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Aguas y palabras. Entrevista a María Inés Mato. Primera Parte
Julio Frydenberg

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 35 - Abril de 2001

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    En realidad el entrenamiento en aguas abiertas es tener experiencias en diferentes situaciones y ser consciente que la estás guardando en tu cuerpo como en un disco rígido. Por eso en situaciones difíciles que se presentan, y no entendés como podés responder así. Y ahí te das cuenta de que en realidad fue tu memoria que respondió ante esas situaciones difíciles. A mí me parece que lo fascinante de esto es que hay un juego en el que siempre los escenarios son muy difíciles (en la natación en aguas abiertas). Podés prepararte para determinados escenarios, yo me planteo hipótesis, de cosas que pueden pasar, y en función de esas hipótesis entreno. Tratar de experimentar lo que me puede llegar a pasar. Pero en general aparecen escenas que no tienen que ver con lo previsto. Y ahí está lo fascinante. Ante esas escenas si uno racionalmente se las hubiera planteado, hubieras dicho no, esto no lo hago. Por ejemplo el Canal de Beagle siempre lo pensé en buena situación, en muy buenas situaciones. Pero no era por que yo deseaba que se me dieran esas condiciones buenas. Era por que las experiencias que había era posible hacerlo en escenarios en aguas calmas, pero esa situación no se dio. Si pienso hacia atrás y veo el día que me tocó, hubiera dicho esto es una locura. Lo mismo me pasó en estos entrenamientos previos que hice en el Lago Argentino. Fui allí a hacer la adaptación a aguas frías para el cruce del Beagle. Fue una aventura, y todo se desarrollo muy bien. Encontré gente bárbara, que me acompaño en todo el proceso y yo terminé nadando dos días antes de hacer el cruce del Canal de Beagle a 300 m de la parada (la barrera de hielos) del Lago Argentino sin nada de protección. Y yo me mandé (lancé), y me pareció algo absolutamente maravillosa. Si lo pienso es una locura y no sé si lo hubiera hecho. Volviendo a la experiencia ..... tenía que darle la oportunidad al cuerpo ir al lugar a ver lo que sucede. Y pasan cosas que racionalmente no podés prever.


    ¿Alguna vez el cuerpo te dijo que no?

     Ahí está el tema ..... si la cabeza, si la razón le da el mando al cuerpo, si es la razón la que comanda ..... el cuerpo tiene recursos que nosotros individualmente, culturalmente, ocultamos, escamoteamos o bloqueamos. Creo que hay algo de ese orden. Pero claro ..... dirían los chinos: si la razón va a tomar el comando de la situación, perdiste. Seguro que perdiste. Por que yo tampoco pienso las situaciones. Yo me mando. Tengo una gran fascinación con el tema del agua fría. ¿Pero cual es mi fascinación? Que yo no tengo el miedo que la gente tiene con el agua fría. Y no es que no sienta el agua fría. Siento el agua fría. Y duele el agua fría. Duele muchísimo. Pero bueno es eso nada más. Pero no sufro en el agua fría.

    Yo no tengo otra sensación para describir esa situación que es la de estar en otro planeta. Donde todo es diferente. Me podés decir ¿qué es lo diferente?. Vos sos diferente. Estas en un grado de concentración, estás tan presente en lo que estás haciendo que yo no tengo otra escena en mi vida, en mis subjetividades para experimentar eso. El agua fría es eso. Después muchos me pueden explicar la fisico-química del agua, el tema de las densidades, yo las conozco muy bien. Hay cambios de lógicas, de leyes que son válidas en la tierra, pero que no son válidas en el agua. En el agua no hay ley de gravedad. Es una enorme diferencia con la experiencia del ser humano. Toda la experiencia física, corporal, está regida por la ley de gravedad. En el agua no hay ley de gravedad.


    Hablabas de las visualizaciones, y la meditación. ¿Cómo fue ese aprendizaje?

    Desde hace muchos años, a partir de gente conocida y amigos que hacían yoga y meditación. Siempre lo vi como algo interesante. Yo tuve algunos intentos de empezar a hacer algo de eso, pero fracasé. Creo que se debió a que yo idealizaba esa situación, o porque no era el momento para hacerlo. Eso fue hace mucho tiempo. Cuando yo empecé a prepararme para el cruce del Canal de la Mancha, en 1995, yo sabía que todo lo que se llama preparación mental era importante.

    En esos dos años estuve becada en el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento, en Buenos Aires). Ahí empecé a trabajar con el Departamento de Psicología todas estas cuestiones de la relajación profunda, la visualización, incluso prácticas de manejo de control de la temperatura corporal. Realmente me interesó mucho todo ese trabajo. Yo siempre pude bajar frecuencias cerebrales con facilidad, que de eso se trata la meditación, bajar la actividad mental.

