA EDUCACION GERONTOLOGICA Y LA EDUCACION FISICA GERONTOLOGICA: EN BUSCA DE UNA EDUCACION FISICA MAS APROPIADA PARA LAS PERSONAS DE LA TERCERA EDAD
Prof. Ms. Edmundo de Drummond Alves Junior (Brasil)1
drummond@marlin.com.br


Traducción y fotos: Silvia Mabel Maranzano (Argentina)
Profesora Nacional de Educación Física
Especialista en Adultez Avanzada y Vejez


Resumen
Este trabajo se puede incluir dentro del dominio de la gerontología e intenta introducir algunas reflexiones que nos ayudarán a comprender la multidimensionalidad del envejecimiento, como así también la cuestión de las prácticas de la actividades consideradas educativas, en especial las de educación física. Distinguimos dos términos que normalmente son usados indiscriminadamente: gerontología y geriatría. Posteriormente nos referimos al envejecimiento en la sociedad, discutiendo el estado actual de la educación para adultos y algunas propuestas que han tenido gran repercusión social. Finalizamos abordando un tipo de educación que se realiza a través de las actividades físicas y deportiva orientadas para un público específico que denominaremos mayores.
Palabras clave: Mayores. Tercera edad. Gerontología. Actividades físicas y deportivas.


El envejecimiento de la sociedad y la función de la gerontología
Comenzamos con una definición terminológica. La gerontología es una ciencia multidisciplinaria que trata de estudiar los aspectos bio-psico-sociales del proceso de envejecimiento mientras que la geriatría estudia el área médica tratando las patologías específicas de las personas mayores.

De una manera general, los países latinoamericanos no tienen mucho que festejar con los avances de las tasas de esperanza de vida de su población, como tampoco con el promedio de edad de esa población. Los países están envejeciendo2 sobre todo producto de una disminución de la tasa promedio de natalidad, tendencia que viene siendo verificada en las últimas décadas, y que viene acompañada de una disminución de la tasa de mortalidad infantil. De esta manera, con el correr de las décadas, el país envejece proporcionalmente, lo que se verifica en la observación del desequilibrio de la pirámide etaria. El envejecimiento de la población no viene acompañado de una profunda mejoría en la calidad de vida y propuestas de actividades para los mayores que deben tener siempre el criterio de preocupación por mejorar la calidad de vida para los años que serán vividos por la población como un todo y no de grupos específicos.

Sabemos que principalmente en países que no consiguieron todavía equilibrar sus problemas de distribución de la renta y de condiciones sociales mínimas, encontramos un grupo de mayores que pueden ser considerados como personas mayores "pobres o desfavorecidos" que sólo son capaces de sobrevivir "gracias a los avances de la medicina y no tanto por los avances sociales y materiales"3 .

No podemos olvidar que vivimos en un continente donde millones de personas todavía viven en un estado de miseria y de hambre, donde muchas veces encontramos las imágenes más degradantes del envejecimiento. La condición de ser viejo denuncia el gran fracaso de toda una civilización. Sus valores que dignifican lo nuevo, lo fuerte, lo poderoso, y lo que es estéticamente considerado como viejo, es fruto de una sociedad que ya en la infancia prefabrica una condición mutilada y miserable que pasará a ser su legado en los últimos años de la vida4 . Hablar de una educación para mayores como pretendemos hacer más adelante, puede ser una paradoja cuando sabemos de la total ineficacia de los sistemas públicos de educación, incapaces de absorber a los niños y los jóvenes dentro de lo que se denomina la enseñanza obligatoria.

En América Latina, convivimos con adultos cuya edad cronológica no se encuentra ciertamente dentro de lo que hoy se considera vejez, pero que, producto de la duras condiciones de vida a la cual fueron sometidos comprenden la franja entre los 40 y 50 años, tienen una salud tan precaria, que aparentan tener mucha más edad de la que tienen. Ciertamente, siendo más jóvenes cronológicamente, tendrán una expectativa de vida menor a los que tienen una edad cronológica más elevada, son estos denominados como pertenecientes a la "Tercera Edad".

La Tercera edad es una invención social5 , y estamos totalmente de acuerdo con aquellos que han alertado sobre el prejuicio y el estigma de esta formula simplista, que divide a la vida en periodos estancos de 3 ó 4 bloques monolíticos. Actualmente en Europa tenemos actualmente el último ejemplo, la 'cuarta edad'6 , que caracteriza a aquellos con más de 75 años, y que tienen un cierto grado de independencia. Estas fórmulas son muy bien manejadas por políticos inescrupulosos y aprovechadores oportunistas que generalmente tienden a homogeneizar la vejez, ocultando las injusticias sociales que se cometen hacia gran parte de la población.

Los sistemas de protección social, y en el caso de la jubilación, son de los mayores interesados en determinar una edad "fetiche", "mítica", a tal punto que pasa a ser una representación simbólica que servirá para considerar cuando alguien pasa a ser viejo, o también, 'ser de la tercera edad'. Según Brian Mishara y Robert Riedel7 , la jubilación ha sido durante mucho tiempo la vejez por 'decreto' y una imagen de tercera edad que intenta descaracterizar la inactividad que muchos jubilados asumen.

Es en las clases más pobres, las clases dominadas, que ser viejo es sinónimo de total abandono, en donde uno se entrega a la propia suerte y olvidados por las políticas públicas, y así mismo por el medio familiar, los viejos pasan a ser un peso difícil de soportar. Mientras tanto, en las clases dominantes, se reconocen, fácilmente, activos mayores que confirman lo que dice Patrick Bourdelais8 , el "rejuvenecimiento de los sexagenarios".

El envejecimiento es paradojal y tenemos que admitir el envejecimiento precoz de gran parte de la población, que debido al gran desgaste físico a que son sometidos, tienen en su cuerpo las marcas de cuanto éste les sirvió como instrumento de trabajo; mientras que en otras clases, el cuerpo ya pasa a ser considerado como instrumento de representación social y es objeto de una serie de cuidados. Esto hace que se considere fundamentalmente la importancia de discutir la gerontología al partir del envejecimiento diferencial, lo que nos ayuda a romper con el mito de la existencia de una edad cronológica determinada para caracterizar a la vejez.

Ricardo Zuninga9 advierte que la gerontología debe ser una ciencia emancipadora,

"... por sobre las dimensiones técnicas, centradas en controles de los deterioros y de las pérdidas; de las dimensiones prácticas, centradas en una comprensión de las dinámicas de construcción de significados, estando siempre al servicio de los sujetos del estudio"

La "gerontología dialéctica estudia el envejecimiento humano como contradictorio e intenta situar estas contradicciones en un cuadro de desarrollo y un cuadro histórico"10 . Lo que propone que hagamos de la gerontología una ciencia que pueda contribuir en sentido de ser liberadora, rechazando las definiciones por la carencia, por la falta y por las pérdidas; haciendo una lectura crítica de los dispositivos políticos y profesionales de caridad que pueden ser también ser llamados en ciertos momentos como oportunistas. La gerontología debe percibir a la vejez como una representación de la vida humana en tanto que totalidad.


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http://www.efdeportes.com/
Año 3. Nº 11. Buenos Aires, Octubre 1998.