EJERCICIO FISICO Y SALUD

4. ENTRENAMIENTO Y SALUD
La condición física es posible de mejorar mediante dos acciones básicas y que son dependientes entre sí:

  1. el entrenamiento fisiológicamente planificado y sistemático y
  2. mediante los mecanismos de regulación neuro-endócrina y el fenómeno de síntesis de proteínas.

Para la salud el entrenamiento lo podríamos definir como una integración de estímulos adecuados a características individuales que tienen como objetivo el aumento de la capacidad funcional del ser humano permitiéndole a este alterar en un bajo porcentaje sus funciones biológicas durante el esfuerzo submáximo.

El entrenamiento fisiológico es aquel que resulta de una adecuada interacción entre los valores obtenidos en la medición de los niveles de capacidad funcional de los sistemas cardiocirculatorio y neuromuscular con el estado de salud y los respectivos factores de riesgo que cada persona presenta. La práctica sistemática es aquella que se efectúa con racionales cargas de trabajo y adecuados períodos de descanso (entre cada sesión de entrenamiento) y de reposo (entre cada repetición o ejercicio). Estas tres variables, carga-reposo-descanso, se determinan según el objetivo planteado, según los órganos y sistemas involucrados en el esfuerzo y según los ritmos de recuperación celular desde el punto de vista funcional y estructural.

El fenómeno de síntesis de proteínas es básico en todas las funciones de la vida. Con el ejercicio físico bien planificado, lo que se logra es una estimulación en el recambio de las proteínas estructurales que conforman nuestras estructuras (membranas y organelos celulares por ejemplo) y de las proteínas funcionales que hacen posible también nuestras funciones (enzimas y hormonas por ejemplo). Es preciso indicar que esto no quiere decir que debamos ingerir más proteínas. Para comprender este aspecto, es fundamental el estudio del fenómeno de adaptación al ejercicio.

La eliminación de proteínas (catabolismo), es acelerada con ejercicio en los comienzos de un proceso de entrenamiento y posteriormente, una vez que se han eliminado las proteínas usadas se agregan o se construyen nuevas proteínas (anabolismo). Estos dos fenómenos, catabólico y anabólico, durante el proceso de adaptación al entrenamiento, se perfeccionan: el catabólico disminuye y el anabólico aumenta, para que finalmente después de un período de entrenamiento que posee una duración, velocidad y magnitud muy personal, ambos fenómenos adquieren un nivel de acción equilibrada mas elevado que el de una persona de hábito sedentario. Este fenómeno de recambio proteico es regulado mediante la acción de glucocorticoides (hormona estimuladora del catabolismo e inhibidora del anabolismo) y la acción de hormona de crecimiento, testosterona, tirosina, insulina y otros factores de crecimiento (IGF). Todas estas hormonas son posibles de ser estimuladas o elevar sus niveles circulantes con adecuados umbrales de ejercicio físico.

De esta forma nuestras células (musculares, óseas, cardíacas, glandulares, etc...) aumentan de tamaño y adaptan su estructura y aumentan su capacidad funcional produciendo más músculo, más hueso, mejor función cardíaca y hormonal, ya que además los receptores hormonales modifican su sensibilidad y número. Estas son las bases y fundamentos biológicos que respaldan y permiten los cambios en nuestra condición física y salud.


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Lecturas: Educación Física y Deportes. Año 2, Nº 7. Buenos Aires. Octubre 1997
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