    ¿Pero que era lo que me sucedía? Los entrenamientos eran muy intensos. Me daba cuenta que me pasaban cosas muy importantes, que tenían que ver con la imaginación. Es decir, imágenes con las que yo jugaba, que tenían una fuerza importante. A veces en las visualizaciones, que eran visualizaciones inducidas, es decir, había una persona que te ayudaba a relajarte y después te relataba un posible cruce (del Canal de la Mancha), lo que iba pasando y vos tenías que ir imaginándolo, visualizándolo. Lo que me pasaba es que en esas visualizaciones se me agregaban cosas que no tenían nada que ver con la natación, sino que tenían que ver con ciertos personajes o situaciones. Aparecían barcos de piratas, combatiendo entre ellos, relatos que se metían. Yo lo hacía por una cuestión de supervivencia. En ese momento no lo sabía, pero después supe que si uno se pone a repetir frases o cantos ayuda a la concentración, a la focalización de la atención. Sería el efecto de los mantras indúes. Yo sin saber eso, por una cuestión de supervivencia en estas tiradas largas, repetía cosas. Y empecé a repetir unos versos de Gelman (Juan Gelman es un poeta argentino contemporáneo). También repetía unas cartas que yo le escribía a estos personajes imaginarios que quería que me acompañaran en esas visualizaciones. En ese momento yo había elegido al Subcomandante Marcos y a Federico Fellini. Después supe que este trabajo, en las técnicas de visualización se llama "trabajo con imágenes de poder"....... yo no lo sabía, lo hacía por una necesidad que tenía en pensar en algo por que sino me iba. y pensaba que esa situación era una locura......

    Mi camino fue de autodescubrimiento. Después pude saber, aunque sólo me interesa para ponerle una etiqueta. Yo comentaba estas experiencias con quienes hacia estos trabajos mentales y no había receptividad. Siempre estaba la visualización de prepararte para un objetivo ..... pero a mí el objetivo se me había enriquecido, no por el objetivo en sí, sino por el camino que estaba transitando. Yo me decía: "acá pasa algo". Y ese es otro de los valores que se suman a todo esto, las cosas que pasan. La mente abierta. Las asociaciones que empezás a tejer en el entrenamiento. Yo cuando tengo que decidir un tema para una monografía, tengo la lectura más o menos hecha y me voy a nadar, y la hipótesis la puedo construir en el agua, no puedo construir aquí en la tierra. Tendría que tener algo como para escribir en el agua.


    Se dice que a Kant sus mejores ideas aparecieron acostado en la cama...

    Claro. En situaciones no naturales. En las que estas en la frontera. Le pasa a todo el mundo, pero como uno está tan estructurado lo deja de lado. El mandato dice que tenés que producir el trabajo intelectual en la biblioteca.


    ¿Te surge en algún momento la pregunta respecto del "para qué"? ¿O esa pregunta es de una etapa totalmente superada?

    Eso es algo totalmente superado.


    Pero ¿hay preguntas, dudas?

    Cuando yo entrenaba muy fuerte en la pileta, ante esta posibilidad que sabía que podía llegar, por cansancio o fatiga, siempre jugaba con la imagen de un cuadro de Van Gogh, el de los cuervos...... y como yo tengo mucha capacidad de visualización, lo podía ver muy claramente. Mientras que estaba nadando borraba con la mano los cuervos negros, limpiaba los pensamientos negros.

    Yo nunca he tenido esa puesta en duda, o esa crisis de para que estoy haciendo esto. Si duele, duele. Es así. Si estás en una zona de hastío, estas en una zona de hastío. Es así.


    Es un tránsito.

     Sabes que va a pasar. Es un ciclo. En cierta medida hasta lo agradeces, por que sabes que en algún momento va a pasar. Y cuando ves que se prolonga mucho esa zona difícil pensas: que bien.....estoy en la zona difícil cuando estoy llegando. Sucede algo muy especial, decíamos antes que dejábamos a la razón, pero hay una lucidez muy especial. A mí me pasó ahora en el Beagle. Yo pensaba hacerlo en media hora. Pero se complicó con el viento en contra, y lo hice en una hora veinte minutos algo que iba a hacer en media hora. Si planificas nadar una hora veinte en aguas tan frías seguramente te vas a alimentar con algo......por ejemplo vas a reponer un poco de azúcar cada veinte minutos, o al menos a la media hora y a la hora, nuevamente. Pero como nosotros no pensábamos que iba a tardar tanto, yo no consumí nada. Es más antes de llegar a (la Isla) Navarino, para salir, habíamos estado navegando en un gomón mojados durante cuarenta minutos. ¿Y qué es lo que me pasa?. En realidad, siempre previmos la posibilidad de nadar como máximo unos cuarenta y cinco minutos. Habíamos llevado un termo de café y unos pedazos de azúcar no refinada. La idea era que si se prolongaba mucho, es decir esos 45 minutos, a la media hora tenía que comer algo de eso......¿pero que pasó?. Yo me tiré a nadar y Claudio a la media hora me ofrece, yo le dije que no, yo pensaba que ya estaba ahí...... ¿para qué voy a parar ahora?, pensaba. Yo pierdo un poco la noción del tiempo. Pero cuando estamos llegando, a menos de 200 metros, paré. Estaban los periodistas que me dijeron después que me querían matar por que ya estaba llegando, no podían entender, con el frío que hacía y yo llegando me paré en el agua y le dijiste: "dame un café con azúcar" (risas) ¿Por qué? La lucidez. Dejas la razón de lado y tenés ese instante de lucidez. Faltaba muy poco y yo sentía que tenia un "bamboleo" mental, pensé que no había comido nada, y que no quería que me pase que hasta que no terminaste no está cumplido el objetivo ...... no es que hiciste mucho y ya está. Hasta que no terminaste, no terminaste. Y efectivamente ahí levanté un poco y llegué bien, a los tres minutos.

    Hay un juego muy especial. Te vas dando cuenta de por donde vas pasando. Hay zonas de cansancio físico. Hay zonas de cansancio mental. Hay zonas de dolor puntual, en alguna parte del cuerpo. Si te das cuenta vos sabes que tenés recursos o algo para hacer para operar sobre eso. Podes compensar ciertos movimientos. Algún breve cambio técnico, si hay algún dolor puntual. Todo eso juega también. Y todo eso permite que no entren pensamientos negativos, como "que sentido tiene todo esto".


    Sos docente de Semiología. Eso pertenece al mundo racional. Hasta ahora apareció otro costado, en el que parte de potencia reside en bloquear eso para que fluya lo sensorial, lo intuitivo. Pero tu trabajo como docente opera sobre lo racional......

    Yo busco complementar. Busco hacer síntesis. Con respecto a la práctica docente, yo nado. Me doy cuenta de cómo muevo los brazos, desarrollando una clase. Esta idea de seguir al cuerpo. Por ejemplo: sigo hablando o le doy la palabra al otro....por que yo ya no tengo más para decir, y a partir de allí genero un espacio de diálogo dentro de la clase, un tipo de trabajo en el que mi cuerpo me está diciendo que se tiene que retirar un poco del juego. Es decir, yo tomo mi experiencia de la natación, de los entrenamientos, como modelo o como guía para cualquier otra cosa que haga. Yo he decidido eso. Puedo equivocarme, puedo originar cosas que quedan un poco trastabillando, pero yo he decidido eso. Con la escritura lo mismo.


    Así como aparecen aportes tuyos en materia de entrenamiento, ¿qué sucede con el tema de la nutrición?

    No sé si es un aporte, pero yo incorporé algo nuevo. Hace años conocí a un médico ecuatoriano, de ascendencia indígena, y él me había regalado una barra de azúcar. El lo llama "panel" o "raspadura". Me dijo: mirá que esto es glucosa en estado puro y que asimila tu organismo de la manera más rápida. Yo lo usé en algunos entrenamientos y me había parecido bárbaro. Ese amigo se fue y yo nunca pude conseguir más de eso. Lo pude recuperar este año. Un amigo mío fue a México y yo le pedí si lo podía conseguir en algún mercado indígena, y fue lo que me sirvió de suplemento o de fuente energética en el Beagle, en ese momento que paré antes de llegar. Y también me sirvió en los entrenamientos en Lago Argentino. Una media hora antes de entrar a nadar me comía medio puñado de ese azúcar.

    Tal vez rompa un poco con la norma por que no es lo que siempre utilicé. En los maratones largas lo que se consume es un preparado de carbohidratos, con algunos minerales, y sales minerales que se diluye en agua y es como un jugo, que ya viene preparado. Ese es el combustible que repara o llena los tanques cuando se van vaciando.

    No obstante eso, a mí me paso en situaciones problemáticas. Por ejemplo, cuando nadé en Manhattan por que se presentó una situación en la que casi tuve que nadar sola en una zona de mucha navegación, tuve que nadar contra tiempo y para ganar tiempo nadé cerca de los muelles. Entonces, la embarcación que me servia de apoyo estaba alejada por que no la habilitaban para navegar por allí. Durante bastante tiempo quedé sin alimentación. Lo cual fisiológicamente no es conveniente, aunque no tuve problemas. Pero digamos que uno entra en esas zonas en las que lo que debería ser, en realidad no es.

    A mí me gusta leer materiales sobre nutrición. Y en cierta medida experimentar cosas sobre las que leo. Creo que el principio de variabilidad para los entrenamientos, hay que mantenerlo en todo. Entonces tengo en cuenta la idea de comer de manera diferente. En realidad tengo una alimentación completa, como de todo. Aprendí de un entrenador que una comida tiene que estar compuesta por cinco colores, si tu comida tiene cinco colores te estas alimentando correctamente. Hay otros principios, que tienen que ver con las polaridades de los alimentos, que estoy estudiándolo en este momento, y tiene que ver en como combinar algunos alimentos con otros, y que tipo de alimentos comer en que momento del día.

    Después está toda esta cuestión compleja de que como nado en aguas muy frías, tengo que engordar, para lo cual creo que se deben haber roto todas las dietas posibles ...... mi período de sumar peso fue cuando viajé al sur y fue sobre la base de cordero patagónico. Mirada desde afuera no es una dieta muy cuidada.....


    ¿Que se supone que deberías haber ingerido?

    Es que no sé realmente. Yo creo que si uno está consciente de que se está nutriendo correctamente, esa es la mejor manera de comer. A mí me paralizaría absolutamente que otro me elaborara una dieta y que yo al pie de la letra tuviera que cumplirla. Creo que el acto de la comida es suficientemente sagrado como para saber cuándo uno está comiendo, qué está comiendo y para qué. Uno se está nutriendo. No es cualquier cosa, ni algo menor.


    Esto me recuerda ese dicho que dice que "uno es lo que come".

    Claro. Es cierto. Por ejemplo yo no como mucho pescado. Pero es por que en nuestro país no existe una cultura de alimentación basada en pescado y frutos del mar. Pero cuando yo los como tengo una relación muy especial con esa comida. Me encanta ir a España y tengo la libertad absoluta de comer todo tipo de pescado preparado.

    Además los entrenamientos me disciplinan la comida. Recién estaba comiendo ciruelas, comer mucha fruta, muchos azucares naturales.


    Uno de tus campos de acción está en las aguas frías ¿Qué temperatura tenía el agua en el Beagle?

    Ente 7 y 8 grados, pero yo venía de nadar en el Lago Argentino, había bajado mi temperatura basal. Nuestro proyecto es hacer un estudio más científico. Creo que actualmente tengo una temperatura basal más baja. Mi temperatura corporal es más baja que la normal, que es de 37º, yo tengo un grado menos. Obviamente, en el metabolismo suceden cosas.


    ¿Cuál es el limite mínimo posible?

    De 32º para abajo entras en una zona de hipotermia, que produce un desequilibrio metabólico y energético. Lo que sucede entre los 36º y los 32º no se sabe bien. Yo en el canal de Beagle terminé con 33º y recuperé mi temperatura en una hora. Pero no se sabe bien. Tal vez alguien entrenado, adaptado, podría modificar esos índices, podría correr la zona de entrada en hipotermia. Yo tengo una zona de entrada en hipotermia diferente a la normal. Nadé en el Lago Argentino con 5º, durante 20 minutos, y no nadé más por que tenía que ir al Beagle, pero si hubiera sido otro momento me hubiera quedado. Y ahí nadé sin grasa ni nada. Entonces... ¿qué pasa? Cuando llegué (al lago) me decían que no se podía nadar allí por que la gente se muere. Decían que con tres minutos en esa agua la gente se moría. Cuando los embarcan a los turistas cuando van al glaciar Upsala, casi les dan la extremaunción, les dicen: si nos hundimos despídanse de este mundo, se van a morir del frío. No es tan así.


    ¿Y el shock de inmersión en el frío?

    Estoy de acuerdo. Yo no me tiro de cabeza al agua fría. Hago una entrada en calor y una inmersión progresiva, con un trabajo de respiración especifico. En realidad, lo que ocurre es que uno se produce autoasfixia en el agua fría. El agua muy fría produce una gran flotabilidad de los cuerpos. Los cuerpos flotan mucho más a medida que baja la temperatura del agua. Cuando alguien se va metiendo en el agua, el frío tira los pulmones para arriba. La gente inconscientemente, por temor, trata de tomarse todo el aire, con aspiraciones cortas y continuas. Con eso subís los pulmones, y el agua fría los asciende aún más... y todo eso produce la asfixia. Pero no es por el frío del agua, sino por esa combinación de cosas. Si uno pone atención en largar el aire.... como los asmáticos, que tienen problemas para eliminar el aire, no para hacerlo ingresar. Hay que poner mucha energía en eliminar el aire, para que el pulmón baje.


Nota

1. Información extraída de AguasAbiertas.com.ar, de la Revista Viva, Diario Clarín y del Diario Página 12.


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revista digital · Año 7 · N° 35 | Buenos Aires, Abril de 2001  
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